"Se rechaza el texto por parte de su contenido como la monarquía o la confesionalidad del estado, no se trata de negar la constitución entera, sino de rechazarlo tal como está ahora para así mejorar dichos puntos."
I Rechazamos el texto constitucional de 1978 porque, desde su concepción hasta su posterior ratificación en referéndum, el ambiente político estuvo presidido por el miedo a una nueva reacción armada de la derecha española [...]
II Asimismo, rechazamos dicho texto, porque en su Título Segundo se reinstaura la monarquía[...]
Tu problema parece ser que quieres saber tú mejor que ellos lo que quieren decir. Para mí está bien claro, rechazamos este texto de raíz. Y además lo rechazamos por que instaura la monarquía.
En la segunda república, Cataluña, por ejemplo, ya tenía la Generalitat y muchas de las competencias que puede tener ahora. No creo que cediera tanto la derecha en dicha negociación.
La Generalitat no tenía ni de coña las competencias que tiene ahora, pero parece que no me has querido prestar mucha atención porque eso es realmente lo de menos, así que tendré que volver a repetirlo, si el hecho de reconocer nacionalidades y fueros, totalmente opuesto a la Constitución del 31, no es ceder, pues apaga y vámonos.
Sin embargo, es curioso como relacionas la derecha política actual con la derecha golpista del búnker de los años 70.
No, yo relaciono a la derecha política actual con la derecha mayoritaria de los años 70, la UCD y AP, que fueron quienes participaron por parte de la derecha en la redacción de la Constitución.
FN en cambio, fuerza política marginal como era, no impuso nada.
Para mí un estado confesional no es un estado legítimamente democrático
Bueno, díselo a los italianos. Pero no es nuestro actual caso porque estamos en un régimen aconfesional.
seria sin duda injusto, de igual forma lo es cualquier referencia confesional.
Y yo he dicho que estoy en contra de toda mención especial, a las confesiones, a los sentimientos, identidades, y demás nimiedades que no deberían tener cabida en la ley.
No parece que me hayas entendido cuando he dicho que estoy en contra de la mención a la Iglesia, he añadido que estos republicanos no están en cotnra de otras menciones y cosnideraciones especiales, pero sí en contra de la religión. Eso es sectarismo que poco tiene que ver con el republicanismo.
El color morado es fruto de la bandera de la Milicia Nacional de 1820, es más, se ha usado como símbolo republicano desde el siglo XIX. Así pues, me parece tan correcta la bandera de dos colores como la de tres, en todo caso la mejor solución será el concenso. El partido federal ya usó la bandera de 1931 en el 1875, así que no considero que cuatro iluminados fueran quienes adaptaron las tres franjas.
Lo tuyo ya es terquedad, te estoy diciendo que el morado viene de un cúmulo de confusiones históricas y sigues erre que erre.
Lo importante es que cuando se incluye en la bandera nacional, se hace con la pretensión de asociarlo con Castilla, eso fue lo que les apetició incluir en la bandera, porque esa era al creencia de lo qeu representaba. Y a ello aducían que es que la bandera bicolor era muy aragonesa. ESO ES IRREBATIBLE.
Luego podemos remontarnos a las confusiones de las que deriva el color morado, hay que partir de Felipe IV, que por un decreto de 10 de Septiembre de 1634 creó el "tercio de los morados". ¿Qué y quienes formaban el Tercio de los Morados, también llamado provincial de los Morados? El "tercio de los Morados" fue una guardia real en cuyo uniforme destacaba el color morado, cuya bandera ostentaba los atributos del Conde-Duque de Olivares (sí, ese personaje tan odiado por los nacionalistas catalanes, si es que parece auténtica justicia poética ver ahora a los separatistas encariñados con el morado del que ignoran completamente sus orígenes).
Esta guardia en el siglo XVIII se le denominó regimiento de Castilla y más posteriormente se le llamó "Regimiento del Rey" con la calificación de Inmemorial. En 1824, al restablecerse el régimen absolutista fue disuelto como las demás tropas constitucionales por la represión de Fernando VII y su bandera depositada en la Iglesia Mayor de Reus, donde se encontraba su Plana Mayor. De allí pasó en el mismo año a la Basílica de Atocha y en 1849 a la Real Armería; pero este pendón de los Morados nada tiene que ver con el pendón de Castilla sino que fue simplemente el de la enseña personal del Conde-Duque de Olivares, fundador del "tercio de los Morados". En realidad tampoco realmente era su color morado según el concepto actual del violeta oscuro, próximo al azul, sino rojo grana como el zumo de la mora (de ahí lo de morado). Así en los inventarías antiguos de la iglesia de Atocha el "pendón de los morados se cataloga como "estandarte de damasco encarnado con fleco de seda en toda su circunferencias".
El tránsito al morado oscuro como símbolo de expresión de la democracia castellana se opera por la conjunción de dos factores: de una parte los Borbones españoles consagraron con valor oficial para la Casa Real el color morado en lugar del púrpura que antes había sido el oficial de la realeza. El artículo 15 de la Instrucción sobre insignias, banderas, honores y saludos, aprobada por real decreto de 13 de Marzo de 1867, determina que el estandarte real sea una bandera cuadrada de color morado, que se izaba en los edificios y buques en que se encontraba el Rey.
De otra parte, la sociedad secreta de "Los Comuneros" formada en 1821, secta desgajada de la masonería española, se hacían llamar sus miembros "caballeros de Padilla" y editaban un periódico, "El eco de Padilla", usan en sus ritos escudos de hojalata y se organizan en torres, castillos, fortalezas y casas fuertes. Su simbología según refiere Cesáreo Fernández Duro en sus "Disquisiciones náuticas" (1877-81) refiere que en su estatuto prescribieron que el estandarte de la sociedad (que llamaban "estandarte de Padilla" y al que Galdós califica de harapo) sería el morado con un castillo blanco en el centro, y por distintivo individual una banda morada.
Los Comuneros pretendían recuperar de forma idealizada el espíritu castellano de la Guerra de los Comuneros en Castilla contra el centralismo de Carlos I en el siglo XVI, identificándolo con una especie de proto-anarcocomunismo.
Todo un cúmulo de errores y confusiones históricas que hizo que durante el siglo XIX, y especialmente durante los principiso del XX, con esa ansia de buscar símbolos nuevos para la supuesta "regeneración" que había de llegar a España, va tomando fuerza entre los mentecatos "cambialo-todo" la creencia de que la bandera bicolor, a parte de que había que cambiarla por ser simplemente la tradicional, era además demasiado aragonesa, y que había que incluir a Castilla en la bandera nacional, con el morado, un símbolo totalmente artificial en comparación con el pendón carmesí de Castilla que se ondeaba por los tiempos de las Navas de Tolosa, tan artificial como lo fue la bandera tricolor.