Las autoridades hablaron en un primer momento de muerte por un posible infarto cuando tras su detención le ponían las esposas, pues fue la información que transmitieron los agentes al general de la Zona de Extremadura, José Antonio Hurtado. Así lo explicó en una rueda de prensa ofrecida la tarde de ayer por el delegado del Gobierno, Germán López Iglesias; el jefe superior de Policía, Miguel García Izquierdo; y él mismo.
López Iglesias aclaró que en un principio se especuló con que la causa de la muerte pudo ser un infarto, pues ya detenido "habló y dijo que no podía respirar, e inmediatamente cayó de espaldas como si le hubiera dado un síncope; y su cuerpo no presentaba herida ni indicio de violencia". E insistió en que en ningún momento se trató de ocultar nada, "solo que sabía que le hubiera alcanzado un disparo".
Sin embargo, cuando el forense movió el cadáver descubrió que presentaba un orificio de bala en un omóplato, solo de entrada, no había orificio de salida ni rastro de sangre, lo que hizo pensar a los agentes en un posible infarto.
AMPLIO OPERATIVO La Policía Nacional y la Guardia Civil buscaban a Rafael Robles por el crimen cometido en Badajoz. Un amplio operativo de control y de búsqueda, con numerosos efectivos y un helicóptero, se puso en marcha poco después de encontrar a Manuel Tejeda, vecino del barrio pacense de San Roque, con un disparo en la cabeza junto al río Guadiana. El fugitivo ya estaba en busca y captura desde el 22 de enero por tirotear y detener a un hombre que iba con su bebé en Plasencia, durante un permiso carcelario de cinco días, del que no regresó a prisión.
La persecución de Robles García se inició a las 10.05 horas, cuando un policía fuera de servicio vio el vehículo que se buscaba --Ford Focus ranchera, blanco-- en la carretera de Jaraíz a Plasencia y lo comunicó a jefatura. El mismo le siguió con su coche hasta que lo perdió la vista. Para entonces, la Policía Nacional había avisado a la Guardia Civil. Después volvieron a encontrar el vehículo, en cuya persecución se alcanzaron "altísimas velocidades", según García Izquierdo.
Mientras la Policía Nacional se ocupaba de controlar la ciudad de Plasencia y el barrio del fugitivo "donde le han temido siempre", la Guardia Civil continuó la búsqueda por el campo, tras hallar el coche con las puertas abiertas, con una pistola del 9 corto y el móvil del hombre asesinado en Badajoz en su interior. A partir de ahí, se inició una batida que duró en torno a tres horas.
NO RESPIRABA Los agentes lo vieron de nuevo en una casa medio abandonada, le dieron el alto y él corrió, lo persiguieron y se hicieron varios disparos sin saber si el fugitivo respondió con las dos armas que llevaba encima, una de ellas una 9 parabellum. Hurtado no pudo determinar cuántos disparos se efectuados, todos por la Guardia Civil; ninguna de la policía, dijeron.
Una vez detenido, en la zona conocida como El Espartal, estando caído en el suelo "se llamó a la UCI y comprobaron que no respiraba", pero fue el forense quien al mover el cuerpo se percató de la existencia de herida de bala en la espalda. Ahora será la autopsia la que determine la causa del fallecimiento.
En la batida participaron unos 50 o 60 agentes, mientras que numerosos efectivos de la Policía Nacional mantenían la búsqueda en el centro urbano, siempre el temor de que el fugitivo entrara en una casa y tomara rehenes o parara a alguien en la carretera para robarle el coche y que volviera a matar.
Además, las fuerzas de seguridad investigan la relación de Robles con el crimen de un joven en una finca del pueblo toledano de Cazalega, cercana a Talavera de la Reina, cuyo vehículo fue hallado calcinado en Badajoz el pasado 1 de febrero.
García Izquierdo señaló que Robles tenía relación con Talavera y que en los tres casos actuó para obtener un medio de transporte y "con conducta violentísima". Hurtado añadió que la Guardia Civil de Toledo analizará en Badajoz las pruebas y se hará el cotejo de balística con las balas y casquillos de los tres escenarios.
El jefe superior también afirmó que Robles tenía un familiar en Badajoz y que una persona pudo verlo junto a una casa de campo cerca de donde cometió en crimen. Preguntado sobre el paradero y actividad los días previos al crimen, respondió que "me quedaré con el interrogante de saber dónde estuvo y qué hizo esos días, si es que se confirma que fue él quien quemó el coche".
López Iglesias felicitó a la Policía Nacional y Guardia Civil, destacando su "profesionalidad" y el haber "evitado que ahora estemos hablando de hechos más graves y aunque desgraciadamente el asesino esté muerto, no matará a nadie más ni hará cualquier otra barbaridad".