En los ochos años de gobierno aznarista se redujo la deuda del Estado en 18 puntos: del 68,1% del PIB en 1996 l 50,1% en 2004. Eso ha representado un ahorro anual en intereses de 1.700 millones de euros. En 1996, la renta española se situaba en el 78% de la media europea. El mismo porcentaje que en 1976. Los gobiernos de Felipe González representaron un completo estancamiento. En 2003, fue del 86%. La diferencia se redujo un punto cada año. Entre 1997 y 2000, la tasa de crecimiento se situó en el 4,2%, un punto por encima de la media de los países occidentales. Los socialistas dijeron que se debía a la coyuntura internacional. Entre 2000 y 2004 fue del 2,5%, mientras Francia y Alemania se estancaban o entraban en recesión. En 1996, el socialismo dejó el país con un paro del 23%, afectando a 3,7 millones de personas. Ese año trabajaban 12,3 millones de personas. Las mismas que en 1976. En veinte años, con catorce de socialismo gobernante, no se había creado un solo puesto de trabajo más, Los cotizantes a la Seguridad Social en 2004 eran 16,6 millones, 4,3 millones de puestos de trabajo más. Durante años, España ha creado el 50% de los empleos generados en toda Europa. La mitad de los nuevos empleos fueron ocupados por mujeres. En 1996, la Seguridad Social tenía un déficit del 0,7% del PIB –quinientos mil millones de pesetas. En los primeros meses del primer gobierno Aznar, hubo que pedir préstamos a entidades bancarias para pagar las pensiones. Entre 1987 y 1996, bajo Felipe González, los trabajadores con contrato fijo se redujeron en casi medio millón. La tasa de temporalidad pasó del 33,5 en 1997 al 30,6 en 2003. Desde 1996, el número de trabajadores con contrato indefinido creció en 3,3 millones. El tejido empresarial no hizo otra cosa que ampliarse: 2,6 millones de empresas en activo. España pasó a ser un país inversor. Entre 1990 y 1995 se invirtieron en Iberoamérica 5.000 millones de dólares. Entre 1996 y 2000, 105.000 millones. En 1995, la prima de riesgo país estaba en torno a 600 puntos básicos. Hoy es cero. España es un país solvente y fiable. Intereses hipotecarios bajos hicieron que las familias españolas se capitalizaran patrimonialmente accediendo a la propiedad de su vivienda. Su suprimieron impuestos onerosos para la iniciativa individual como el IAE y el de Sucesiones en las comunidades autónomas gobernadas por el PP. “Las medidas de austeridad, de liberalizaciones y de privatizaciones nos permitieron emprender una política fiscal nueva en España. Se resume en una expresión muy sencilla: bajar los impuestos”