SteamOS no es perfecto, hemos normalizado tener que ver o leer tutoriales para instalar Battle.net o Epic Store. Hemos normalizado no tener juegos instalados de Game Pass, hemos normalizado muchisimas cosas que no son tan guays. Y SteamOS tb tiene cuelgues, bugs y problemas a montones que perdonamos y hacemos como que no están pero están ahí... Tener que instalar Battle.net metiendote en Linux y poniendo comandos que has visto no sé donde es algo que no es guay para todos los gamers. Yo he experimentado a instalar y usar Epic Store o Battle.net tanto en W11 como en SteamOS y no hay color. No os engañeis. Y donde digo Battle.net digo emuladores o cualquier app que se os ocurra desde Chiaki, pasando por MSI Afterburner, HWinfo, Netflix, Moonlight o lo que os venga en gana.
Las funciones que nos gustan de SteamOS. Son "facilmente" trasladables a Windows, tales como como modo Big Picture, Sleep Mode, Manejo de TDP, etc. Todas esas funciones se pueden implementar via Windows o via Software de terceros como tienen ASUS o Lenovo. Por supuesto no tan bueno como es hoy SteamOS, pero cuando salió SteamOS estaba muy verde y ha mejorado con el tiempo. Si Microsoft realmente se plantea sacar ese Windows Handheld versión como se ha rumoreado tantas veces entonces SteamOS no sé en que lugar quedará
Para mi ahora mismo la mejor opción en Steam Deck es W11+SteamOS (siendo SteamOS la base principal) y en Rog Ally y Legion Go Windows 11 funciona bien y de manera intuitiva y más sencilla es más accesible para instalar cosas que lo que pueda ser SteamOS. Hoy en día en una máquina como Rog Ally o Legion Go tener instalado SteamOS sería ridiculo.
Por otra parte es Microsoft quien necesita a Asus, Lenovo o MSI. . Por que son los clientes de Microsoft. No al revés. No lo olvideis. Usar W11 encarece muchisimo los productos. Fijaos que siempre cualquier ordenador gamer vale +100€ cuando Inclue Windows ¿De verdad creeis que un fabricante tiene interés en encarecer 100€ su producto?
PD: Que conste que soy un gran admirador de SteamOS, pero creo que a veces nos flipamos demasiado.