AVISO: Este thread tiene mas de un parrafo y es copy&paste xD.
Cada pocos años, el científico Larry Newitt (de la institución Geological Survey de Canadá) se va de caza. Toma sus guantes, su parca, su elegante brújula, brinca hasta un avión y vuela hacia el ártico canadiense. Pocas cosas se agitan sobre las islas desparramadas y el mar de hielo, pero la presa de Newitt está ahí – siempre en movimiento, cambiante, huidiza. La pieza a capturar es el polo magnético norte de la Tierra.
Por el momento, se encuentra localizado en el norte de Canadá, a unos 600 Km. aproximadamente de la villa más cercana: Resolute Bay, que cuenta con una población de 300 habitantes, y en la que está de moda una camiseta con el mensaje: “Resolute Bay no es el fin del mundo, pero desde aquí puede verse”. Newitt se detuvo allí a comprar víveres y otras provisiones – y es allí donde se refugia cuando el tiempo empeora. “Lo cual ocurre a menudo”, añade.
Hace mucho tiempo que los científicos saben que el polo magnético se mueve. James Ross localizó el polo por primera vez en 1831, tras un agotador viaje por el ártico durante el cual su barco se quedó encallado en el hielo durante cuatro años. Tras él, nadie regresó al polo hasta el siguiente siglo. En 1904, Roald Amundsen encontró el polo de nuevo y descubrió que se había movido – al menos 50 Km. desde los días de Ross.|
El polo siguió moviéndose durante el siglo XX en dirección norte a una velocidad de 10 Km. Por año, acelerando últimamente “hasta 40 Km. anuales”, dice Newitt. A este ritmo abandonará Norte América en busca de Siberia en unas pocas décadas.
El trabajo de Newitt consiste en seguir las huellas del polo norte magnético. “Normalmente salimos y comprobamos su localización una vez cada pocos años”, comenta. “Tendremos que hacer viajes más periódicos ahora que se está moviendo tan rápido”.
El campo magnético de la Tierra también está sufriendo otro tipo de cambios: las agujas de las brújulas en África, por ejemplo, oscilan casi un grado por década. Y globalmente el campo magnético se ha debilitado un 10% desde el siglo XIX. Cuando los científicos mencionaron esto en una reciente convención de la Unión Geofísica Americana, muchos periódicos lo plasmaron en sus columnas. Un típico titular: “¿Está colapsándose el campo magnético terrestre?”.
Probablemente no. Por muy notables que nos parezcan estos cambios, “son moderados si los comparamos con los acaecidos durante el pasado en el campo magnético terrestre”, afirma el profesor de la Universidad de California Gary Glatzmaier.
Algunas veces el campo se invierte por completo. El polo norte y el sur intercambian sus puestos. Semejantes inversiones, registradas en el magnetismo de antiguas rocas, son impredecibles. Vienen en intervalos irregulares, aproximadamente una vez cada 300.000 años; el último tuvo lugar hace 780.000 años. ¿Llevamos uno de retraso? Nadie lo sabe.
Según Glatzmaier, la atenuación actual del 10% no implica que el reverso en los polos vaya a ser inminente. “El campo se incrementa o decrece en todo momento”, afirma. “Sabemos esto gracias a los registros paleo-magnéticos “. El campo magnético terrestre actual es, de hecho, mucho mayor de lo normal. El momento dipolar, una medida de la intensidad del campo magnético, es ahora de 8 × 1022 amperios × m2. Eso es el doble de la media del último millón de años, que es de 4× 1022 amperios × m2.
Para entender lo que está sucediendo, dice Glatzmaier, tenemos que hacer un viaje... hacia el centro de la Tierra, allí donde se produce el campo magnético.
En el núcleo de nuestro planeta existe una pelota de hierro sólido, a una temperatura aproximadamente igual de caliente que la superficie del sol. Los investigadores lo llaman el “núcleo interno”. Realmente es un mundo en el interior de otro mundo. El núcleo interior tiene un tamaño del 70% de la luna. Gira a su propio ratio, que es de 0,2º grados de longitud por año más rápido que el de la superficie de la Tierra, y cuenta con su propio océano: una capa muy profunda de hierro líquido conocido como el “núcleo externo”.
El campo magnético de la Tierra se origina en este océano de hierro, el cual es un fluido conductor de la electricidad en constante movimiento. Aposentado sobre el caliente núcleo interior, el núcleo externo líquido se agita furioso como el agua sobre una sartén al fuego. El núcleo exterior sufre también “huracanes” – remolinos generados por las fuerzas de Coriolis producidas por la rotación terrestre. Estos complejos movimientos generan el magnetismo de nuestro planeta a través de un proceso llamado efecto dinamo.
Usando las ecuaciones de la magnetohidrodinámica, rama de la física que se ocupa de los fluidos conductores y los campos magnéticos, Glatzmaier y su colega Paul Roberts han creado un modelo del interior de la Tierra en un superordenador. El software que han creado calienta el núcleo interno, removiendo el océano metálico que flota sobre él, y después calculan el campo magnético resultante. Ejecutan el programa simulando el proceso a lo largo de miles de años y observan lo que sucede.
Lo que ven imita a la Tierra auténtica: el campo magnético crece y decrece, los polos se mueven, y ocasionalmente se alternan. Han aprendido que el cambio es normal y que no debe extrañarnos. La fuente del campo, el núcleo exterior está, de por si, furioso, arremolinado y turbulento. “Ahí abajo está el caos”, apunta Glatzmaier. Los cambios que detectamos en la superficie del planeta son un signo de ese caos interior.
Han aprendido también lo que sucede durante una alternancia en la polaridad magnética. La inversión tarda unos pocos miles de años en completarse y durante ese tiempo – contrariamente a la creencia popular – el campo magnético no desaparece. “En realidad es más complicado”, dice Glatzmaier. Las líneas de fuerza magnética en la proximidades de la superficie terrestre se enroscan y se enmarañan y los polos magnéticos aparecen inesperadamente en lugares poco acostumbrados. El polo sur magnético podría emerger en África, por ejemplo, o el polo norte podría surgir en Tahití. Extraño. Pero aún así, sigue siendo un campo magnético planetario, y sigue protegiéndonos de la radiación espacial y de las tormentas solares.
Y, como premio, Tahití sería un gran lugar desde el que observar la auroras boreales. Durante ese tiempo, el trabajo de Larry Newitt sería diferente. En lugar de tiritar en Resolute Bay, él podría disfrutar de los calores del Pacífico sur, saltando de isla en isla, a la caza de los polos magnéticos mientras las auroras danzan sobre su cabeza. Algunas veces, un pequeño cambio supone una cosa buena.
Copy & Paste: Inversion Polos Magneticos Aqui hay imagenes y demas para que lo veais mejor.
Por mi parte decir que la mayoria de cientificos dicen que esto se producira a finales del 2012, concretamente en diciembre, precisamente donde los mayas pronosticaron el fin del mundo, coincidencias? Pues vete tu a saber, pero es interesante.
Y esta es otra pagina con un video inclusive explicativo del tema: http://www.facundoallia.com.ar/paginas/resonancia2.htm