Irónico como los muy liberales, sean del espectro político que sea, han sido en su mayoría favorables (y algunos de forma contundente) al estado de restricción de libertad que ahora vivimos y que pasará a estado de excepción bajo control policial y militar a eso del lunes.
Liberales económicos que no saben dónde meterse para, no sólo defender la labor de la sanidad pública sino que además anteponen la cuarentena de toda la población al desarrollo de cualquier actividad , ya sea económica o derivada del ocio.
Liberales sociales a los que no se les caen los anillos por ejercer el más puro fascismo, no sólo follandose la "muy loable" Constitución, sinó instaurando un Estado Policial que perseguirá a todos aquellos que salgan de su casa "sin justificación".
Y bien podría haberse minimizado esta situación poniendo controles de temperatura corporal en los aeropuertos o directamente prohibiendo la procedencia de pasajeros de determinados países (vaya, aunque esto supondría otra paradoja para el liberal posmoderno y globalista!). Pero ahora somos nosotros, la población, los que ni pinchamos ni cortamos, los que tenemos que "responsabilizarnos", tragar y ni se te ocurra rechistar porque sino vas a carcel y multa.