La verdad es que no tiene mucho sentido denominarse derecha, izquierda, progresista o conservador. Más que nada porque hay muchos matices, y la misma idea la pueden abrazar dos personas, una de forma justificada y otra de forma irracional.
Yo siempre me voy a oponer a quien abandere una ideología de forma irracional, porque considero que es necesario y humano el tomar decisiones conscientes basándose en la razón.
Con las líneas anteriores en mente, hay algunas cuestiones sobre las que me gustaría dar mi opinión.
Nacionalismo
El nacionalismo como tal no tiene sentido. "Morir por tu país" o "morir por tu bandera" es algo estúpido, vacío, carente de sentido y de razón. Yo puedo entender que alguien muera por una idea, por un derecho, por su familia, pero no por un trapo pintado de colores cuyo significado es voluble en el tiempo.
Abrazar el nacionalismo como solución a problemas reales o imaginarios (como nuestros amigos nacionalistas catalanes), sólo demuestra una gran disociación cognitiva con la realidad y un negacionismo a estudiar los problemas uno a uno. El que se quiera solucionar el paro pasando primero por un proceso independentista, es, simplemente, demasiado optimista para ser considerado inteligente.
El independentismo vende el fin del paro en los barrios obreros
Otra cosa es que exista un proyecto de estado. Yo soy estatista, porque creo que la libre asociación de personas no puede lograr cambios estructurales ni un marco de derecho legítimo. Si esperas a que la gente se adhiera voluntariamente a una ley, no lo hará ninguno de los que se beneficia saltándosela y será inútil. Ninguna empresa contaminante se adherirá a unas normas ecológicas, o ninguna empresa monopolística aceptará regulación antimonopolios de buena fe. Es básico. Es necesario que exista una imposición por parte del resto para evitar abusos.
Un país con un proyecto de estado (por ejemplo, la URRS en sus tiempos mozos), es algo por lo que merece la pena morir. No por el gobernante, jurar lealtad a Stalin es tan estúpido como jurársela al rey. Pero si uno cree firmemente en unos ideales (como igualdad social, eliminación de la pobreza y de las clases sociales, etc.), y un estado vela por que se cumplan, veo razonable el defender esa idea simplificándola en dicho estado.
En la victoria del inmortal ideal comunista,
vemos el futuro de nuestro país.
¡Y permaneceremos siempre fieles
a la bandera roja de la gloriosa Patria!
Inmigración y globalización
Continuando la línea anterior, oponerse a una persona por su color de piel o el idioma que habla es estúpido y contraproducente, y no tiene nada que ver con la razón. Es un simple miedo, xenofobia, que consume a ciertos individuos y les impide ver con claridad.
Sin embargo, defenderse de la imposición de ideologías contrarias es algo legítimo cuando va contra los fundamentos del estado receptor. Un estado que cree en los derechos humanos no puede aceptar a una tribu que practica ablaciones genitales, o que esclaviza a las mujeres. Pero rechazar una inmigración por motivos religiosos o espirituales es estúpido, porque por norma general la religión no es significativa en los intereses que pueda tener un estado en el siglo XXI.
Es importante defender los valores de una sociedad, pero no defender que permanezca anquilosada y estática en el tiempo. Un estado debe defender unas ideas, pero no mostrarse reactivo al ejercicio de libertades individuales que no atenten directamente a la base ideológica del estado. Porque un estado sin una base ideológica es como un partido de fútbol, un montón de fanáticos llevando camisetas de colores y odiando a los de enfrente por llevar otra camiseta.
Espero que haya quedado clara mi visión, si alguien tiene dudas puedo responderlas