El otro día escuchando “La Rosa de los Vientos”, el genial programa que conducía hace un tiempo el maravilloso Juan Antonio Cebrían, hablaron de la Atlántida. Y eso me llevó a desempolvar un viejo libro, leer lo que decían y venir aquí, tras ver que los post en el foro sobre esta ciudad son escasos, a comentarlo un poco.
Vale, yo creía que esto era una invención de LucasArts
No. Platón, que era un filosofo griego que inconscientemente estaba creando el guion de “Matrix” o “El show de Truman”, escribió hace muchísimos años, allá por el siglo IV a.C., un pequeño texto donde apareció por primera vez la llamada Atlántida; el texto se recogía en el citado y must have ejemplar “Diálogos”, del mismo filósofo griego. En este documento se narra una conversación donde se habla sobre una cultura que provenía directamente, que no literalmente, del mismísimo tridente de Poseidón, descendientes directos de él. Los diálogos donde aparece esto son “Timeo” y “Critias”, en los cuales se nos cuenta como el sabio Solón visitó Egipto en el 590 a.C. donde un sacerdote le narró la historia de la Atlántida. Solón volvió a Atenas y éste le contó la misma fumada a Critias. Posteriormente, Platón, que no podía estarse quieto de tanto elucubrar, se enteró de la historia y se lió.
¿Y dónde está? ¿Se puede visitar?
Frente a los columnas de Hércules existía una gigantesca isla que era mayor que Turquía y el norte de África en su conjunto. Se sabe que tras ella se encontraba un continente que, para la época, los griegos aún no sabían que era América. Se dice, pues, que Poseidón levanto del mismísimo mar dicha tierra para su amada Cleito y a sus cinco parejas de gemelos, que el hombre era un dios y ya se sabe. Dichos vástagos fueron los que crearon las diferentes dinastías que poblarían la Atlántida. Poseidón dotó a dicha tierra de una climatología digna de Andalucía en sus buenas épocas para que las plantas, árboles, preciosos bosques y demás mariposas crearan un ambiente agradable para los exóticos animales y para la vista de los ciudadanos, claro. Se crearon ciudades de bronce, oricalco y estaño, con fuentes que manaban agua templada y fría. Un Marina dŽOr pero con estilo.
¿Y qué pasó?
Pues lo que pasa siempre: el ser humano. El materialismo cegó al pueblo y se les fue de las manos. Los poderosos atlantes pronto pensaron que gracias a su tierra de prosperidad podrían hacerse con el mundo. Se reunió al ejercito atlante, todos con tridentes, supongo, y se liaron. Incluso llegaron a la mismísima Atenas.
Un buen día, Poseidón, que estaría haciendo lo que un dios acuático haga, se enteró de la rebeldía de los suyos y dio un carpetazo final en plan hardcore, cargándose la Atlántida en un solo día.
¡Yo quiero más!
Aristóteles, discípulo de Platón, dijo que todo esto eran unas magufadas de su maestro Platón, el Emotional de la época, y que se desentendía, que con él se dejaran de mierdas. Pero la vida es caprichosa y después de que la historia se convirtiera en mito y el mito en leyenda, y viceversa, con el paso del tiempo cientos de investigadores se propusieron ubicarla en el mapa. Todo esto son habladurías de taberna, entre científicos borrachos de película, en plan Roland Emmerich, pero se dice que si realmente existió alguna Atlántida, ésta estaría en mitad del océano Antlántico (¡bien!), e incluso se ha llegado a decir que las islas Canarias, las Azores o Cabo Verde, entre otras, son partes del reino que un día fue. Hasta se ha considerado a Tartessos, que da para otro post, el último vestigio atlante.
Yo me quedo con que Indy la descubrió, y que el tonto los huevos de George Lucas se inventó que venían los marcianos a la tierra en vez de adaptar un clásico de las aventuras gráficas. ¡Es que manda cojones!