-Porque bizqueaba al hacerlo.
-¿Al hacer el que?
-Al follar.
Elena calló entonces. Atardecia en el acantilado y podian escuchar el romper de las olas abajo. Miriam estaba sentada en el borde, sus pies descalzos envueltos por el viento pesado y caliente de Junio, miraba a lo lejos el puerto, rodeado de humo y tinieblas,
-Esa mierda se nos comera a todos.
Elena todavia rumiaba la contestación de su vieja amiga, buscando sentido allí donde no lo habia; Miriam escudriñaba la espuma blanca, buscaba algo entre las maderas negras y cristales que nadaban entre las olas, era la tarde del 25, y la playa amanecio manchada de tizne y botellas rotas,
- Ayer me llamó Marcos.
Aunque Miriam parecia recordar algo importante, contesto en cuanto Elena acabó la frase, sin apartar la vista del mar,
¿Para que?
Preguntó como me iba, dijo que queria verme este sabado, me invito a su piscina; hace mucho calor este año, creo que ire; ¿crees que le gusto?
Es posible.
Eso espero; ¿buscas algo en el agua?
Siguio escudriñando el horizonte durante un rato mas, hasta que dijo:
Recuerdo que cuando era pequeña, y mis padres seguian juntos, solian traerme a la playa, entonces aun era azul, y no hacia falta mirar por donde pisabas, el caso es que mi padre y yo haciamos castillos de arena, nos quedabamos en la playa hasta que el agua se lo llevaba, una vez, mientras esperaba a que llegaran las olas, vi algo entre las olas, corrí hasta el agua, habia una niña, morena, grandes ojos verdes, parecia perdida entre el ir y venir de las olas, la ayudea a arrodillarse en las aguas poco profundas, y me sente a su lado, espere a que se encontrara mejor, no podia apartar mis ojos de los suyos, tardo un poco en reponerse, dijo que se llamaba Sirena, y que en coral todas las chicas se llamaban como ella,
¿Pero tenia pies o aletas?
Elena sonreia, a Miriam no parecio importarle, siguio hablando,
- No lo recuerdo, hace tanto tiempo, me dio las gracias por haberle ayudado, decia que sus amigos la estarian buscando, que debia volver al mar, pero que estaba segura de que volveria a verme, luego se fue nadando, cuando volvi a la orilla, el castillo ya no estaba, no volvi a ver a Sirena.
Miriam se levanto, se calzó sus sandalias y bajaron las dos hasta la playa.
-Cuidado con los cristales.
Ahora miraban las dos hacia las olas, escudriñando entre la basura que nadaba en ella,
--Los niños ya no hacen castillos.
Siguieron caminando hasta que el sol bajo al horizonte, Elena seguia dandole vueltas a aquello,
¿Como le pudistes decir eso?
Me hizo una pregunta, y yo le conteste.
Creo que no ire con Marcos.
Creo que buscare otras playas.
Saludos ;D