El científico israelí Amos Ori ha descubierto un modelo teórico para el viaje en el tiempo que puede permitir a las generaciones futuras desplazarse al pasado. Sus cálculos demuestran que un bucle espacio-temporal puede ser construido sin necesidad de materia exótica, a partir únicamente de materia ordinaria y densidad de energía positiva. La creación de este bucle depende de unas condiciones iniciales mínimas en las que trabaja el equipo israelí. Por Eduardo Martínez.
Un modelo teórico de una máquina del tiempo capaz de llevarnos al pasado ha sido desarrollado por el físico Amon Ori, del Instituto Israelí de Tecnología, el Technion, según anuncia en un artículo publicado en la revista Physical Review D del mes de julio. La versión completa de este artículo puede consultarse en Arxiv.
En este artículo, Amos Ori presenta un modelo teórico basado en ecuaciones que describen unas condiciones que, si pudieran ser establecidas, permitiría la construcción de una máquina del tiempo. Esta hipotética máquina del tiempo sería el espacio tiempo mismo, según el autor de este artículo.
Su investigación sobre el viaje a través del tiempo se basa en el aumento de la curvatura del espacio-tiempo, considerando que la flecha del tiempo puede llegar a enroscarse sobre sí misma formando un bucle. Amos Ori explica al respecto: “sabemos que la curvatura (del espacio-tiempo) ocurre constantemente, pero nosotros hemos querido obtener una curvatura suficientemente fuerte para darle una forma que lleve a las líneas del tiempo a formar bucles cerrados… Hemos intentado descubrir si es posible manipular el espacio tiempo para desarrollarlo de esta forma.”
Funciona sola
Explica asimismo que si la condición inicial se consigue, la máquina del tiempo funcionaría por sí misma, sin ninguna intervención. Y pone un ejemplo: si el cañón de un barco dispara un obús, una vez que el disparo se ha producido no hay que hacer nada, el obús irá por sí mismo hacia su objetivo, conducido únicamente por las leyes de la física.
Sus cálculos demuestran que el bucle espacio-temporal puede ser construido con materia ordinaria y densidad de energía positiva, pero añade que todavía es necesario resolver la cuestión de la estabilidad de esta máquina para que pueda convertirse en un túnel del tiempo.
Lo realmente importante de su aportación es que, según sus cálculos, la creación de una máquina del tiempo depende de unas condiciones iniciales muy reducidas que, si bien son muy difíciles, si no imposibles, de conseguir, constituyen en la actualidad el objetivo de los trabajos de este equipo de físicos israelíes.
En un anterior artículo, del que informamos en 2005, Amos Ori aseguraba que una máquina del tiempo no requeriría materia exótica para ser construida y utilizaría el vacío que existe en el espacio para viajar a través del tiempo.
Según su anterior teoría, sería posible crear ciertas condiciones potencialmente capaces de crear un bucle temporal sin necesidad de utilizar materia exótica. El presente trabajo constituye un desarrollo y consolidación de su enunciado anterior.
Sin materia exótica
Aunque Amos Ori no ha sido el único físico en formular la posibilidad de los viajes a través del tiempo, otros físicos han identificado una serie de posibilidades, particularmente el uso de la materia exótica, para crear una curvatura del espacio-tiempo capaz de cambiar la orientación de la flecha del tiempo.
La física cuántica dice que la materia exótica existe, pero en cantidades tan ínfimas que con ella nunca podría construirse una máquina del tiempo. Amos Ori ha resuelto esta dificultad abriendo otras posibilidades para conseguir la máquina del tiempo, sin necesidad de materia exótica.
El sistema de Amos Ori podría permitir a nuestros descendientes en un lejano futuro viajar en el tiempo, según explica Newswise en comunicado, pero aclara: nosotros no podremos ir al pasado porque nuestros ancestros no nos han dejado de esta infraestructura para nosotros.
Hay que esperar
Según el modelo de Amos Ori, si el pretendido bucle espacio-temporal se creara el 1 de enero de 2008 y se utilizara por vez primera veinte años después, al entrar en el bucle se estaría volviendo al 1 de enero de 2008.
La máquina del tiempo, en este supuesto, sería en la práctica como un túnel espacio temporal en el que la entrada está sujeta a la evolución del tiempo, pero cuya salida está inmóvil en el momento de su creación.
Por eso, las personas de 2007 no podríamos viajar al pasado, sólo podrían hacerlo las que vivieran después de que se hubiera conseguido crear el bucle espacio-temporal de Amos Ori.
Según este físico, es posible conseguir la curvatura de un espacio-tiempo en una dirección concreta, con la finalidad de hacer posible un regreso en el tiempo en un espacio-tiempo paralelo.
La máquina se convierte ella misma en un espacio-tiempo, explica su creador, y el mero hecho de su existencia es la que permite concebir el viaje al pasado. “Creando hoy esta máquina del tiempo, hacemos posible el regreso a nuestro tiempo de las generaciones futuras”, explica el profesor Ori.
Teoría de los viajes en el tiempo
Desde Einstein sabemos que el espacio y el tiempo forman cuatro dimensiones continuas. Eso quiere decir, por ejemplo, que si un planeta o una estrella deforma el continuo espacio-tiempo, este fenómeno altera también la geometría del espacio y el discurrir del tiempo para un observador exterior.
En tiempos de Newton se pensaba que la Luna orbitaba la Tierra por la atracción que sobre ella ejercía la Tierra. Ahora sabemos que no es así, sino que la Tierra deforma el tejido del espacio-tiempo obligando a la Luna a rodear la Tierra.
A escala microscópica, la física cuántica enseña que la interacción gravitacional es el origen de esta atracción, generada por el intercambio de partículas elementales.
La Teoría de la Relatividad y la Cuántica describen así un medio para curvar el espacio-tiempo a escala microscópica y permitir por ejemplo a una persona viajar a través del tiempo.
Si se puede deformar el espacio-tiempo, tal como lo hace cualquier cuerpo, se puede suponer también que el tiempo se puede curvar con el espacio, lo que constituye uno de los fundamentos de las investigaciones sobre los viajes en el tiempo.