Nuestros abuelos son fuente de la experiencia vivida, conocedores de secretos que se perderán con los años, sabedores a ciencia cierta que estás en el mundo dos días y luchadores natos que consiguieron sacar adelante sus familias y sus propias vidas.
Por eso siempre me ha gustado escuchar una buena historia de mis abuelos, porque las tienen, mejores que los cuentos y reales como ellas solas.
Aquí va una de tantas:
-Corría el año 1943, el pais abusaba de los racionamientos impuestos de alimentos y mi abuelo me enseña orgulloso su cartilla diaria "una vez la perdí ¡y no comí en todo el día!" y se rie mientras lo dice.
Resulta que lo llamaron a declarar por una historia que hizo antes de la guerra (mi abuelo era republicano), le pegó al párroco un mamporro, los motivos no los se exactamente.
Previniendo la paliza por parte de los grises (algo bastante común por lo visto) se fué a hacer un chequeo médico antes de ir a comisaria, con el papel en la mano se presentó allí negando los cargos de agresión física e injurias (le había llamado "fascista y ladeao" mientras le pegaba).
"Mientras salía por la puerta uno de los policias me dijo que ya me cojerian descuidao, que el que tocaba a los curas acababa de ostias hasta las orejas, ¡se me erizó el pelamen! pero nunca pasó nada".
En 1979 el cura se llevó otro tortazo, está vez con una garrota, en la boca.
Cuenten sus historias ;3