El hecho de que los días de partido de fútbol haya una menor afluencia de personas a urgencias es una buena evidencia del abuso y del derroche que supone tener un sistema gratuito para el usuario (que no para el contribuyente).
Imaginad que vais a un restaurante con los amigos, y cada uno puede comer lo que quiera y en la cantidad que quiera, que luego la cuenta se repartirá entre todos a partes iguales. Qué creéis que pasará? Que cada uno comerá lo máximo posible aun cuando ya se haya saciado completamente el hambre. Total, se va a repartir entre todos...
A mi me ha pasado de ir a cenar con los amigos, no pedir postre y terminar pagando el postre de los demás, mientras pienso "si lo llego a saber, me hubiera pedido un postre".
La cosa cambia, y mucho, cuando sales a cenar y cada uno se paga lo que pide. Podría poner muchos más ejemplos, como un supermercado público donde llegas, coges lo que quieras y te largas sin pagar nada. Qué podría salir mal?
Pero vivimos en Españistán, donde un copago de 10 euros al mes en medicamentos para pensionistas que cobren una pensión superior a 1.000€/mes se ve muy mal.
Disfrutad del socialismo.