'Los asaltantes me agarraron de los testículos, nos llamaron maricones, mafiosos y chulos'
Los vigilantes jurados relatan la violenta invasión del domicilio del director de EL MUNDO - El diputado de ERC Joan Puig, con un plano en la mano, ideó la estrategia para acceder a la piscina
MALLORCA.- El grupo de radicales que asaltó el sábado el domicilio del director de EL MUNDO en Mallorca mandó al hospital a dos vigilantes de seguridad. La quincena de personas, que lideró el diputado nacional de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) Joan Puig para invadir la residencia de Pedro J. Ramírez en la Costa de los Pinos, se dividió en dos grupos para consumar con éxito su objetivo.
El más numeroso estuvo compuesto por una docena de personas y permaneció en todo momento a las órdenes del representante nacionalista en el Congreso, que desafió al equipo de seguridad exhibiendo su carné de diputado como si de una placa de policía se tratara. Otros tres individuos rodearon la valla de la vivienda, se colocaron en el extremo opuesto de la piscina y profiriendo todo tipo de insultos se abalanzaron contra el guardia que acudió a impedirles el paso.
Uno de los asaltantes, Pep Martí, invadió la casa exclamando que hacía lo que hacía "en nombre de Mallorca" para, acto seguido, escupir y agredir al vigilante cogiéndole de los testículos. Además, le provocó una fisura en su antebrazo izquierdo, por lo que tuvo que ser escayolado. "Si no le llego a empujar, me estalla los testículos", asegura el vigilante. El agresor aprovechó además el forcejeo para robarle el teléfono móvil.
Del otro de los miembros del equipo de seguridad y del escolta personal de Ramírez, se encargaron los radicales que estaban a las órdenes del diputado nacional. Al grito de "maricones", "mafiosos" y "chulos" y exclamando "la ley está con nosotros", se lanzaron a por los dos escollos que les quedaban para concluir la toma de la residencia.
Al primero de ellos le golpearon ocasionándole numerosas contusiones en una de sus muñecas y en las piernas, quedándose así el escolta solo ante los radicales. Todo lo ocurrido se encuentra ya en manos del Juzgado de Instrucción de Manacor, que está investigando lo sucedido tras la denuncia interpuesta por el director de EL MUNDO. En ella acusa a los asaltantes de allanamiento de morada y coacciones, y a la Guardia Civil de omitir su deber de impedir la invasión. La ocupación del domicilio fue anunciada un día antes de producirse y estuvo abanderada por cuatro formaciones políticas y un grupúsculo independentista. A la puerta de la residencia de Pedro J. Ramírez se apostaron el sábado por la mañana un grupo de hasta 40 dirigentes y simpatizantes de ERC, Partido Socialista de Mallorca (PSM), Izquierda Unida, Los Verdes y el Lobby per la Independència.
Joan Puig, mapa en mano, les adoctrinó: "Primero, una rueda de prensa y luego, saltamos a la casa". Acto seguido, descendieron hasta la zona donde se encuentra la piscina hasta asaltar la vivienda.
A este grupo les acompañaron en todo momento cuatro guardias civiles de paisano que presenciaron la escena de brazos cruzados y en silencio. Eso, a pesar de que los vigilantes de seguridad de Ramírez pidieron en varias ocasiones su ayuda y de que delante de ellos se estaba cometiendo un delito.
No en vano, tanto el uso público de la piscina del director de EL MUNDO, como el derecho de paso por su vivienda, han sido suspendidos por el Ministerio de Medio Ambiente por motivos de seguridad. El delegado del Gobierno en Baleares, Ramón Socías, lo sabía porque así se lo había comunicado la titular de Medio Ambiente, Cristina Narbona y porque existe una orden ministerial en este sentido. Y prometió hasta en tres ocasiones a Ramírez que iba a impedir la concentración. Sin embargo, Joan Puig, logró escalar las rocas que dan acceso a la finca, donde se encontraba el periodista con la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada y los dos hijos de ambos. La piscina fue construida hace 35 años, 18 antes de que entrase en vigor la Ley de Costas y Ramírez la adquirió en 1998 a la familia Calvo-Sotelo.
El grupo de radicales está dirigido por el editor mallorquín Pedro Serra, que intenta intimidar al director de EL MUNDO, después de que este diario revelara una serie de escándalos protagonizados por él.
http://www.elmundo.es/elmundo/2005/08/15/espana/1124076472.html