Un nuevo estudio publicado en la revista Social Science Quarterly examinó la relación entre la popularidad del nombre de pila en los adolescentes y la tendencia a cometer delitos.
Los adolescentes con nombres raros, propensos a la delincuencia
Los resultados muestran que, más allá de circunstancias como la raza, los jóvenes con nombres de pila poco comunes son más propensos a cometer actos delictivos.
¿Por qué? Porque de pequeños han tenido más dificultades para relacionarse con sus compañeros precisamente por su nombre y porque eso se ha agravado en la edad adulta a la hora de incorporarse al mercado laboral, donde se han encontrado con desventajas con respecto a otros candidatos con nombres más populares.
David E. Kalist y Daniel Y. Lee, investigadores de la Universidad de Shippensburg (Estados Unidos) analizaron datos oficiales para comparar los nombres de los delincuentes juveniles y los más habituales en la población juvenil en general.
Los investigadores confeccionaron un Indice de Popularidad de Nombre (IPN) para cada nombre de pila. Por ejemplo, el IPN para Michael es de cien, el más habitual entre los jóvenes estadounidenses. Para el caso de David, el IPN es de 50, ya que es la mitad de frecuente que Michael. Por contra, el índice llega a apenas el 1 en el caso de nombres como Alec, Ernest, Ivan, Kareem, Malcolm, Preston y Tyrell.
La relación se hace más difícil
Estos nombres menos comunes estaban sin embargo asociados con la delincuencia juvenil, tanto entre blancos como entre negros. Aunque los nombres de pila en sí mismos no predisponían como causa de un crimen, están asociados a factores que incrementan la tendencia a cometerlos, tales como un entorno familiar problemático, o residir en una zona de bajo nivel económico, o vivir en familias en la que falta el padre o la madre, según el estudio