#146 y hablas de casablanca, q fue el punto cool/trendy/moda/ del mundo arabe en el siglo XX y dnd mas libertades habia
cuentanos, cmo es ahora?
#181 Tampoco es que hiciese un tour turístico por toda Casablanca ni que estuviese en la zona más cool, pero así a bote pronto:
Cantidad bastante alta de basura por doquier. Lo de recoger los contenedores era un sueño de Resines.
Una cantidad bastante alta de gatos/animales muertos. Y no precisamente en callejones perdidos de la mano de Dios, perdón, Alah, sino en toda la avenida principal.
El Carmaggedon era un chiste al lado del tráfico que había. El semáforo en verde, los coches pasaban. El semáforo en rojo, los coches pasaban. Nosotros aprovechábamos que pasaba un habitante del lugar para cruzar la calle para que por lo menos, si nos pillaba algún coche, que el pobre absorbiese parte del impacto, porque no estábamos del todo seguros que el conductor parase cuando nos viese cruzar la calle por el paso de cebra. Nota especial a que los taxis eran Mercedes del año catapúm en el que se metían 4 y 5 tíos y el taxista iba haciendo de autobusero, dejando al personal en sitios diferentes.
Contrastes por doquier. Te encontrabas un Seat 131 reventao aparcado al lado de un Porsche Cayenne o un Ferrari. Te encontrabas un restaurante semi de lujo al lado de un cuchitril donde te vendían Kebabs a cuatro duros. Tan pronto te encontrabas a alguien que podría pasar perfectamente por un europeo hasta un negro más negro que el sobaco de un grillo.
El bazar, personalmente, es la cosa más sida que ha parido madre. Sí, hay un montón de cosas que puedes comprar por cuatro duros, y más si regateas, pero cualquier cosa orgánica que puedas comprar (carne, pescado, etc) estaba puesto del modo más antihigiénico posible. Cualquier puesto de carne en el pueblo más remoto de España era quince veces más higiénico que los de allí. Eran cansinos a más no poder, llamando (gritando) aleatoriamente por nombres españoles cuando se olían nuestra nacionalidad. Por no mencionar al cansino que insistía en hacerte de guía.
El regateo era constante. Yo no sé (ni me gusta lo más minimo) regatear, y aun así conseguí comprarme una bolsa de deporte por 5 € cuando el cabrón al principio me cobraba 20 simplemente haciéndome el remolón.
Como no, el altavoz llamando a la oración: hasta donde estábamos, en el último muelle del puerto, a tomar por culo de la población, se oía.
Personalmente no tuve ningún problema con ningún autóctono y el trato fue decente. Eso sí, zalameros como ellos solos.
La comida... decente, supongo. Hay cosas que es mejor no saber.