Está mal eso de generalizar, pero he conocido por primera vez a una animalista y no me he podido llevar peor impresión. La chica en cuestión está en contra de todo tipo de maltrato animal, se manifiesta contra El toro de la Vega, repudia la carne y es vegetariana y llama caníbales a todo el que la consume, entre otras tantas lindezas. Es una nazi de sus ideas, en resumidas cuentas.
Pues bien, en mitad de la conversación una mosca estaba rondando y la chica, en un acto propio del mejor ninja, soltó un zarpazo contra la mesa en el momento en que se posó y la mató sin piedad. Ahí salté yo: "¿Estás en contra del maltrato animal y matas a una mosca?". Y ella, más ancha que larga me contestó: "Una mosca no es un animal, es un ser asqueroso que come mierda". Vista su gilipollez supina, seguí tirando de la cuerda y, poco a poco, fue también denostando la vida de otros animales tales como cucarachas, mosquitos, "bichos verdes", arañas, ratas e incluso ¡palomas y gaviotas! (A las que denominó "ratas del aire"). Es decir, si a ella le da asco un animal, no lo considera como tal y merece la muerte. Por tanto, y a la conclusión que llegué, es que para ella hay animales de primera (a los que hay que salvar, no consumir y no tocar) y de segunda (los que merecen la muerte por asquerosos).
Coherencia, lo llaman.