Llevo bastante tiempo cavilando al respecto de este asunto, especialmente en apreciar el contexto histórico en el que está surgiendo. La crisis sistémica que está viviendo el planeta, sin precedente alguno, ha supuesto diferentes fenómenos muy particulares, que me gustaría apreciar en todo su detalle y panorámica, con tal de adquirir conciencia de a qué nos estamos enfrentando.
El capitalismo, en agonizante crisis, esta sometiendo a la humanidad a un proceso de bipolarización social sin precedentes. Es lógico. Ha entrado ya en su crisis final. Las tasas de acumulación de capital que se habían dado hasta ahora ya no pueden seguir aumentando. La necesidad del capitalismo de un continuo aumento del intercambio comercial con territorios no-capitalistas, con tal de que sea posible acumular capital a expensas suyas, lo lleva a expandirse de forma continua por todo el planeta, de lo contrario no podría subsistir. El último cartucho que le quedaba al sistema con tal de sobrevivir, fue disparado el año 2007, con la total absorción de China por el sistema capitalista.
Una vez el capitalismo no pueda devorar mas mercados, no le quedará otra alternativa que devorar a todo lo que ha creado. Quiere llevarse consigo a la humanidad una vez caiga definitivamente en el abismo al que está condenado. Su desarrollo histórico lo lleva inevitablemente a su propia autodestrucción, sin necesidad alguna de sepulturero. Las primeras pinceladas de lo que será una nueva etapa oscura y de barbarie de la humanidad están tomando forma bajo medidas destinadas a que un sector muy reservado de la población pueda seguir acumulando capital, en perjuicio de la gran mayoría de los ciudadanos.
Este contexto histórico, entendiendo a la historia como una infinita sucesión de acontecimientos continuos e indisolubles, obviamente es excepcional. Pero se nos presenta una curiosa dicotomía, ya que, siguiendo esta misma línea conceptual, podemos aún así ver ciertos símiles con otra etapa que vivió la humanidad el pasado siglo, concretamente después de la Primera Guerra Mundial. La burguesía, encarnizada entonces bajo el estandarte de la extrema derecha, se centró en reprimir las ansias revolucionarias de la clase trabajadora. El capitalismo pudo entonces sobrevivir gracias a la proliferación de regímenes fascistas.
El reavivamiento de este tipo de partidos en Europa, el resurgimiento de una ideologia que fue derrotada por los Aliados en la Segunda Guerra Mundial, se muestra como evidente. Un partido de extrema derecha se convierte en fascista cuando las condiciones sociales se tornan posibles: El fascismo surge en una época de decadencia capitalista, junto con una resistencia feroz de la clase trabajadora. Estas condiciones por ahora aún no existen, lo que no quiere decir que no vayan a existir por esa gente que dice que el fascismo no puede volver, o que no puede darse otra guerra mundial. La esencia, la raíz de estos movimientos y guerras se encuentra en el capitalismo. Es por ello que las únicas formas de perpetuación que le quedan a la burguesía son inevitables: Guerras imperialistas por un nuevo reparto de los mercados, proliferación de fascismos o el recortes de derechos.
La clase dominante, pese a ser sumamente astuta, es aún así predecible. Al ritmo que se recortan libertades civiles y derechos sociales adquiridos por la historia de la lucha de clases, se está allanando a pasos agigantados el camino al poder a este tipo de partidos reaccionarios, e ideologías ultranacionalistas vuelven a surgir como caracoles despues de una tormenta. Ha llegado su momento. La burguesía ha recurrido a ellos porque sabe que la alternativa al capitalismo supondría el fin de la división de la humanidad en clases sociales.
En un mundo donde la libre circulación del capital esta por encima de la libre circulación de los seres humanos, las consignas siguen claras, y la tozuda historia, sigue siendo el único juez válido. Más que nunca, debemos estar unidos contra la amenaza de la barbarie, fruto de la explotación capitalista. La palabrería de los economistas burgueses, destinada a la perpetuación elitista, no debe confundirnos, en nuestro planeta existe riqueza y medios de producirla suficiente para que todo el mundo pueda subsistir y vivir de forma digna.
Entre todos, lograremos combatir un horrible final: ¡Socialismo o barbarie!