es que aquí somos más chulos/chungos que nadie. Una película que ya se ha estrenado en USA y en Europa (semos europeos), en España no la veremos hasta febrero de 2004. Manda huevos. 6 meses. Medio año después. La razón esgrimida por Miramax (productora del film) es que no tienen distribuidora española. Y quien se lo quiera creer, que se lo crea, y quien no, pues dos piedras. O sea, que de momento, para ver Kill Bill sólo nos quedan dos recursos: o irnos allende nuestras fronteras (los precios de avión están tirados, oiga) o tirar de la mula para verla en nuestro PC. A este paso casi se nos juntará la primera parte con la segunda (que en los USA se estrena precisamente en febrero de 2004). Nota: recordemos que Tarantino rodó mucho metraje y la productora aconsejó partir la película en dos (siguiendo el ejemplo El Señor de los Anillos y Matrix). Volvamos al tema… si no recordamos mal, las películas anteriores de Tarantino fueron distribuidas en España por Lauren Films, que seguramente sea la distribuidora que más se arriesgue con el cine no tan comercial. Y ahora algo debe de haber por medio para que se cueza esta martingala de cine. Al fin y al cabo, si hablamos de sinergias empresariales, en el cine las fases de producción, distribución y exhibición forman una unidad, y si una de esas piezas falla, ya la hemos cagado. Y es lo que pasa con Miramax: buenas producciones de cine “independiente”, pero con distribuciones inadecuadas. La misma historia que no nos ha permitido disfrutar en condiciones de Full frontal o Confessions of a Dangerous mind. Y es que eso de estrenar globalmente es solo una perversión del marketing de Warner, imposible de realizar si no existen las tan manidas sinergias. Y con una productora relativamente discreta como Miramax la cosa es harto difícil. Y es que al fin y al cabo, que tengamos que esperar medio año es algo tan asumido que no nos viene de nuevo. Además, si hemos esperado 6 años para disfrutar de una nueva de Quentin, ¿nos va a importar esperar 6 meses más? De momento, podremos disfrutar del cine palomitero que tan buenos resultados en caja (y que conste que Tarantino no es Eisenstein, ni mucho menos). Pero en fin, que el cine fast-food funciona, y qué se le va a hacer si el mundo es así y no lo he inventado yo.