Capitalismo y comunismo, de Gilles Dauvé.
Es un texto bastante extenso, pero me parece la hostia. A través de análisis del trabajo abstracto, la separación y el valor levanta lo que debe y lo que es el movimiento comunista. Lo resumo un poco:
“El comunismo no es un conjunto de medidas que se aplicarían después de la toma del poder. Es un movimiento que existe desde ahora como tendencia surgida de necesidades reales. […] Si actualmente un gran número de luchas sociales parece no desembocar en nada es precisamente porque su única prolongación sería el comunismo, piense lo que piensen quienes participan en ellas. […] [Pero] la revolución comunista no es la suma de los movimientos inmediatos actuales ni su metamorfosis por la intervención de una vanguardia. [...] La revolución comunista es la prolongación, la superación también, de los movimientos sociales actuales. Las discusiones sobre el comunismo generalmente se plantean en un terreno falso: se preguntan qué se hará después de la revolución. Jamás relacionan el comunismo con lo que sucede en el momento en que se habla. Hay ruptura: se hace la revolución, después se hace el comunismo. En realidad, el comunismo es la prolongación de necesidades reales que se manifiestan desde hoy pero que no llegan a buen término ni encuentran satisfacción porque la situación actual lo impide. Hay desde ahora todo un conjunto de prácticas, de gestos, de actitudes mismas, comunistas: no sólo expresan un rechazo global del mundo actual, sino sobre todo un esfuerzo para, a partir de él, construir otro. En la medida en que esto fracasa, no se ve más que los límites, la tendencia, y no su prolongación posible. En la negación del trabajo en cadena, en la lucha de los desahuciados que ocupan un piso o un local vacío, aparece la perspectiva comunista, el esfuerzo por crear otra cosa.
[…]
[Hemos de] mostrar la razón y el mecanismo de estas luchas, lo que se verán obligadas a hacer. Esta acción sólo tiene sentido si se participa realmente en tales movimientos, sin activismo, pero siempre que sea posible. Esto no significa el abandono, por parte de los que se entregan a ello, de la actividad propiamente teórica, de investigación y de exposición. No está todo dicho. […] Por un lado, no hay que hacer ninguna concesión teórica. Pero por otro, la única manera de sentar el programa y permitir que el comunismo teórico juegue su papel práctico consiste en participar en la agitación y en la unificación que los movimientos sociales emprenden desde distintos puntos. A su manera, el comunismo ha pasado ya al ataque.”
Otro de Dauvé, esta vez más cortoColectivizar o comunizar, de Dauvé.
“Concebir la destrucción del Estado como una lucha contra la policía y las fuerzas armadas es confundir la parte con el todo. El comunismo es primero que nada actividad. Un modo de vida en el cual los hombres y las mujeres producen su existencia social, paraliza o reabsorbe el surgimiento de poderes separados. La alternativa planteada por Bordiga: “¿Debemos tomar la fábrica o debemos tomar el poder?” puede y debe ser superada. No decimos: no importa quién gestione la producción, sea un comité ejecutivo o un consejo, porque lo que cuenta es tener la producción sin valor. Decimos: mientras la producción de valor continúe, mientras esté separada del resto de la vida, mientras la humanidad no produzca colectivamente sus maneras y sus medios de existencia, mientras haya una “economía”, cualquier consejo está condenado a perder su poder en las manos de un comité ejecutivo.”
#36 Me han dado ganas de leer a Errejón, fíjate xD.