Uno de los primeros Museo de lo absurdo estuvo dedicado a la consola portátil de Atari que intentó hacerse un hueco en la industria a finales de los 80, rivalizando nada más y nada menos con la Game Boy. En dicho Museo descubrimos las pretensiones de Atari, y cómo éstas quedaron plasmadas en un hardware muy vanguardista y adelantado a su tiempo que terminó cayendo en el olvido debido a la insuficiente respuesta, tanto del público como de las desarrolladoras, a pesar de contar con un catálogo que, aun escueto, estaba cargado de buenos títulos.
El periplo de Lynx apenas duró tres años en la cresta de una ola que cada vez estaba más cabizbaja. Con la muerte de esa ola en la orilla, quedaron atrás los deseos de Lynx de convertirse en un referente que podía haber cambiado la industria; de haber dejado de ser un quiero y no puedo. Durante esos tres años apenas se dejó entrever la potencia de una consola que estaba destinada a albergar títulos y características que escapaban de toda competencia alguna. Receptor de TV, juego en red (a través de lo que hoy conocemos como Internet y que en 1989 era un mero espejismo perdido por el horizonte), conexión directa con futuras consolas para servir de segunda pantalla... Sueños y deseos que se desvanecieron por el poco hacer de Atari y la falta de dinero y tiempo para explotar dichas cualidades.
Los dos modelos estéticos de la Lynx. Ambas, obras de ingenieria mal explotadas
Pero hoy el primer capítulo de la tercera temporada del Museo de lo absurdo no va a ir dedicado a “la señorita lince”, sino a uno de esos proyectos que nunca llegaron a puerto alguno porque el sueño de la Lynx se acabó antes de lo previsto. Hablamos del proyecto más ambicioso que jamás ha habido para una consola portátil, lo que, en 1989, iba más allá, siendo el proyecto más ambicioso de la historia de los videojuegos. Hablamos del afanoso y a la par desconocido Alien Vs. Predator de Atari Lynx.
Alien Vs. Predator de Super Nintendo
Alien Vs. Predator de Game Boy
Supongo que muchos de vosotros sabréis que Alien Vs. Predator fue el juego de salida de Atari Jaguar en 1993, el juego con el que quisieron romper moldes y dar un golpe en la mesa del sector de las consolas de sobremesa. Alien Vs. Predator de Jaguar fue un buen juego, que, si bien no aprovechaba las características (supuestas) de los 64 bits que poseía la consola que lo ejecutaba, si fue revolucionario en la época, haciendo gala de un apartado técnico de lujo. Alien Vs. Predator de Jaguar no fue el pionero en trasladar esta franquicia de comics a los videojuegos, pues ya hizo aparición en Super Nintendo y Game Boy, pero sí que fue el primero en hacerlo en estilo FPS (shoot’em’up subjetivo), siendo también el primero de una saga de títulos que mantendrían su estilo de juego (manejando a marines, aliens y depredadores) y cuyo último exponente aparecerá este mismo año para las consolas de última generación.
He ahí la primera prueba de lo imposible hecho posible
Pero los planes de Atari de trasladar los comics de Alien vs. Predator a los videojuegos se remontan en realidad a unos años antes de la aparición del mismo en Jaguar. No había entrado aún la década de los 90 cuando Atari ya barajaba un juego basado en un cómic que tampoco había salido a la luz aún.
Alien Vs. Predator de Atari Jaguar. Juegazo
Atari buscaba una franquicia propia que contuviese elementos que llamaran la atención del público y que no pudieran encontrarlos en otra consola, y el chivatazo que recibió a mediados de 1989 fue vital para dar por terminada dicha búsqueda y empezar a trabajar. En ese momento, los comics estaban a la orden del día, y muchos de los juegos que estaban apareciendo estaban basados en personajes de comics, de ahí que Atari se empecinara en tener una franquicia proveniente de un cómic y que fuera propia. Por lo tanto, en cuanto se enteró de que estaba en curso un cómic sobre dos de los personajes de sci-fi más molones de los 80, directamente compraron los derechos y fueron a por ellos. Y así fue, como a principios de 1990, se embarcaron en su juego más ambicioso y para su consola más vanguardista, que no era otra que Lynx, la portátil de 8 bits.
Imagino que a estas alturas estaréis pensando de que, al tratarse de una consola portátil, el juego iba a contar con unas características muy limitadas, siendo un plataformas con tintes de acción y en el que manejaríamos a un Alien o a un Predator recorriendo niveles de scroll horizontal, o bien, a lo sumo, un beat'em'up lateral como sería, tres años después, el arcade o su posterior versión de Super Nintendo. Pues estáis completamente equivocados, porque Atari tenía en mente la misma perspectiva que luego tendría para la versión de Jaguar, queriendo hacer un Alien Vs. Predator en Lynx de estilo FPS.
Recreativa de Alien Vs. Predator. Muy buena, pero la versión de Lynx iría más allá...
¿De estilo FPS? ¿En 1990 cuando aún no existían tal y como los conocemos ahora? ¿En una consola de 8 bits? ¿Estaban locos o qué?
Sí, sí, sí, y no. No estaban para nada locos, sabían perfectamente lo que querían. En 1990 aún no habían aparecido juegos como Wolfenstein 3D o Doom, que servirían para afianzar las bases de un género otrora prácticamente inexistente, pero Atari en 1990 empezó a desarrollar un Alien Vs. Predator que parecía beber de los mejores (que ni existían) y, encima, en una muestra de optimización increíble. Porque se comenta que apenas se utilizó el potencial de la Lynx, pero tanto como para mover un FPS con un motor con rotaciones en 3D (aunque invisibles en apariencia, se producirían)... Pues sí, tenía capacidad para hacerlo.
Alien Vs. Predator FPS en una consola de 8 bits (me ha sido imposible encontrar imágenes a mayor resolución)
Alien Vs. Predator de Lynx iba a hacer gala de unos gráficos jamás vistos hasta entonces en portátil (y más cuando la única que existía en ese momento, la Game Boy, tenía una paleta de colores prácticamente monocroma), pero no sólo hasta 1990, sino hasta la aparición de Game Boy Advance diez años después, sin contar que, en Mega Drive o PC Engine, las 16 bits con más solera por ese entonces, tampoco contaban con juegos con semejante potencial técnico. En Alien Vs. Predator de Lynx íbamos a manejar a un marine, un alien o un depredador, como luego ocurriría en la versión para Jaguar, por un laberinto de estrechos pasillos y tenebrosa ambientación, donde los enemigos podían acechar en cualquier esquina.
¡MUERE, MARINE!
Pero Alien Vs. Predator no iba a ser tampoco convencional a nivel de jugabilidad, porque no iba a tratarse de un juego en el que ir por esos pasillos a toda leche disparando sin parar: el sigilo y la prudencia eran vitales, intentando no llamar la atención de los enemigos y sobrevivir eludiendo el ataque de los monstruos lo máximo posible, a pesar de que contaríamos con un arsenal de armas extenso (pero con munición limitada). Vamos, en estilo de juego era una especie de Metal Gear Solid (como ahora lo conocemos), con una mezcla de disimulo y acción a partes iguales, sobre todo si eras marine (aunque con el depredador podías volverte invisible), con el matiz tan positivo que ello supone, y más en algo que jamás había existido antes.
Cuchillos, armas de fuego, bombas... menudo arsenal
Entornos 3D suaves, buena cantidad de niveles, sonido (parece una tontería, pero en los juegos que hacían gala de un apartado técnico que exprimía la consola, prescindían del sonido para no "petarla" aún más), buena jugabilidad... Lo tenía todo, o más bien, casi todo, porque lo único que le faltó a Alien Vs. Predator de Lynx fue salir a la venta.
Alien Vs. Predator de Lynx nunca llegó a ver concluido su desarrollo. La consola no vendía y Atari estaba sumida en una crisis corporativa enorme, también debido a los fracasos de sus dos anteriores consolas de sobremesa (5200 y 7800), y al dinero que el proyecto Jaguar se estaba llevando. Por ello, al grupo de desarrollo se le fue cortando el grifo, quedando cancelado el juego en un 60% de su desarrollo a mediados de 1991. Además, la cancelación del juego supuso también la pérdida de la exclusividad (y de, cuya pérdida, salieron algunos frutos, como una recreativa y juegos para Super Nintendo y Game Boy que no tendrían nada que ver con el de Lynx). Aun así, se retomó el desarrollo del mismo a finales de 1992 porque querían que compatibilizara con la versión de Jaguar (sirviendo además como base del Alien Vs. Predator de 64 bits), y llegándose al 95% de su desarrollo a finales de 1993, sin que contara incomprensiblemente con el visto bueno de Atari y nunca llegara a salir.
Fracaso. Por esta y muchas otras razones, Alien Vs. Predator de Lynx nunca llegó a salir
Y digo incomprensiblemente porque, hace pocos años, se filtró, por parte de uno de los desarrolladores, una versión al 80% del Alien Vs. Predator de Lynx, siendo casi-totalmente jugable tanto en emulador como en consola. Para muestra, este botón (ABSOLUTAMENTE RECOMENDADO):
Juego al 80% de su desarrollo
Lynx murió, y con él Alien Vs. Predator de 8 bits, que, sin duda, se hubiera proclamado como uno de los mejores juegos de la época y un gran baluarte en la línea de avances históricos de los videojuegos. Una lección de optimización que, a día de hoy, es tan desconocida que algunos pensarán que es fake. Y ello es una auténtica lástima.