El Gobierno aprobó el rescate de la aerolínea Plus Ultra tras considerar que era una empresa “estratégica” porque su oferta de vuelos va dirigida a migrantes que viven en España o a sus familiares de países como Venezuela, Ecuador o Perú, que no tienen cubierta esa demanda, a un precio asequible y con un adecuado número de frecuencias, de forma suficiente por otras aerolíneas convencionales. El hecho de que haya sido la segunda empresa, tras Air Europa y junto a Duro Felguera, en recibir el apoyo público se debe “simplemente a una cuestión cronológica”, ya que presentó su solicitud en septiembre pasado, siendo una de las primeras compañías en hacerlo.
La SEPI ha considerado que, dado el tamaño de la aerolínea y la escasa cuantía de los fondos aportados, no es necesario por ahora negociar el nombramiento de un nuevo consejero delegado ni la entrada en el consejo de administración de la aerolínea, informaron las fuentes citadas. La situación contrasta con lo ocurrido en Air Europa, compañía en la que la sociedad dependiente del Ministerio de Hacienda ha consensuado la designación del primer directivo y ha entrado en el consejo de la aerolínea de la familia Hidalgo.
La inyección de dinero público, aprobada por el Consejo de Ministros el pasado 9 de marzo, ha sorprendido tanto en medios financieros y sectoriales como en el terreno político. En el primer caso, porque la aerolínea ha estado siempre en números rojos desde su fundación en 2011, aunque comenzara a operar en 2016. Desde entonces, arrastra unas pérdidas acumuladas de 10,6 millones de euros y en 2019, el último ejercicio fiscal del que ha presentado cuentas en el Registro Mercantil, tuvo un resultado negativo de 2,1 millones de euros.
Su cuota de mercado en el sector es irrelevante. La aerolínea operó un total de 823 vuelos en los aeropuertos españoles en 2019, transportando 156.139 pasajeros, lo que la sitúa en el puesto 166 de las aerolíneas que operan en España, con menos del 0,1% de cuota, y lejos de la también rescatada Air Europa —recibirá 475 millones—, que transportó 19 millones de viajeros. Plus Ultra opera solo con cuatro aviones de la familia A340, un cuatrimotor que Airbus ha dejado de fabricar por su alto consumo de combustible y emisiones contaminantes.
Para conseguir acogerse a las ayudas diseñadas para las empresas estratégicas, Plus Ultra ha tenido que presentar un plan de viabilidad que asegure, entre otros puntos, que devolverá los créditos recibidos en un plazo de siete años. Un reto importante si se tiene en cuenta la situación de pandemia que ha provocado una incertidumbre en la recuperación del tráfico aéreo y que su facturación en el ejercicio fiscal de 2019 fue de 63,5 millones de euros.