La verdad es que viendo el E3 con un poco más de perspectiva, uno se plantea y replantea ciertos temas para llegar a unas conclusiones que pueden ser bastante claras. Por un lado, y aun apesar de que la conferencia de Nintendo nos haya podido gustar, o no, están las decepciones. Quizás faltasen títulos, que no digo que haya pocos, pero si algunos títulos de peso, opino. Quizás faltasen datos, que pueden no ser los más relevantes, pero desde luego son interesantes. Y quizás, la mayor decepción fue el apartado gráfico.
Señores, muchos se aferran hoy día al clavo de los juegos corriendo en GameCubes en el E3, y yo era uno de ellos. Pero para que engañarnos, Iwata nos dijo que diríamos "WOW" con los gráficos, y yo sólo he dicho "WOW" con un juego, el Zelda:TP y es de GameCube.
¿Cómo de triste o malo es esto? Bueno, aún queda por ver como de diferentes son realmente Wii y GameCube, porque ya nos han mostrado como son de parecidas, y no creo que nadie aplauda a una GameCube con un mando extra. La gente, nosotros, queremos una consola nueva, queremos una next-gen. No digo que gráficamente tenga que ser como PS3, o como X360, pero por lo menos debería tener cierto potencial en físicas y demás cálculos que ayudasen a crear unos entornos interactivos y realistas. Para dejar las cosas claras, el Elebits me parece un chiste malo de unas físicas de chocolate. Realmente la potencia gráfica puede no ser primordial, pero ¿y las demás características que permiten hacer evolucionar a los videojuegos?
Si soy sincero realmente no sé a que "puede aspirar Wii", pero lo que sí sé es lo que yo le pido a ella. Una vez analizada la situación, uno piensa en la diferencia de potencia entre Wii y PS3/360. ¿Es mucha? Sí, pero desde luego que no es ni la mitad de diferencia que había entre N64 y PSX, y esto no le impidió triunfar a la primera de Sony. Creo que ya intuís la dirección de los tiros.
¿Realmente que es lo qué os hace jugar, qué es lo que os impulsa a jugar? A mí lo que me impulsa a jugar no es el aburrimiento, cuando me aburro me leo un libro. A mí lo que me impulsa a jugar es el hecho de buscar ese juego que me haga sentir igual que me sentí cuando eché mi primera partida de 2 al Mario Kart en la SNES, o cuando empecé a jugar al Mario Wolrd por primera vez. Esa sensación de estar en un mundo mágico, algo completamente inaudito en el que me podía perder. Desgraciadamente uno con la edad, pierde esa perspectiva del videojuego, y se centra en otras cosas más supérfluas y anecdóticas como es el apartado gráfico o lo bien que se acomodan y responden los controles.
He estado tirado en la cama reflexionando un rato sobre uno de los mejores juegos que he podido jugar jamás. Seguramente el mejor de todos. El Secret of Mana. Lo que hizo que este juego me marcase tanto no fue ni su profunda historia, ni su control, ni su apartado gráfico. Yo por aquel entonces sólo sabía alemán, y los diálogos en inglés me eran indescifrables, era demasiado pequeño para saber si el juego tenía o no tenía grandes gráficos, y desde luego que me hacía un lío con un control que me resultaba imposible.
Pero la magia surgió. Surgió de imaginarme yo aquel mundo de gentes de habla extraña, surgió de imaginarme una historia que me estaban contando, surgió de enfrentarme a un control que me suponía un enorme reto.
No puedo negar que otras características del juego, como el poder pasarnos la aventura entre 3, o el hecho de poder volar a lomos de Flamie por un mundo que no tenía un fin (era redondo), me dejaron boquiabierto, y desde luego enfatizaron más el aura mágica que envolvia tan magnifico cartucho.
Viendo ahora el juego, y rejugándolo otra vez. Me doy cuenta de la de recuerdos idealizados que tenía de algunas zonas, y de que la mayoría de recuerdos y sensaciones que me transmitia el juego, eran inventadas por mí. Recuerdo que enfrentarse a un enemigo final era una cuestión casi de "vida o muerte", porque no conseguía controlar bien el juego. Pero que fácil me parece ahora.
Y creo que aquí está lo que yo buscaba, una nueva forma de enfrentarme al videojuego, que me haga sentir como ese chaval de 8 años delante de su televisor y con un mando que le era completamente nuevo. Estoy casi seguro de que es eso lo que busco, una nueva forma de controlar el videojuego y de interactuar con el, algo que me resulte tan diferente que haga emerger otra vez ese aura mágica al rededor de los "cartuchos".
Y por eso creo que el Wii Remote es MI mando, al igual que Wii es MI consola. Por eso creo que aunque los gráficos no sean lo mejor que pueda existir, mi imaginación hará el resto, si el mando me lo permite, y desde luego, que lo único que le pido a Wii, es recuperar esa fé en los videojuegos que ya perdí una vez, y que sólo he conseguido recuperar con Nintend8DS (Lite jeje).
Si alguna vez he creído estar cerca de reencontrarme con esos momentos mágicos creo que es con Wii.
Si alguna vez he creído en los videojuegos, es ahora.
PLAYING IS BELIEVING.