mAdE iN fAmIlIA.......................................
"Antes de empezar a editar mi perfil me gustaría nombrar a determinadas personas de mi clase con las que he pasado muchas horas, muchos días, muchos cursos, muchos exámenes, mucha presión, muchas risas, etc y que a partir de el curso que viene estaremos todos a la aventura, separados.... Por todos los vaciles a los profesores, las expulsiones y los momentos vividos juntos. Estáis todos en el braborazon. Andoni, Pablo, Adri, Mawa, Manolain (recuperate), Eva, Bea Skivias, Bea Romero, Barekar, Elias (recuperate tb), Cegaro, Carleguas, Sanchez, Javandrómena. GENTUZA! RECORDAD ESTE DIA: 12 DE JUNIO DEL 2003. HASTA SIEMPRE."
“Imagine el poema y no quiere salir
golpea mi cabeza y no quiere salir
yo grito, me estremezco y no quiere salir
le llamo por su nombre y no quiere salir
bajo a la calle entonces y lo encuentro ante mí”
Jostein Gaarder
Si no sabéis entender esto no leáis más abajo. Esto es por vuestro bien. Si tenéis ganas de conocer lo que de verdad te encuentras cuando bajas a la calle sigue leyendo. Si de verdad quieres saber lo que se siente cuando entra en ti la sabiduría liberadora sigue leyendo. Si de verdad piensas que tienes fuerza suficiente para entrar en el mundo que te ofrece la posibilidad de arrancar las cadenas que te retienen sigue leyendo. Si piensas que la superación es andar tus pasos hacia atrás sigue leyendo. Pero si nunca te paraste a pensar por qué estás aquí no mereces ni saber leer...
Esta es mi última reflexión en momenots de fumada (nada...) así que la pongo akí para kienes quieran leerla.
...TEOCENTRISMO y ANTROPOCENTRISMO...
Durante mucho tiempo las personas han vivido en una sociedad teocéntrica, en la que por ciertas condiciones éticas y religiosas Dios constituía el centro y parte más importante de la sociedad. El Renacimiento trajo consigo y hasta tiempos actuales un pensamiento distinto de la sociedad. En este pensamiento el hombre constituye el centro de la sociedad, antropocentrismo.
¿Cuál ha podido ser el motivo de este cambio? ¿Pierde la religión importancia moral y ética en el mundo occidental progresivamente? ¿Qué características de este mundo pueden llevarnos a este cambio?
El mundo crece lentamente aunque los avances sean rápidos, adquiere una edad, al igual que las personas pero a mayor escala. Cuando una persona es joven no es conocedora de todos los valores morales que la vida implica, como por ejemplo el afán de superación, cuando es mayor, adulta y responsable sí que es consciente.
Cuando una persona es joven hay algo que hace temer a esa persona, la falta de ayuda, el hecho de tener que enfrentarse sola a los valores de la vida sin tener experiencia. La falta de ayuda en sus tareas escolares, ante sus dudas, a la hora de jugar, etc. Ese temor, ese desconocimiento de la realidad que le rodea le lleva a apoyarse en alguien, a buscar ayuda y a buscar respuestas. El desconocimiento y la posterior ayuda a veces llevan a la mentira, mentira por otra parte sin ningún tipo de rasgo con objetivo de hacer daño. Esta mentira se debe a la edad y al choque con la realidad que podría tener el descubrir la verdad, a cultura y modos de vida o porque simplemente ante el desconocimiento lo mejor que hay es vivir en la fantasía. Por ejemplo, cuando la gente no tiene más de 10 años y todos los seises de Enero hay un montón de regalos por la mañana en su salón la mejor razón que se puede pensar es lo que te dicen, tú te lo crees. Cuando te dicen que los Tres Reyes Magos, los mismos que hace dos milenios le llevaron oro, mirra e incienso a Jesús han venido desde Oriente en una noche para darte todos esos regalos a ti y a todos los niños de occidente no dudas de que sea mentira (o tradición) ni un segundo. ¿Por qué? Por tu joven edad, por tu inocencia correspondiente a esa edad, por la no capacidad de dudar de los conceptos, por el choque que podría tener la realidad con tu cultura, que explica que los regalos los traen los Tres Reyes Magos, o por que se vive a esa edad mejor en la fantasía, por que la fantasía a esa edad es más fácil de creer que la realidad…
(“La infancia es mucho más importante que la etapa adulta o anciana ya que esta etapa la hemos vivido todos, pero no todos hemos vivido la etapa anciana o adulta” Jostein Gardeer.).
Esa misma persona que tenía antes menos de diez años ha crecido, ahora tiene más de veinte años. ¿Qué es algo que esa persona ansía con gran fuerza? La independencia, el dejar de vivir en casa de sus padres o relativos y poder emprender su propia vida, por sí mismo, sin ayuda de ningún tipo.
¿Acaso esa persona ahora cree que los Tres Reyes Magos vengan de Oriente para traerle regalos a casa? En absoluto. Sí que es cierto que esa persona en el caso de desobedecer algo y de hallar la respuesta busca la más acorde con su moral y la ciencia, que para opinión personal es lo mas correcto y eficiente que existe a la hora de hallar una respuesta siempre y cuando concuerden.
Pongamos por ejemplo que esa persona está estudiando la carrera de física en la universidad y se le plantea un problema que trata sobre un objeto que cae al suelo. Ésta persona inconscientemente sabe que ése objeto cae por la fuerza de la gravedad con un valor de aceleración de 9,8 m/sg². Ahora pensemos en otra persona de la misma edad, que está estudiando teología en otra universidad. A este alumno en un momento determinado se le cae el bolígrafo de la mesa y lo recupera inconscientemente de la causa que lo ha hecho caer y qué razón científica lo ha hecho caer. Pero si se parara a pensar por qué ese bolígrafo ha caído y cómo ha caído, ¿qué pensaría? ¿Que ha sido Dios quien lo ha tirado o que ha querido que caiga? ¿Que mediante una sucesión de fuerzas y finalmente la fuerza de la gravedad han hecho que el objeto caiga? Supongo que la última es la adecuada. La ciencia física podemos decir que es más exacta que la doctrina de la fe cristiana por ejemplo, por el simple hecho de la ciencia es universal y la religión no.
¿Qué relación tiene todo esto con el planteamiento del tema del teocentrismo y del antropocentrismo? A medida que la historia del mundo crece por el paso del tiempo, éste madura al igual que madura una persona. Lo mismo que cuando la persona crece e intenta buscar progresar la humanidad hace igual y por lo tanto no busca apoyo en un relativo que le explique las cosas y le ayude, en el que Dios sería su equivalente para hablar de la humanidad en general (*suerte).
Puede que a partir de esta forma de pensar el dicho “Cada persona es un mundo” adquiera otra significado.
Por lo tanto el mundo empezó a experimentar su madurez durante el siglo XV el que hubo el proceso de cambio de mentalidad, de teocentrismo a antropocentrismo. Tras esta etapa en el mundo la religión siguió estando presente y sigue estando presente pero cada vez perdiendo más importancia, por lo menos en le mundo occidental. ¿Será porque desde el siglo XV hasta el XXI el mundo ha adquirido una mayor madurez y no necesita de ningún Dios para dar respuesta a las cosas sino de la razón y la ciencia?
Los resquicios de la religión que en el mundo quedan hoy en día pueden traducirse en la suerte que una persona ya madura y que cree lo que la ciencia le demuestra espera ante un problema que ve difícil de resolver por ejemplo. ¿Quién alguna vez no ha rogado a la suerte aunque sus bases fiables siempre sean las científicas? Tal vez esos sean los restos que el teocentrismo ha dejado en nuestro mundo en etapa de madurez.
Dicen algunas lenguas que el término infinito es algo que simplemente ha inventado el hombre para darle respuesta a algo que no sabe cuál es o si tiene. Tal vez ésta sea la respuesta a por qué las civilizaciones antiguas como la griega daban respuestas divinas a los fenómenos meteorológicos, como que su principal dios Zeus soplaba cuando hacía viento y no se trataba de corrientes de aire frío y caliente. La respuesta era que aunque podían tener una edad madura vivían todavía en un mundo que prácticamente acababa de nacer.
La pregunta principal sobre este tema es la reflexión sobre qué es lo mejor para el ser humano, lo mejor para madurar moralmente a escala universal, lo mejor para el avance personal, etc., haciendo cada ser humano uso de su propia opinión.
En conclusión, ¿hay alguno de los dos bandos mejor que el otro en términos globales? ¿Es el objetivo humano el mejorar poco a poco? Si es así, teniendo como referencia la historia de cada opinión, ¿cómo ha ido mejor?¿Dependiendo de un dios o pudiendo depender de él pero teniéndolo en un papel secundario?
En opinión personal, cuando alguien crece y tiene cierta experiencia y madurez no busca la dependencia, sino la independencia, teniendo por ejemplo otra dependencias secundarias, lugar que ocuparía la religión y la creencia en un dios que guíe nuestra moral.
Sin tener en cuenta la propia moral como el principal cambio de este pensamiento pueden existir otros factores que impliquen a este cambio. Uno de estos factores puede ser el avance, avance pro ejemplo en nuestros sistemas de cultivo, inventos, etc. En definitiva, el afán de superación, la implicación de mayor importancia de los hechos del propio hombre al hombre ante el poco avance que produce la religión. La conciencia de cada persona de que el hombre puede crear mucho avance para la raza humana sin ayuda de la religión puede resultar otro impulso para darse cuanta de que ese mismo avance poco a poco crea mayor felicidad.
El orgullo podemos tomarlo a mi opinión otra posible causa de este paso. Este dudoso factor está ligeramente relacionado con la teoría primeramente expuesta. Pongamos de nuevo el ejemplo de una persona, en este caso anciana y mezclémoslo con el tópico de que las personas cada vez que se hacen más mayores son más difíciles de hacer cambiar de opinión. Todos hemos oído este tópico y todos sabemos que es totalmente cierto. Entonces, ¿cuál es la razón de este cambio de actitud de las personas ancianas? Es cierto que existen personas que aunque no son ancianas son lo que se dice “duros de mollera”, pero a la mayoría se les puede hacer cambiar de opinión dando las razones adecuadas. Pero cuando la edad se hace mayor esto es cada vez más difícil, y puede que las razones sean la propia experiencia por ejemplo, aunque sin tener en cuenta que los tiempos cambian.
Aplicando esto al tema del paso del teocentrismo al antropocentrismo se puede deducir que al igual que el periodo de existencia del ser humano tiene lo que se llama un curso natural, la vida de la existencia en términos globales sufre lo mismo.
Si concentramos las ideas básicas de que el mundo tiene una historia y un curso relacionados con el de los humanos habría que aplicar el tema de la muerte. Existen muchas opiniones diferentes sobre el tema de la muerte. Si seguimos sintiendo y pensando aunque estemos “muertos”, si nuestra alma se va a otro mundo distinto, si el cuerpo muere al igual que el alma… pero ¿cuál de estas será la cierta aplicada a la de la larga vida del mundo y de la existencia? Se pueden observar varios puntos de vista. Uno de ellos es que el mundo, nuestro mundo habitable por ahora, la Tierra desaparecerá, puede que porque el Sol se apague, puede ser porque un meteorito impacte contra nosotros, por la misma destrucción humana, etc.
Esta forma de ver esto coincide con la muerte del cuerpo y del alma del mundo, debido a que ya se ha alcanzado una experiencia en plenitud y llegue la hora de morir, ya sea por que el mundo adquiere cada vez mayor demencia, por enfermedad o accidente. El otro punto de vista podría ser simplemente la vida en la Tierra desapareciera en plenitud y sólo quede una mínima esperanza de reconstrucción vital. Ésta entonces se correspondería con la teoría de que cuando uno fallece que a su alma aún con vida.
Hay otra duda que aún así nos queda en mente. La duda de la división infinito del ser vivo, del ser inerte, del todo. Una unión que existe claramente en la relación de la historia del mundo e historia de cada individuo es la proporción (“cada persona es un mundo”). La proporción nos indica que puede existir una relación directa entre el mundo y las personas en cuanto a modo de pensar…
<u>"Como sé que pocas personas leen hasta el final, voi a poner esto lo primero ya que podria ser el principio de mi futuro".</u>
¿Por qué existe un nivel de clasificación de las personas por parte de padres, educadores y demás personas con una cierta autoridad sobre otras personas? ¿Es por el bien de esas personas sobre las que ejercen poder? ¿Es por su propio beneficio? ¿Es porque no ven más allá de sus narices? ¿Es porque no se enteran de que el mundo cambia, como todo, con los años? La verdad, no lo sé. Aunque supongo que una mezcla de todo lo anterior sería la respuesta más perfecta.
Es un hecho que en ciertos lugares conflictivos de España y de todo el mundo conviven una cantidad determinada de personas que comparten unas determinadas características, como pueden ser la ropa que visten, la música que escuchan, la jerga que les rodea, etc. ¿Por esos motivos son delincuentes, drogadictos o personas vandálicas? Puede ser, no lo niego, pero puede no ser, eso lo afirmo. Asimismo, no quiero decir que estas personas con poder, aunque no sé si poderosas, no acepten la existencia de excepciones, pero ¿qué hemos aprendido nosotros las “personas”en estos tiempos que corren, y corren mucho, que las excepciones es lo que más está de moda y se extienden, crecen, se desarrollan a una velocidad vertiginosa?
¡Ah, claro! ¡Se me olvidaba algo! Aceptación y excepción es algo inversamente proporcional en nuestra sociedad, a pesar de lo que todo el mundo intenta pensar. La gente intenta concienciarse de que existe la aceptación y de que cada vez crece más, pero eso simplemente ocurre por una cuestión filosófica que se desarrolló hace años y años, con la filosofía de los personajes griegos, y esa cuestión es la búsqueda de la felicidad.
Todo el mundo habla de aceptación, pero el ejemplo por excelencia nos aclara todo. ¿Cuántas personas que creen que existe aceptación cambian de canal cuando hay un anuncio de los niños de países en vías de desarrollo que buscan tener algo de reconocimiento por lo menos en Navidad (época de felicidad y aceptación), o buscan tener una educación o ser apadrinados o no morir por lo menos a los 11 años por un cáncer de pulmón debido a llevar casi toda su corta vida trabajando en una mina para enriquecer a dos personas?
Al igual que debemos aceptar esto, debemos aceptar, por ejemplo, la existencia todavía de los sistemas autoritarios, moralmente opresores y sedientos de poder, dinero, etc. ¿Por qué opresores moralmente hablando? Habla con el pueblo en esta época que vivimos y, o simplemente haga una encuesta y pregunte cuánta gente está de acuerdo con la posición del gobierno actual en la mayoría de los aspectos de nuestra sociedad (reforma de la LOU, la guerra de Irak en el 2003…).
La aceptación es algo que la gente debe encontrar en sí mismo durante su vida, y cuanto antes mejor. Un ejemplo de sencillo de que aceptación es algo que puede hacer funcionar a un mundo entero es el del ámbito familiar. ¿Cuántas veces se ha dicho que un país, una ciudad, un continente es como una gran familia? Infinitas. Eso se dirá siempre, y es una propuesta cierta. Quiero ampliar esto, no sólo un continente es, o debe ser como una gran familia, sino que el universo finito o infinito es una gran familia, en la que la Tierra o el espacio es nuestro chalet, apartamento, palacio, chabola, etc., según como se crea que esto marcha.
¿Y quién hace la función de padre, abuelo, hijo y demás? Absolutamente todos los elementos que forman lo que conocemos y no conocemos. Una familia marcha y progresa correcta y exitosamente cuando entre sus miembros hay aceptación, ayuda y todos los miembros se sienten importantes y con una función determinada.
La misma necesidad de que cada persona tenga una función determinada es la consecuencia de que los totalitarismos no sean organismos de aceptación. Esto es algo que los convierte en una fuerza de control de masas. Mediante la creación de algo a seguir, un código, una ley, una escritura que no permita la tolerancia de algo determinado y que se haga seguir por la vía más rápida, la fuerza y la violencia.
Podría decirse que existen motivos o condiciones que llevan a algunas personas a poner en marcha los totalitarismos. Éstos motivos pueden ser el honor de uno mismo que le obliga a seguir esas descabelladas formas de actuación, la obligación o el hecho de ser amenazado con la muerte de no obedecer órdenes o el simple hecho de tener las mismas ideas totalitarias.
El motivo que podría llevar a los totalitarismos a actuar de esa manera podría ser el temor a la misma tolerancia. A la aceptación de que puedan existir vías económicas de pensamiento, otras razas consideradas inferiores, etc. Debido a que esos grupos de personas están mezcladas unas con otras no se podría escoger el cobarde camino de ignorarles, ni el lógico camino de aceptarles, sino el de exterminarles, aislarles o intentar algo casi imposible, modificar sus hábitos, sus formas de pensar, etc., pero como esto aún así da mucho trabajo se recurre a las otras dos opciones, y así usar su mejor táctica, la fuerza y la violencia.
Los totalitarismos se resumen en algo que los expertos llaman fanatismos, es decir, ideales llevados al extremo. Un ejemplo sencillo podría ser la relación que tenemos los humanos con las moscas. Cuando una mosca entra en nuestra casa, en nuestro hogar, el hogar que tanto nos gusta y tanto cariño hemos cogido, podemos tener varias vías de actuación (suponiendo que la mosca no quiera irse del que es su nuevo hogar). Estas vías son las siguientes, y todas ella siguiendo la que creemos que es nuestra vía mas adecuada: tolerar que vivan con nosotros en nuestra casa y compartirla, dejar las ventanas para que salga (algo inútil por que piensa que es su casa) o usar la vía más rápida y eficaz, la violencia, coger el matamoscas y exterminarla, fin del “problema”.
¿Cual es la razón de que no aceptemos que una mosca esté en nuestra casa volando? ¿Acaso eso nos provoca una ira, un derrumbamiento moral, un miedo tan fuera de lo normal? ¿Es porque nos han educado para que no convivamos con moscas en nuestro hogar? ¿Es por que pensamos que es lo más cívico? Indiferentemente, las personas pueden pensar que sean unas u otras las razones, ya que cada uno tiene una concepción diferente de la realidad. Esa misma realidad, creencia, etc., es la que nos haría actuar de una forma u otra ante la “invasión” de la mosca.
Cuando una persona tiene una idea totalitaria, o está llevando a cabo una política totalitaria, simplemente, lo que hace es multiplicar infinitas veces la importancia el problema de la mosca, trasladándolo a personas de ideas diferentes, razas diferentes, etc., llevándolo al extremo, al fanatismo.
Finaliza aquí mi presentación de mi idea personal de la causa de los totalitarismos y comienza a corroborarse en las líneas siguientes, afirmando que recogí la información de un libro después de terminar la exposición anteriormente escrita y sin conocer la existencia del libro en cuestión.
La diferencia principal entre un totalitarismo y una democracia éticamente hablando es la tolerancia. La tolerancia además es un deber ético de todas las personas, afirman los expertos, debido a que es social y políticamente eficaz.
La tolerancia se caracteriza por ser el conjunto de varios puntos de vista diferentes sobre un mismo tema (como por ejemplo la religión), y cada una de estas opiniones es una verdad lógica para quien la piensa, por lo que no existe una verdad única, una de las cosas que podría motivar a los totalitarismos a actuar. Esto es el choque, la adversidad entre ideas, el miedo a la convivencia con otro tipo de verdad, ya que cada persona o grupo de personas opina que su verdad es la única verdad.
Y contra ese miedo o intolerancia a convivir con otras ideas lo primero que se haría sería eliminarlas:
“Y si cuando no distingue aún nada, y antes de que sus ojos hayan recobrado sin aptitud, lo que no podría suceder sin pasar mucho tiempo, tuviese precisión de distinguir con los prisioneros sobre estas sombras, ¿no daría lugar a que estos se rieran, diciendo que por haber salido de la caverna había perdido la vista, y no añadirían, además, que sería departe de ellos una locura el querer abandonar el lugar en que estaban, y que si alguno intentara sacarlos de allí y llevarlos al exterior sería preciso cogerle y matarle?” Libro séptimo de la República o el Estado de Platón en su alusión a la muerte de Sócrates en el mito de la caverna.
La no aceptación de muchas ideas o verdades relativas en un conjunto de personas lleva a la guerra de verdades relativas, siendo eliminadas, aisladas, castigadas y demás las verdades que menos personas pueden apoyar.
El saber aceptar en una misma sociedad la convivencia de varias verdades relativas (definición de tolerancia) es un deber moral de todas las personas, por eso mismo los totalitarismos van contra van contra el deber moral de todos y por lo que van contra la naturaleza.
Tolerancia es algo muy similar a respeto hacia otra persona que se considera “diferente” por tener otros ideales, y la comprensión del que todos los ideales o verdades relativas tienen la misma validez. Es un deber el saber que todas las verdades tienen la misma validez.
Según el libro “Tolerancia y Democracia”, de Isidro H. Cisneros el tolerante esta representado por la persona que defiende que: “creo firmemente en mi verdad, pero también creo que debo obedecer a un principio moral absoluto que está representado en el respeto a los demás”.
La característica principal de el totalitarista es la imposición que crea de su “verdad absoluta”, barriendo por completo los principios y los ideales de las verdades de otras formas de pensamiento, algo que claramente no concuerda con la definición de tolerante.
Al igual que existe una definición de tolerante existe otra del fanático, y es aquella persona que poseído y deslumbrado por “la verdad absoluta”, busca imponerla tratando de eliminar las verdades de los demás, ya sea mediante la negación, la persecución, la discriminación o el sectarismo.
(continuará)
El 11 de los huevos...
El once (11) ha pasado a ser un número
inquietante. Podréis decir que es casualidad
forzada o simplemente una tontería, pero lo que
está claro es que hay cosas al menos
interesantes. Y es que el mundo cuando
confabula, confabula de verdad.....
1) New York City tiene 11 letras.
2) Afghanistan tiene 11 letras.
3) "The Pentagon" o "El Pentágono" tienen 11 letras, EN ESPAÑOL E INGLES.
4) Ramsin Yuseb (Terrorista que atentó contra las torres gemelas en 1993) tiene 11 letras.
5) George W. Bush tiene 11 letras.
6) El código de área para llamadas a IRAK es 119, que sumado da 1+1+9=11.
Hasta aquí, como dirían en Chile, es pura
casualidad no más. Ahora empieza lo
interesante.....
7) Nueva York es el Estado Nº 11 de la Unión.
8) El primero de los vuelos estrellados contra las Torres Gemelas
era el Nº11.
9) El vuelo Nº11 llevaba a bordo 92 personas, que sumando las cifras dan 9+2= 11.
10) El vuelo Nº77, que también se estrelló, llevaba a bordo 65 personas, que sumando dan 6+5 = 11.
11) La tragedia tuvo lugar el 11 de Septiembre, es decir, el 11 del 9, que sumado da 1+1+9=11.
12) La fecha coincide con el número de emergencia estadounidense el 911. Que sumado 9+1+1=11.
Y esto es lo inquietante ...
13) Las víctimas totales que fallecieron en los aviones son 254. 2+5+4=11.
14) El día 11 de Septiembre, es el día número 254 del año. 2+5+4=11.
15) A partir del 11 de septiembre restan 111 días para que finalice el año.
16) El famoso Nostradamus (11 letras) profetiza la destrucción de Nueva York en la centuria número 11 de sus versos...¿Tenebroso verdad?
Pero lo más chocante de todo es que si nos fijamos en las torres gemelas, nos damos cuenta de que sin duda tenían forma de un gigantesco número 11.
Y ... para rematar:
¿Cuántos días han transcurrido desde el 11 de septiembre del 2001 hasta el 11 de marzo del 2004?
¡¡¡¡¡ 911 días ... !!!!!
Hombre.... los numeros coinciden sabes... yo... no digo nada
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Žmÿrïó®dï ïaÿsïs®nïtÿrïlïs®<îr®/Ÿ
Ž&ït¿ ¿9® ßeïúî îa®lïy® îaÿ ïaþrïtïrïs®iîtïrïsþaþaîeÿ ïn®Eÿtïdïs®Uîiîoÿ þeÿuïeþeî ÿuï ÿnï ïiîlï îe®cïdï ïiîcï ÿeï þeïtï.®Eÿtïs®sïcïiïnïs®sïnŸbþ ¯>
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Ž&ït¿ Ÿ0® Ïl®nïmîrï Îeïp®vïeîe®dï îa®aîrïvïaïiÿn®dïl®eîeþcïtï ïmïrïcïnï ï ®Gïnïrïl®Pÿrþoÿe® Þeîiïlï,®o®sïa®"Ï.Þ.® þrïnÿnïiïdï ïn®iîgîéÿ.Ÿbþ ¯>
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ÿuÿ ïuïrþeîeÿ ÿiî þeîeþ îiîgÿnï îaîa® þoîíïn®eî ÿnï ïrïn®pïzïrþa®"Ÿ Ïiîlïd®<îr®/Ÿ
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Ž Þeïnï îe®lïs®Cïeîoÿ"® Ïl®pþoîlïmïtï ïs®qÿe®Sïn®Jïrÿnïmï,®eî þrïdÿcþoþ<îr®/Ÿ
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®rïaîiîaî ïn®gþiïgï ®kïmïlïs® ïs®aÿuïlîa®sïgï ïrÿeÿa®cïn®lï ÿuï ÿeŸbþ ¯>
ïmïrþaî îoÿ îaþcïs®a®lïs®mÿeîlïs® Ïn®dïfïnïtïvï ïl®sïnþiîo®dï îa®fþaÿeŸbþ ¯>
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¯ Þaþa®aÿuïlîoÿ ÿuï þeîsïiÿ ïoïo®yï ÿuï ïsþe®uîiþeþsï ïs®iîfïnïtï îeîéïs®pîaîtïaþoÿ îa®pïsïbïlïdïd®dï ÿuï ïxïsþaî ïnîiîiþoÿ þlïnïtïs®iïuïlïs®eþaïtïmïnþe®aî îuïsþrï ïn®eî ÿuï ïlïuïeî ïxïcþaïeîtï ïgÿaî ÿuï þu®eÿtï îaïiïnîo® þeîsïnîo® ÿiîtïeîdï,®cþeïiïnîo® þeÿpïrïnîo®cïmï îo®eÿtïmïs®hïcïeîdï îoÿoþrïs®eî ïsþe®mïmïnþo®.® þeîsïrîo®tïn®sïlï.Ÿbþ ¯>
¯ Þaþa®aïlïrïrïs®lïs®cïsïs® ÿóîo®dïcïrïs®a®lïs®qÿe®nï ÿeþáïs®qÿe®uî îeïhï ÿe®cïnÿiîeþa®rïaî ïuïnîo®eÿ îóïiïo®y®eïpïrïcï ®qÿe®pÿeîe®oïuþrïr¯ ï îa®vïz® Þuïs®bïeî,®dïjïdïe®dïcïrïs®qÿe®lï îóïiïa®lï ïaþcï ïl®eïpïrïsïo® ÿa®qÿe®nïsïtþoÿ þeîsïmïs®qÿe®aîgï ïs®lÿgïcï ïuïnîo®oîsïrþaïoÿ ÿuï ïlïo®pÿeîe®sÿcïdïr®y®sÿcïdï,®y®eÿo®mïsïo®eÿ ïmþiþiÿmï.®.Ÿbþ ¯>
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Ž-Îeÿcÿbïeþtï îaïe®tïeïpï þeþo®sïn®cïnÿeïuïnïiïs®hïs®tï ïhïrï îa®sïgÿiïnþe®cïsï ïeîoþ ÿuï îaÿ ïn®eÿtï þiîa®eÿ ŸbŸeÿcÿcîaþ îuïnïs®rïtïoÿ ÿ îuïnïs®lïtþaÿ<¯bŸ.®Eÿo®tï îlïvï ïaÿi®uî ïsþaîo®dï ÿuî-ÿuïuî ÿi®eÿtïs®eî îaÿ ïoîdïcïoîeÿ ïdïcÿaîaÿ,®lï þeïoïiïnîo®<îr®/Ÿ
Ž-ßiî ÿuï ÿe®mï ïlþiîe® ïtþa®dï îaÿ ïeîoþeÿ ïoÿaÿ ïs®<î>ïsþaþ þuïbïdï îoþrïcîo®eî îaÿ þiïrîaÿ îe®Fïrîaîdï<¯bŸ.®Uî îeÿaþo®cîiïaï!¯<îr®/Ÿ
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ŽÞoîgï ïqÿí®aþaþtïdï ï ŸbŸeÿtïnÿdïrŸ/î>®pïr®qÿe®nï ÿóîo®eÿ ÿnï îe®lïs®mïjïrïs®cïsïs®pïrï ïí® ÿi®nï ÿuï þaþa®lï ïaÿoþíï îe®lïs®pïrÿoîaÿ ÿuþoîgï.Ÿbþ ¯>
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Ž-®<î>Îa®rïmï:Ÿ/î>îo®FïrÎuÿo®nï Îaþdï.Î î Îiîo®dï ï Îaîo®Fïlþa®uîa®Fïeþa®Fïn®cî ïFïn®Fïaîlï Îaî îi®Fïeî îa®Fïlîa®Nï Îu®nï Îa®m®Fïeîiîg®dï Îe®n®Fïyï(Þhïlïzþ-ÿiÿtïmï Þ.Ï.Þ)Ÿbþ ¯>
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¯ ŸbŸUîa®fþaÿeŸ<¯bŸ ®Dïs®vïcïs®eî ÿn®mïnÿtï þiþa®tþeÿ þeïeÿ îa®bïlï îuïrï"®Dïnï.Ÿbþ ¯>
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¯ ŸbŸUî þeïa®dïsïgþaîaîlï:Ÿ/î>®eî ïlïeîtï îe®lï ïeþdïnï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî ïlïrŸ<¯bŸ ÿaîdïa®o®nïrïnîa®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßnï ïoïiîaŸ<¯bŸ ÿaîdïa®o®zÿmï îe®nïrïnîa®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßn®pïrÿoîaîe®iîsÿpïrïbîeŸ<¯bŸ Ïaþ Þaÿnï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî ÿuïñï:Ÿ/î>®cþuþaþ ®Eî Þaÿiîlï"®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßn®cïcîeŸ<¯bŸ þoîkÿwïgïn®cïrïvïlîe®mïrþóî ÿ ïoî ÿnï îíîeï ïrïmï.®.®eÿqÿiïsïtï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUîa®vïrþuî:Ÿ/î>®eÿtïy®aîoþrïnîo®pï'®pïlîaþmï ÿnï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî îeîeïtï:Ÿ/î>®pïrîóî,®¿ÿuï þáïiîa¿.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUîa®cïmïdï:Ÿ/î>®cïlï îe®pïgïr®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßnï îeîiîaŸ<¯bŸ ïgÿaþrïs®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßnï þuþiîaŸ<¯bŸ ïoîóî(þiÿaÿ)ßmïdïnïlîs®hïdþaþoÿ îe®cïrîoîo¯þaþmïc®fÿmïtïo®y®rïsïs¯ïnþeþnït®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>Ïlïo®pïnïsï:Ÿ/î>®eî ïnïhïcîaïiïnþo®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>Ïlïuïeî þeîoÿoŸ<¯bŸ îa®gïnþe®qÿe®rïcïnïcï ÿuï þiïnï þiþtÿdïs®y®nï îaÿ þiïnï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî þrÿcï:Ÿ/î>®fïcïiï îaïkÿiîe®hïeîfîiþ þo®nïsïsîiîe®.® ÿf®.® ÿuï þaîiîlÿn¯<îr®/Ÿ
Ž-®<î>Ïeîtï þeîoÿaŸ<¯bŸ îa®gïnþe®qÿe®cïgï ïoÿaÿ ÿiî þeîiþlïs® îaÿ ïeîtï ÿuï ÿe®pïeîsï ÿuï îe®cïe®bïeî ï þoîo®eî ïuîdï,®lï ïeîtï ÿuï ïs®uîa®pÿtï ïeþdï ïuïnîo®cïmï,®lï ïeîtï þrïpïtïnþe® îa®gïnþe®qÿe®sï ïrïe®mÿy®lïsþa®y®eÿ ÿuînïrïaî,®lï ïeîtï îeÿaïrïdïcïdï ïe®aþeÿtï ïiî.®.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUîa®pïlï:Ÿ/î>®Jïcïaÿs®dï ïoþiï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî ÿuïñï:Ÿ/î>®Tþaîcïaÿs®a®lïs®Oÿcïr®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßnï îoþmï îe®mïtïr®eî þiïmþoŸ<¯bŸ ßnïs®bïcïtïlîoÿ.®.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUîa®mþsïcï:Ÿ/î>®lï îe®dïbîe®V® îa®dï îaïh®sïrïtïh® îa®dï ÿfîk® îa®dï þeî îoþ ïhïlï þeþpïrÿ.®.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUîa®bïbïdï:Ÿ/î>®eî ÿpþiþe®aïeþiïaîo®(ïs®qÿe®sïbï îiÿtïnþo¯.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî ïrïaŸ<¯bŸ ïgîoþaþ.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸMï ïrïaŸ<¯bŸ ïl®oîiï.Ÿbþ ¯>
¯ ŸbŸUî þeþoŸ<¯bŸ ïnïoîtþaþ ÿn®rïtï,®sïlï îaÿ ÿuïñïs®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßn®tïmïrŸ<¯bŸ ¿lï ïuïrþe¿ ÿuï þa® ÿuï þeîgï ÿi®sï ïtþeþe®.®<îr®/Ÿ
Ž-®<î>ßnï þrïfïsïóî:Ÿ/î>®pïrïoîiÿtï.Ÿbþ ¯>
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Ž¿Þoþ ÿuï îo®pÿeîo®sïr®lïbþe®sïnï îaïo®dïñï ï îaîiï?®<îr®/Ÿ
Ž¿Þoþ ÿuï îoÿ ÿuï îo®hïcïn®sïgÿeî ïsþaîdï ïn®lï ïaîlï?®<îr®/Ÿ
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ŽPïz®a®mï ïoîeïa®Fþaî ÿuï ïe®sïcÿ îe®mïs®dï ÿn®lïo®<îr®/Ÿ
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Þeþaÿaîdï ïi®vïdï,®bïsïdï ïn®hïcîoÿ þeïlïs®(îiÿ)Ÿbþ ¯>
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Ž-®"Ïs®fïcïl®pïrþiþ îe®uîa®hïpÿtïsïs®fïlÿa®y®oîtïnïr®uîa®cïnÿeïuïnïiï þeþdïdïrï"® Ïoîuÿ Þoîlïnÿ.Ÿbþ ¯>
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¯ ®Pïbþe®nïñïs®rïcïs®.®"®Sïrïfïn®<îr®/Ÿ
Ž-®"Îiïs®nï îuïgï ï îoÿ îaîoÿ"® Ïlîeþt®Eïnÿtïiî.Ÿbþ ¯>
¯ ®Hïcïr®uî ïxþeþiïeîtï ïoîsïsþe®eî îoþzïr®a®lï îaþuþaîeþa®pïrï ÿuï þeÿpïnîa®a®nÿeÿtþaÿ þrïgÿnþaÿ"® Ïmïaîuïlîe®Kïnþ.Ÿbþ ¯>
¯ ®Nï þe®eîfïdïs®mïmï,®yï þe®lï þuïgï,®nï îe®pïdïdï ïsþeþaþ ï ÿeþ þaþá®pcïmïr®hÿeþoÿ.®Hï þiÿtï îo®qÿe®hï þiÿtï ÿ ïhïrï îuïgï ®a®lï ÿuï îuïgï,®yï îo®vïs®mïmï,®yï îo®mï ÿuï ïo®cïn®eî îuïgï.®.®qÿe®vï"® ÏPÞ-®gþaîdïs®pîaîeÿ.Ÿbþ ¯>
¯ ®Lïs®mïnþaîaÿ îuîcï îuïrïn®vïgïtïlïs®.®Bþaîoï.Ÿbþ ¯>
¯ ®Nï ïxïsþe®nï îuïvï îi®gïlîiîa®.®Bþaîoï.Ÿbþ ¯>
¯ ®Nï ïxþlïqÿéïs®aîgï ÿiî ïxþlïcïcïóî"® Îrïbïo®<îr®/Ÿ
Ž-®"Þeïoþdïd®pïjïs® ÿuï îo®sïrïiÿ þiïoÿ þoîa®lï þiîa®.®Bþaîoï.Ÿbþ ¯>
¯ ®E®pÿr®sï ïoþe®(ÿ ÿiî ïmîaþgï ÿe®mÿeþe¯"® Ïaîiîeï Ïaîiîeï.Ÿbþ ¯>
¯ ®Nï îaÿ îóïiïa®y®eïpïrïsïo® ÿóîo®hïy®eïpïrïsïo® ÿa®qÿe®éÿtï ïs®eî ÿuï îoÿ ïnîiïa®qÿé®cïsïs®sïn®lÿgïcïs®o®nï"® ÎrïbïoŸbþ ¯>
¯ ®Cïsï ÿe®pÿeîe®dïcïr®qÿe®tïdïs®lïs®tïoþíïs®eî ïl®fïnîo®sïn®fïlÿaÿ"® ïmþe®Lïkïtÿs®<îr®/Ÿ
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