La desorientación le jugó una mala pasada a un joven ladrón que, tras robar una motocicleta, se extravió y al pedir ayuda a un hombre en una esquina recibió una lluvia de puñetazos del que resultó ser la víctima del robo, al que no reconoció.
El dueño del vehículo quedó perplejo cuando al regresar desde la comisaría donde denunció el robo, vio delante suyo a quien minutos atrás le había sustraído la motocicleta a punta de pistola.
Al darse cuenta de la confusión aprovechó para derribar al ladrón a puñetazos y su reacción fue seguida por unas 40 personas que pronto rodearon al joven tendido en el piso.
El ladrón debió ser rescatado por la Policía y conducido a un hospital con su rostro deformado por los golpes, pero fuera de peligro.
El episodio ocurrió en el barrio Tafí Viejo de la provincia argentina de Tucumán (noroeste) adonde fue confinado el desorientado ladrón.
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