En la madrugada del 20 al 21 de febrero de 2010 se cometieron en la carretera de Alicante a Elda- Petrer hasta siete asaltos a vehículos que iban circulando por la referida vía. Los autores de los hechos colisionaban con otros vehículos simulando accidentes para luego en medio de la confusión asaltar y hacerse con las pertenencias de los ocupantes.
A los pocos días de los sucesos, Fernando Enrique fue detenido junto con otros como presunto autor de los hechos. Y pese a que la fiscalía solicitó prisión provisional para Fernando mientras se tramitaba el caso, el Juez no atendió esa petición alegando que la prueba en su contra era poco o nada consistente, que carecía de cualquier antecedente penal anterior y que pertenecía a estratos sociales y ambientes distintos al resto de detenidos.
Nunca se halló pruebas de ADN, o huellas dactilares que probaran que Fernando hubiera estado en el coche usado para cometer los asaltos. La única prueba que en principio demostraba que Fernando estuvo allí fue que su teléfono móvil apareció supuestamente y de manera incomprensible en el bolso de una de las asaltadas en la cuneta de la carretera y que para más inri fue hallado por las propias denunciantes a 5km del lugar de los hechos.
Recientemente hemos podido demostrar que Fernando Enrique (tal y como explicó desde el primer momento) pidió a su madre que llamara a la Compañía Telefónica Orange para bloquear su teléfono por haberlo extraviado. La Jueza que dictó sentencia ignoró esta declaración de Fernando y lo condenó como autor del delito junto a otros.
Que hemos conseguido un documento que demuestra que es cierto que el móvil fue bloqueado un día antes de los hechos, por lo que es imposible que Fernando estuviera o lo pudiese dejar en el lugar de los hechos.
Fernando fue condenado a dos robos con violencia siendo absuelto de los otros 5 hechos delictivos que se le imputaban y que ocurren con el mismo modus operandi y en la misma noche, cosa ilógica y absurda por otra parte.
Que ninguna de las víctimas identificó a Fernando en rueda de reconocimiento y solo en la sala del juicio las personas que decían reconocerlo lo hicieron con dudas (cosa inadmisible en Derecho e insuficiente para justificar una condena).
Una de las víctimas que identificó a Fernando con dudas, ya que se parecía físicamente pero dijo en el juicio que por la altura ese chico no podía ser (pese a lo que fue condenado) ha tenido a bien atender nuestra petición y ha firmado la solicitud de la revisión del caso lo que le honra.
Que además y para colmo, fruto de una investigación efectuada por el Director de la prisión en la que se encuentra Fernando junto a otros de los partícipes, se ha podido hallar la identidad de los verdaderos autores que han exculpado en presencia judicial a Fernando Enrique y a otro de los condenados.