Se trata del multimillonario italiano Roberto Ricci, a quien su negocio de fabricación de tablas de surf y yates de lujo le da dinero suficiente cómo para destrozar un coche de 200 mil euros y ni siquiera perder la sonrisa en su boca, así son los millonarios.
Roberto se encontraba grabando un vídeo junto a un amigo, donde pretendían enseñar el precioso coche que se acababa de comprar, un Aston Martin Rapide valorado en 230 mil euros. Ricci parece que no es un experto piloto y perdió el control del coche en una curva, quedando de esta guisa…