Inés Arrimadas, ganadora de las elecciones autonómicas del pasado 21 de diciembre en Cataluña, se ha convertido durante los últimos meses en el objetivo prioritario de una caza de brujas independentista. Lo mismo que ocurrió el sábado en Canet sucedió en junio en Vic.
Violaciones en grupo para Inés Arrimadas
El pasado 9 de enero la mujer que pidió en Facebook que Inés Arrimadas fuera violada en grupo fue condenada por el juzgado número 13 de Barcelona a cuatro meses de cárcel por un delito contra la integridad moral. El texto completo de su mensaje era: "Sé que me van a llover las críticas de todos lados, sé que lo que voy a decir es machista y todo lo que se quiera, pero escuchando a Arrimadas en el debate de T5 solo puedo desearle que cuando salga de noche la violen en grupo porque no se merece otra cosa semejante perra asquerosa".
Esta es la única ocasión en la que clase política catalana se ha solidarizado, casi sin excepciones, con Inés Arrimadas.
La respuesta es obvia desde hace tiempo, porque el feminismo actual no es real, no es sincero, no es más que la herramienta que usa actualmente la izquierda para movilizar a la sociedad. Igual que hace años era la clase obrera, la ecología, etc... ahora ven que su filón es el feminismo. Pero realmente no es feminismo, es un movimiento radical de extrema izquierda.