Introducción histórica
(fuente:Wiki)
La documentación histórica conservada recoge una larga serie de expulsiones en cadena prácticamente desde su misma llegada. El 8 de septiembre de 1427 son expulsados de Pontoise y finalmente de París en 1439, de toda Suiza en 1471, de toda Alemania en 1500 y de Inglaterra bajo pena de muerte en 1514. En 1540 de Bélgica, también bajo pena de muerte. Para entonces, tanto en España como en Francia ya se les envía a galeras. En el siglo XVII, Portugal los deporta a América. En Hungría y Rumanía fueron sencillamente esclavizados.
El número de leyes, pragmáticas, decretos, reglamentos y medidas de excepción específicas contra los gitanos en todos los lugares donde habitaron y habitan es tal que sería imposible enumerarlas. Solamente en España se promulgaron, desde el año 1499, más de 280 pragmáticas contra el pueblo gitano. Lo mismo ocurrió en los restantes países. A modo de ejemplo, en 1998 se derogó la última ley que en el estado de Nueva Jersey (Estados Unidos) “contemplaba vigilancia especial sobre la población gitana”.
Sin embargo, cabe señalar que la multiplicación de medidas para homogeneizar y asimilar la etnia revela continuamente fracasos. No solamente no desaparecen, ni se “asimilan” o integran allá por donde van, sino que se han extendido de manera constante y además han mantenido con mayor o menor éxito rasgos propios con cierta fidelidad, fenómeno que algunos estudiosos han denominado como de "resistencia étnica".
La imagen social negativa de esta comunidad es muy clara y mayoritaria, casi prácticamente desde su llegada, como se puede observar en muchos idiomas. En inglés la palabra “gyp” (de “gypsy”, gitano) significa "estafa" o "engaño", y una etimología popular alemana hace creer que “Zigeuner” (gitano) procede de “Ziehende Gauner” (ladrón itinerante). Lo mismo ocurre con el húngaro, donde la creencia popular relaciona “cigány” con la palabra "szegény" (pobre). Incluso en el actual diccionario de la RAE se recoge la siguiente acepción coloquial para gitano: “Que estafa u obra con engaño”.
Las acusaciones contra los gitanos se repiten de una u otra forma, sin cambiar de manera esencial a lo largo de los siglos. Se les relaciona con la delincuencia, se les acusa de un conservadurismo extremo; al ocultismo y las artes paganas, por ejemplo, de robar o forjar los clavos de Cristo, de echar mal de ojo o de ser los importadores del Tarot en Europa; se les acusa de explotación infantil, de raptar niños, de oficios deshonrosos, de vagancia: “una raza indomable, inescrutable, infatigable, inasimilable e inexterminable, tan temida como odiada”.
Pregunta
Ante una sociedad impermeable, que no se integra ni asimila con sus vecinos, que ha sido acusada de ser ladrón y traer el mal a la comunidad desde hace siglos, ¿qué se puede hacer? ¿Hay algún modo de convivir de forma pacífica y que se integren en un modelo de vida moderno y civilizado? ¿Hay casos en algún lugar en el que no den problemas de forma generalizada?
Actualidad
Todo esto lo pregunto a raíz de la noticia que todos habremos visto, un tiroteo en Torrente (Valencia) a partir de un pedo hace pocos días.
Increíble pero cierto, que ya casi no sorprenda las noticias relacionadas con los gitanos debería ser cuanto menos, preocupante.
Abro debater.