Supongo que ya muchos conoceréis a este economista por sus apariciones en TV donde siempre suele opinar de forma muy sensata y objetiva.
En AS le han hecho una entrevista acerca de lo acontecido estos últimos años en el Real Madrid, obviamente en cuanto a sus cuentas se refiere, y creo que es bastante interesante y da para un debate acerca de en qué han convertido algunos este deporte.
—Después de analizarlas con detalle, ¿le convencen las cuentas del Madrid?
—¡Hombre, son unas cuentas del Ibex! Es un club grande, son cuentas de enjundia. Hay cuentas y cuentas. Están las del Madrid y luego las de los demás... Sólo el Manchester United se le acerca, que es un club muy potente desde el punto de vista patrimonial también, aunque tienen un componente fuera del negocio del fútbol que es de carácter financiero. El United es una entidad que cotiza en la bolsa de Wall Street, que tiene su domicilio fiscal en las Islas Caimán y que juega en Old Trafford...
—¿Son cuentas del Ibex?
—La información que se da es más de carácter financiero que futbolístico. Creo que un club de fútbol debe aspirar a ganar dinero, para autofinanciarse y sostenerse, pero tampoco hace falta darle el boato de que fuera como una empresa que cotiza en el Ibex 35.
—¿Cuáles son los indicadores de esas cuentas en los que más debería fijarse el socio del Real Madrid?
—Tiene que preocupar primero el volumen que va adquiriendo la entidad en sí. El Madrid tiene un gran volumen de facturación, pero eso también implica una carga importante a nivel de gastos. Por tener una plantilla muy fuerte de futbolistas y de no futbolistas. Tienes que estar muy arriba para poder sufragar ese coste. Y luego la deuda. No nos engañemos, y con todo el respeto, es un eufemismo llamarlo de otra forma para no decir que estamos hablando de 602 millones de euros.
—Pues Florentino dice que la deuda es otra cosa, que no es de 602 millones...
—¡Hombre, hombre! Él lo ve desde el concepto de lo que es la deuda financiera, que es lo que tú debes descontando lo que te deben. Pero claro, la deuda son las obligaciones de pago y por tanto el Madrid tiene que pagar 602 millones de euros. Para cualquier economista, la deuda bruta del Madrid es de 602 millones.
—¿Cómo ha podido subir de 541 a 602 en un año?
—Va subiendo por las inversiones que se han hecho. Se ve mirando partida por partida. La inversión en jugadores ha sido muy importante los dos últimos años. Esto quiere decir que tienes unos compromisos de pago importantes en los próximos años. Y luego hay capítulos derivados del éxito deportivo, que tiene un precio. Las primas de jugadores... Son remuneraciones pendientes de pago que tienes que devengar al final del ejercicio. Todo es como consecuencia del crecimiento de la entidad, no sólo en ingresos, sino también en gastos e inversiones. No todo se puede pagar al contado y se va financiando.
—¿Qué le dice que la deuda a corto plazo sea mucho mayor que la del largo plazo?
—Es muy habitual en los clubes abusar de la deuda a corto plazo. Pero es una deuda muy operativa. Yo siempre digo a los clubes que cuidado con esa deuda, porque si en algún momento hay un problema de cobro del deudor puede haber una cierta tensión. Tú estás confiando en la situación de que siempre vas a cobrar. Si puedes bajar la deuda a corto, mejor. Y el problema crónico de los clubes es también el fondo de maniobra negativo.
—¿Qué significa?
—Que debes más a corto plazo de lo que tú tienes entre el efectivo y lo que has de cobrar a corto plazo. En el Madrid es -94 millones. Dicho de otra manera. Lo que yo tengo que pagar en menos de un año es superior a lo que tengo en dinero y a lo que voy a cobrar en menos de un año. Aquí hay un elemento clave en el fútbol y en empresas, por ejemplo, de distribución alimentaria. Si tú cobras rápido no hay ningún problema. Pero si te encallas a la hora de cobrar es un problema, por eso hay que evitar tensiones.
—¿Hasta cuándo será asumible la deuda en el Madrid?
—Depende... El Madrid debería tener mucha menos deuda de lo que factura, es decir, mucho menos de 550 millones. Para mí sería formidable si tuviera 300 o 400 millones. Así, lo que ingresa en un año le cubriría de sobra esa deuda. Pero en el fútbol, el Madrid y el Barça son de los que están mejor, porque cubren casi el 90 por ciento de dicha deuda. Ahora, ¿qué pasaría si un año se pincha?
—¿A qué se refiere?
—Pues imagínese, que dios no lo quiera, que un año caes en la fase de grupos de la Champions. O que no te clasificas para Europa, como le ha pasado al United. Pero el United ha firmado sorprendentemente el contrato del siglo con su nuevo patrocinador, ya que cambió Nike por Adidas.
—¿Cuánto cobra al año?
—Me parece que 90 millones, una barbaridad. Tengo entendido que al ejecutivo que firmó el contrato lo han decapitado. Eso he oído (ironiza). Bueno, lo importante es no tener deuda, pero cuando estás con estas ansias inversoras (en referencia al Madrid), adquiriendo jugadores y pensando en hacer estadios y ciudades deportivas, quieras que no, te vas endeudando y endeudando.
—¿Cómo puede tener el Madrid 170 millones en tesorería y tener esa deuda o pagar 10 millones en gastos financieros?
—El Madrid quiere tener dinero, porque le permite hacer algunas operaciones, como fichajes, a mejor precio. Es razonable. Y otra cosa: cuando quieres comprar algo pidiendo dinero al banco. En ese caso la entidad sabe que tú tienes efectivo para respaldar la operación.
—¿Qué indica que el Madrid haya empezado a vender jugadores importantes en las dos últimas temporadas?
—Que quiere hacer caja. Creo que a Di María y a los otros los vendió bien. Eran jugadores de referencia. El Madrid nunca fue un club vendedor, sino comprador. A mí esos jugadores me gustaban mucho. Aunque yo era un enamorado del Madrid castizo, el de Pirri, Stielike, Netzer, Santillana, Camacho...
—¿Necesitaba el Madrid vender a Di María para fichar a James?
—¡Sí! El Fideo era un jugadorazo como la copa de un pino. Me parece que había otros intereses, aunque es una presunción mía. Creo que era más importante tener a un colombiano que a un argentino, o fichar a un mexicano...
—¿Tiene que ver con ACS?
—Sí... Está a la vista, no es descubrir la sopa de ajo. Se fichó a James y a ACS se le asignó una gran obra por la que va a facturar 696 millones de euros. Fue en un viaje que hizo el presidente de ACS con la vicepresidenta del Gobierno a Bogotá. Se vieron con el presidente colombiano Santos.
—¿Después del fichaje de James?
—Sí, y a raíz de ahí le adjudican la obra. Es una autopista. La primera fase de todo un tramo por el que factura 696 millones de euros. Luego tenemos el tema de Chicharito. Que llega en el último minuto, en el tiempo de descuento. El día que se anunció esto conocimos, horario de México, que Norman Foster presentó la maqueta al presidente de México de lo que será el nuevo aeropuerto de México DF: 9.000 millones de dólares que buscan constructora. Y también se habla de que en Costa Rica se van a abordar unos grandes proyectos desde el punto de vista de obra pública, y Keylor Navas está en la portería del Madrid.
—Entiendo...
—Y a todo esto el Madrid tiene una gran escuela de promoción del fútbol en Arabia, donde una subsidiaria de ACS se postula para construir estadios de fútbol por 2.000 millones. Y también recientemente apareció un acto con Abu Dhabi. Pues Abhu Dabi tiene más de 300.000 millones de euros en los próximos años para gastar en obra pública.
—¡Me deja preocupadísimo!
—No, no... Yo entiendo que si alguien lleva los destinos de un club, sabemos que no cobra un duro, y que si puede beneficiarse del efecto en el buen sentido de la palabra y los socios están contentos, pues no hay ningún problema. Que no se me malentienda. Esta es la realidad... Hay una relación muy directa entre fichajes y negocio.
—Ya...
—Me gustaría puntualizar un pequeño detalle, que es que la obra pública en España está muy recortada, y en Europa también es estrecha. Quiero decir que el dinero tendrá que venir a las grandes constructoras de dos focos, América y Asia.
—Así que la próxima pretemporada será en China, ¿no?
—Claro, y en Argentina no hay obra pública, así se explica que Di María se vaya al Manchester y que marque goles allí.
—¿El modelo de Florentino en el Madrid es sostenible?
—Dicho sea con todo el respeto y desde el conocimiento que tengo de las empresas del Ibex, este es un modelo que me da un poco de miedo porque en ACS no ha sido sostenible. ACS compró Unión Fenosa y era una enorme carga financiera y tuvo que desinvertir. Fue haciendo otras inversiones, como en la alemana Hochtief, que con el tiempo ha tenido que ir troceando. De ahí vinieron los fichajes de varios jugadores alemanes para ir contentando al público alemán, para buscar la simpatía. Eran además casi todos jugadores de origen turco, teniendo en cuenta que una de las ciudades que se postulaban para los últimos Juegos Olímpicos eran Tokio, Estambul y Madrid.
—Parece haber una conexión...
—Bueno, yo veo las cosas de esta manera, no digo que sean así. Yo voy buscando los orígenes, las naturalezas...
—Por sus palabras el Madrid ingresa bien, pero aumenta el gasto en exceso...
—Y cuidado. Los ingresos parecen estancarse en el mundo del fútbol. Salvo en la Premier, que a nivel de explotación económica y comercial es brutal. Esta temporada 20 clubes van a facturar más de 4.000 millones de euros allí cuando el fútbol español factura 1.800. Y la Bundesliga, con 18 clubes, factura más de 2.000. Porque se ha olvidado del tema televisión y ha mimado mucho los aficionados y los estadios, y cuida que entrar al fútbol sea muy barato. Ellos tuvieron un fiasco muy importante a principio en 2000 que fue el tema Kirch, el operador televisivo que reventó. Fue doloroso pero se reinventaron y reconvirtieron el fútbol con la excusa del Mundial de 2006.
—¿Y aquí?
—Aquí vamos de cara a la galería y olvidamos al aficionado de a pie, el que importa. Puede que el Madrid y el Barça no quieran bajar los precios de las entradas, pero los demás clubes tienen que hacerlo, porque hay pocos niños en los estadios. Eso va a acabar con el fútbol. Yo, a mi hijo, le he convencido de que sea un héroe y sea del Espanyol. Pero poco a poco la cosa se polarizará con dos grandes monstruos (Madrid y Barça).
Fuente: AS