A Pepe, en Madrid, le prendieron fuego. A Manuel, en Sevilla, le tiraron piedras. A otro Manuel, éste en Córdoba, le pegaron con porras. Todos ellos han escuchado insultos. Todos han sido humillados. Todos saben lo que es el desprecio y el odio al pobre y también que lo sucedido la semana pasada en la Plaza Mayor de Madrid, cuando unos hinchas del PSV ultrajaron a varias mujeres que pedían dinero en la calle, no es una anécdota. El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, corroboraba en la presentación de la primera Estrategia Integral para Personas Sin Hogar datos publicados por el Centro Assís: cada cinco o seis días, en España, muere una persona sin hogar en la calle, y cada 20, como consecuencia de una agresión. Basta preguntar a Manuel, a Pepe o a cualquier otra persona que viva en la calle cuál es su mayor problema. La respuesta se repite: el miedo.
Es más, el comportamiento de los hinchas dista de ser una anécdota también por su perfil: eran jóvenes y estaban de fiesta. Tanto que el Observatorio Hatento -de Rais Fundación, entre otras organizaciones-, que estudia las agresiones a los sin hogar, ha rebautizado los delitos de odio como "delitos de ocio". Según los datos de su último informe, basado en entrevistas a 'sin techo', un 47,1% ha sufrido un delito o incidente de aporofobia, el odio al pobre (en un 81%, más de una vez), de insultos a agresiones, y el perfil de agresores mayoritario, con un 28,4% de los casos, es el de jóvenes, mayoritariamente varones. En un 60% de los casos, las agresiones son físicas. En un 40%, se 'contentan' con insultos y tratos vejatorios. Los episodios se suceden: en febrero, en Madrid, dos jóvenes prendieron fuego a una persona. Pocos días antes, fue un grupo de menores el que agredió a un 'sin techo' en Baleares. En enero, en Zaragoza, un hombre apareció asesinado en la calle y se detuvo a un joven.
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En España, según el INE, hay 22.938 personas sin hogar (aunque organizaciones como Cáritas los elevan a un mínimo de 30.000), de los que un 50,6% se ha sentido discriminado y un 51% ha sido víctima de un delito. El dato no es fortuito: "Vivir en la calle lleva asociado sí o sí sufrir ese tipo de hechos", dice Ramos. Como ratificaba Alonso, cada seis días muere un 'sin techo', a consecuencia del deterioro que produce la calle o de agresiones, en un tercio de los casos. De hecho, la esperanza de vida de los 'sin techo' es 20 años menor que la de la población general. Como resume Ramos: "La calle mata".
Hace tiempo que vengo viendo en aumento este tipo de odio. Incluso en mediavida: se culpa al pobre por ser pobre, se le desean desgracias y sufrimiento por el mero hecho de ser pobre, sin rascar más allá.
Además, cualquier tipo de compasión o hacerle ver a alguien su discurso del odio, lleva asociado un señalamiento y una caza de brujas hacia el que lo hace. Por otro lado, al rico siempre se le presupone inocente, digno, objetivo de compasión y un buen ciudadano.
¿Es esto innato al ser humano o es causa de nuestra educación? ¿La sociedad nos enseña subconscientemente a hacer esto? ¿La forma de trabajar, las películas que vemos, el sistema social, impulsan esto?
Me da vergüenza pensar que se puede llegar a agredir o a matar a alguien por el simple hecho de ser pobre.