Rol de MdT: Cazador.

Me apunto.

Vaya, te leí por el otro hilo y te escribí mp. Ya llego tarde :C

Hola, disculpad acabo de llegar del trabajo y hasta que no llego, lo tengo complicado para contestar

Nathaniel se levanta de la silla y se estira. Lleva horas en la biblioteca y por lo que parece va a anochecer pronto. Sería mejor que recogiera y se fuera moviendo para casa. Cierra el libro que tiene abierto delante suya, titulado "Mitos y Leyendas de Sumer" y lo devuelve a la estantería que le corresponde. Se despide de la bibliotecaria, la cual le devuelve el saludo, mientras sale del lugar. Algo completamente normal dado que visita la biblioteca continuamente. Incluso le ha parecido que alguna de sus sonrisas tenía más de una intención.

En el camino a casa el sol termina por ponerse, dando paso a la noche, bajo la cual llega a los apartamentos donde tiene un pequeño piso de estudiante alquilado. No es gran cosa, pero sus padres pagan por él, así que no tiene quejas. Comprueba el correo como de costumbre, y ve un pequeño folleto de publicidad sobre cierto lugar de descanso. No le presta mucha atención al principio y sube al piso. Tras asearse y cenar algo, se acuerda de nuevo del folleto y decide mirarlo más a fondo. Un complejo turístico con actividades y a muy bajo precio. "Es temporada baja, normal que tenga esos precios" piensa.

Tirado en el sofá, piensa un poco sobre ello. Sinceramente no le vendría mal, lleva 4 años estudiando y moviéndose prácticamente de la universidad a la biblioteca y a casa, sólo teniendo pequeños trabajos ocasionales que le permitan pagarse algún capricho o como colchón económico por si acaso. Bien podría gastar una parte de ese colchón en relajarse. La idea es tentadora, y con esa idea se va a la cama.

Lo siguientes días esa idea parece haberse quedado en su mente, así que finalmente se dice a sí mismo "¿Por qué no?" y decide terminar llamando para realizar una reserva.

Le llaman Gansoma, Gàn dialecto del chino hablado en la región de Jiangxi, ahí empezó la historia…

Pero para llegar a ese capítulo debemos retroceder unos cuantos años

Un chico originario de Seattle decide alistarse en el ejército, es joven, ingenuo y con la cabeza llena de fantasias. Nunca se dedicó a estudiar en serio, tampoco era un genio, siempre prefirió aprender acerca de los temas que le transmitían mayor interés, especialmente las Finanzas

Destinado a Irak tras salir de la academia y terminando en Libia, acabo por desvanecerse la fe ciega en defender a su país en territorio hostil, sumado a que en más de una ocasión estuvo a punto de irse al otro barrio

Fue a partir de este momento, habiendo ascendido a sargento por sus habilidades demostrada sen combate, que empezó a mover hilos para alejarse de la primera línea de acción y encontrar una posición más “gratificante” y tranquila… Y así es como termino en la división de logística, supervisando envíos de suministros a destacamentos militares en todo el globo

Pronto descubrió en Jiangxi, que no había un excesivo control de los suministros que se entregaban, y que en el transporte nadie tenia demasiadas ganas de perder el tiempo husmeando. Y así es como empezó a colocar las primeras armas clandestinas. Total, nadie se daba cuenta si había un bidón más de la cuenta repleto de M4s

Así fue como poco a poco creó una red de contrabando, satisfaciendo las demandas de grupos paramilitares en los distintos continentes. Total, no hacía daño a nadie, era un libre mercader del siglo 21, un fenicio

Y como todo negocio ilegal que genera dinero, había que empezar a blanquear todo ese capital. Así es como empezó con una pequeña cadena de lavanderías en Seattle, un sector con poco control que brindaba una opción perfecta. Más tarde, se sumaron restaurantes y pubs…

Todo iba bien, y disfrutaba de un merecido permiso en su ciudad natal, cuando recibió una llamada de uno de sus contactos de fiar, parece ser que ha llegado a oídos de mandos superiores un chivatazo de su negocio encubierto. Aunque no hay pruebas que lo demuestren por el momento, no estaría de más desparecer una temporada….

Gansoma cuelga el teléfono, absorto, con la mirada fija en el suelo. Un panfleto colorido llama su atención: “vacaciones en el lago”….por que no?, pensó. A nadie le daría por buscarme allí…

Eric vuelve del gimnasio tras entrenar duro una vez más. Desde hace unos pocos meses, este ha sido su único alivio y respiro durante el día. Con su trabajo junto a su hobby fuera de su alcance, sus días se han vuelto más grises que nunca, y además no parece tener mucha pinta de mejorar.

Pasea una vez más sin prisa de vuelta a su casa. Gracias a la herencia que recibió, junto a todo el dinero que ha ido ahorrando al no gastar casi nada durante sus años de trabajo, puede vivir cómodamente en un buen sitio de la ciudad. Nunca le ha gustado excederse en los lujos, pero con todo lo que ocurrió, pensó que un cambio de aires estaría bien.

Al llegar a casa, recoge todo el correo como de costumbre. Sin hacerle ni caso en un inicio, lo deja sobre la mesa mientras va a hacerse la comida que le toca en ese momento del día. Una dieta estricta es necesaria para mantener un físico como el suyo, y no mantenerla podría suponer deshacer el trabajo de meses de esfuerzo. Mientras está haciendo la comida, se dedica a mirar el correo, viendo ese folleto principalmente rojo. Le echa un vistazo y lo lee completamente, aburrido de su rutina.

¿Vacaciones en el lago? Quizás podría irme bien para despejarme un poco y tomar finalmente una decisión. No es un bosque, y ahí puedo seguir comiendo y entrenando adecuadamente. Podría ser un sitio tranquilo en el que cambiar de aires y empezar a acercarme a aquello que me aterra.

Una vez acaba de hacerse la comida y de comer, decide llamar para hacer una reserva mientras prepara su equipaje. Como siempre, sea donde sea, piensa llevar aquello con lo que siempre se siente seguro y con lo cual no sale siquiera de casa.

Tras realizar la reserva, es citado en la estación de autobuses. Mientras prepara sus cosas, también revisa mentalmente que no se le olvide nada que luego pueda necesitar. Aunque se supone que son unas vacaciones, termina cogiendo varios libros de texto que debe terminar, y otros cuantos libros por el simple hecho de terminar de disfrutar leyéndolos. El día acordado parte hacia la estación lo suficientemente temprano. No le gusta llegar tarde a los sitios, se podría decir que prefiere esperar a que lo esperen a él. Poco a poco, junto al que parece el autobús se va reuniendo un nutrido grupo de personas que parece serán sus acompañantes en el viaje. Algunos resaltan entre la muchedumbre, aunque eso suele ocurrir en cualquier grupo realmente.

Al tiempo, aparece la conductora y Nathaniel procura subir de los primeros para poder coger una ventanilla. Manías suyas.

El autobús parece llenarse prácticamente hasta arriba y comienzan el camino hasta su destino. Un hombre parece sentarse a su lado e inicia una pequeña conversación con el que envuelve el extraño aspecto de la conductora.

A mitad de camino paran en una zona de descanso donde aprovecha para mover un poco las piernas distanciándose un poco del grupo, tras lo cual vuelven a partir hasta llegar al "resort". Bien entrada la noche, parece que el lugar ha sido moldeado por el turismo, y hay bastante escasez de establecimientos, aunque también es verdad que dispone de todo eso en Seattle. Esta aquí para disfrutar un poco del aire libre, no para encerrarse otra vez en otro lugar. Lo primero que hace es coger la mochila y ver si hay indicaciones de la conductora, o simplemente deben entrar en el edificio a buscar su habitación. Su equipaje pesa algo, y bien le vendría soltarlo de una vez.

Mientras preparaba la maleta, Dan pensó en sus armas de caza. ¿Debería llevarse algo? No sabía si esa casa de campo estaría preparada para un cazador y prefería no arriesgarse, me llevaré un par de rifles que nunca está de más.
No tardó en llegar al autobús, había un gran grupo de personas, pero mirando por encima salvo 3 o 4 ninguno llamaba la atención especialmente.
Subio al autobús y enfiló hacia la parte trasera, prefería observar al grupo, tal vez encontrara algún cliente potencial en ese rebaño. Escuchó de refilón que dos individuos hablaban de la conductora, pero apenas les prestó atención.
El viaje transcurrió con normalidad, al menos la primera parte. Cuando les dijeron que podían bajar a estirar las piernas no se lo pensó y se dispuso a bajar la escalinata. Tal vez sea un buen momento de ver la fauna local, pensó, y agarró uno de los estuches de armas.
Entró en la gasolinera antes de nada para comprar agua y algo para picar y de paso preguntar por este campamento, tal vez el encargado lo conociera de otros viajes anteriores.

Eric, una vez hecha la reserva, y llegado el día 22, se dispone a ir hacia la estación de autobuses. Ha preparado una maleta con lo esencial: Bastante ropa (Tanto para vestir como ropa cómoda de deporte), un cargador para su teléfono, un par de calzados (El de vestir, que lleva puesto, y uno para hacer deporte), y también lo que siempre lleva en sus bolsillos, además de algo de comida para el camino.

Una vez llega a la estación y al autobús que va a llevarle a sus vacaciones, observa casi de forma automática y natural el ambiente y a la gente. Los años dedicados a su trabajo le han hecho alguien atento y observador, tanto si le gusta como si no. Echa un vistazo a la conductora, y le extraña ligeramente la falta de identificación (Ya sea de empresa o de persona) en su ropa, pero tampoco le da excesiva importancia. Después de todo, pueden haber muchas razones para ello, y tampoco es su asunto. Le llama más la atención el color de sus ojos, el cual le parece atractivo, pero después de un vistazo, la deja estar. Sabe de sobra lo incómodo que es sentirse observado, y probablemente ella también lo sepa. Mira a unas pocas personas que también le llaman la atención, además de mirar a todo el mundo en general para ver si ve algo más inusual, pero luego entra al autobús con el resto.

Una vez dentro, decide sentarse en un lugar por el medio. No quiere llamar más la atención de la que ya de por si la llama, con su imponente cuerpo y alta estatura. Ya ha visto que más de una persona se ha girado a mirarle, por razones varias.

Cuando el autobús se pone en marcha, se dedica a mirar su teléfono y comer parte de la comida que se ha llevado para el viaje. Salvo alguna mirada furtiva, parece que nadie interrumpe lo que está haciendo. Se dedica a escuchar conversaciones ajenas, llevado por una mezcla de aburrimiento y curiosidad. Después de todo, va a estar un tiempo con esta gente. Quizás pueda conectar un poco con alguien, o enterarse de algo interesante.

Una vez llegado a Ice Peak, baja del autobús, llevándose la parte de merienda que todavía le queda por comer. Observa hacia donde va la mayoría de gente, esperando que quizás algunos ya conozcan la zona y se dispongan a ir a algún lugar donde poder pasar la hora. También observa, sobre todo, a la conductora, ya que imagina que es la que más veces habrá pasado por aquí. Una vez hecho eso, se dispone a ir al baño más cercano, y después ya decidirá en qué gasta esa hora.

Gansoma da un par de vueltas por las estanterías, se da cuenta que para ser un sitio de paso están bastante bien surtidos. Apunta hacia la parte de comestibles, y coge un par de bolsitas de madalenas y galletas, siempre le han gustado estas cosas, y parece que con el frio le ha cogido un poco de hambre.
Mira de reojo el apartado de caza, se pregunta cual es el motivo de que tengan tantos elementos y accesorio para dicha actividad. ¿Será una zona de caza? -preguntará al dependiente después-

Se dirije hacia el sonriente dependiente con su surtido de snacks, y aprovecha para entablar conversación con alguien “local”, quien mejor que el puede saber a cerca del destino que les espera,¿ debe ir mucha gente, es una actividad transitada?

Paga con un billete de 20, a lo que le devuelve un buen puñado de monedas – siempre le molestó llevar chatarra encima- Antes de salir por la puerta decide preguntarle por el hombre que está en la entrada, por el aspecto que tiene seguramente tenga una historia truculenta detrás.

Con toda la nueva información sale de la tienda, aún sostiene en la mano el puñado de monedas, se acerca al hombre, le recuerda a un personaje de una famosa película de magos, se ríe para sus adentros y decide dejarle una moneda en cada uno de los vasos, quizás le cuenta alguna anécdota divertida

Al llegar a los recreativos, Luke se da cuenta que no hay nadie. Todo parece estar controlado por un sistema de cámaras que parece llevarse desde detrás de una puerta no demasiado segura. Tras pasearse un poco ve algunos premios que le llaman la atención, entre ellos un telefono que salió a mercado hace unos 2 años. Cree que actualmente su valor será de unos 200$ pero podría sacarlo por la mitad. Aunque aun le parece demasiado dinero.

Mira a un lado y otro, pero si fuerza la maquina quedaria grabado. Quizás deba quitar la cinta, solo por si acaso. Inspecciona la puerta y ve que necesitaría una pequeña palanca para abrirla. Así que decide ir a dar una vuelta.

Llega a la gasolinera y cuando encuentra algo con lo que hacer una ligera presión se fija en el cartel del hombre desaparecido y parece palidecer. -Una coincidencia? No creo- dice para si. Suelta la palanca y se dirige sin demora a inspeccionar mejor el cartel.

Sin duda es "el anciano" del Caso Cromwell. -Que coño haría este tipo aquí? Quizás alguien sepa mas de esto- se dice a si mismo y se va a preguntar, antes calmandose por el camimo.

Abre la puerta del restaurante pero al ver lo ajetreada que esta la camarera y el dueño decide que no es un buen sitio para preguntar, por lo que lo descarta enseguida.

Prosigue su camino y se encuentra delante de la tienda. Ve a ese vagabundo, mira sus botes y una pequeña sonrisa le aparece en la cara. -¿Quien mejor para poder contar algo que un vagabundo agradecido?- piensa.

Le pone un billete de 20$ en la de "Mujeres" diciendole -Todo buen hombre deberia tener una buena mujer, pero estar casado es mucho más caro que estar con una chica una noche- y rie para conectar con el mendigo. Después de una breve charla banal que hace para crear buen ambiente, decide preguntarle por la gasolinera y ese hombre desaparecido. Decide no revelar sus verdaderas intenciones, que aunque no son malas simplemente no las quiere compartir.(Int+Subterfugio?)