Ataque a cuchilladas en el centro de Londres con una muerta y cinco heridos
El agresor es un joven de 19 años con problemas mentales, reducido al momento con una pistola eléctrica, pero no se descarta el terrorismo
Lo que los londinenses y sus autoridades venían temiendo desde tanto tiempo, en un país que está en el segundo nivel máximo de alerta desde agosto de 2014, llegó en la noche del miércoles. Un ataque con cuchillo en pleno centro de Londres, al lado del Museo Británico, provocó la muerte de una mujer de 60 años y resultaron heridas cinco personas más, otras dos mujeres y dos hombres. El agresor fue un joven de 19 años, que llevaba un casco de moto. La policía lo redujo en minutos con una pistola eléctrica Taser y se encuentra detenido en el hospital. Los investigadores dicen que trabajan «con mente abierta» y no descartan ninguna hipótesis, incluida la terrorista, aunque señalan que «la salud mental» del agresor puede tener un papel significativo.
El ataque se produjo en Russell Square, en el barrio de Bloomsbury, una zona siempre repleta de turistas, que está a un paso del Museo Británico. Allí ocurrió también en su día parte del grave atentado islamista del 7 de julio de 2005, que dejó 26 muertos en un convoy de metro que circulaba por su estación.
A las 22.33 (once y media de la noche en España), la policía fue alertada de que un joven con un casco de mono y un cuchillo en mano recorría Russell Square intentando apuñalar a toda persona a su paso. Solo seis minutos más tarde, a las 22.39, fue reducido con la descarga eléctrica en Beadford Place, una calle adyacente a la plaza. Pero a pesar de sus intensos esfuerzos, los equipos de urgencia no lograron salvar la vida de una mujer de unos sesenta años a la que acuchilló en la espalda y los brazos. No ha trascendido todavía el estado de los cinco heridos.
Esta mañana la policía ya ha retirado el cordón que cerraba la plaza ajardinada, que anoche presentó una fortísima presencia de agentes armados y equipos forenses. También los helicópteros patrullaron los cielos de Londres toda la noche, algo que ya no es nada inusual.
Según algunos testimonios, el agresor podría haber llegado en moto. También se apunta a posibles colaboradores, porque algunas personas que estaban en la zona dijeron ver a otro joven marchándose en su moto.
El alcalde de Londres, el musulmán Sadiq Khan, pidió a los londinenses que estén «tranquilos y vigilantes», manifestó que la seguridad es «mi primera prioridad» y envió su afecto y condolencias a las víctimas y sus familias. Hace solo tres días, fue condenado a prisión de por vida un taxista radicalizado que intentó degollar a un músico callejero el pasado 6 de diciembre, en una parada de metro del Norte de Londres. Atacó gritando que lo hacía «por mis hermanos de Siria». En aquel caso también mediaban problemas mentales y ha comenzado a cumplir su pena en un psiquiátrico de alta seguridad.
Londres se ha ido salvando hasta ahora de un gran atentado, pero Cameron, el primer ministro saliente, reconocía con frecuencia que «tarde o temprano ocurrirá también aquí». Su sucesora, Theresa May, era su eficaz ministra del Interior.
Precisamente ayer, el día del ataque, se anunció que se aumentará la presencia de policía armada en Londres, que pasará de 600 agentes a 2.800. También habrá 900 más en el resto de Inglaterra y Gales. Los sindicatos policiales han expresado dudas de que dé tiempo a formar a tantos nuevos efectivos de inmediato.
Londres ha mantenido su pulso vital durante los ataques islamistas que han sacudido a Europa, aunque con un reforzamiento evidente de la presencia policial en estaciones de metro, ferrocarril, aeropuertos y grandes puertos. La capital tiene una enorme red de cámaras de control, criticadas en su día por los defensores del derecho a la privacidad, pero que ahora se han convertido en uno de sus puntos fuertes en la lucha por la seguridad. Hoy habrá un reforzamiento de la presencia policial en las calles.
La muerte violenta de Russell Square es la primera que sobrecoge al país por sus posibles vínculos con el terrorismo desde la de la diputada Jo Cox, apuñalada por un ultraderechista durante la campaña del referéndum de la UE el pasado junio, cuando se dirigía a la oficina de su circunscripción electoral del Norte de Inglaterra.
Personalmente comienza a preocuparme la cantidad de gente con "problemas mentales" que sale a la calle con la intención de matar a todo aquel que se encuentren por delante.
Curioso que mientras el alcalde Sadiq Khan llama a la calma al encontrarse ante un caso aislado protagonizado por un perturbado mental, haya decidido junto al comisario aumentar la presencia de policías armados.