Yo creo que esto va más allá de flexibilizar el factor lúdico del trabajo sino de que seamos una parte proactiva a la hora de jugar con (que no administrar) nuestra vida. Y cuando el trabajo te ocupa la gran mayoría de las horas, el negación del ocio está determinando el margen del resto de tu tiempo. De hecho, a raíz de lo que remarca holeshow, por ejemplo, sobre esto, debería hacernos pensar que nuestra vida está extrapolada en dos caras y donde se ve lo rígido del concepto del trabajo: el neg-ocio y el ocio, donde uno está cercenado y condicionado por el tiempo que lo niega. Lo sano se encuentra en el margen de transición entre esos dos términos, no en saltar de un polo a otro. En otras palabras, en la ruptura de estos términos.
Es descorazonador que vivamos entre tantas personas cuyo objetivo es levantarse para ir a trabajar, volver a casa y pasar el rato hasta que se acuesten y vuelvan a trabajar. Es alienante. El individuo tiene su responsabilidad, pero es una reacción muy común dentro del margen de ese sistema: las consecuencias de la inercia y de que la mayor parte del tiempo lo que hagas no tenga un enfoque estimulante. Un sistema donde la gente vive por vivir o vive por trabajar, esperando a poder ir a trabajar de nuevo, que pasen los días, que pase la vida, no es un sistema SANO. Se puede juzgar a cada una de las personas que acaban así, se les puede malmeter, menospreciar, llamar vagos, pero ni es tan simple ni son casos aislados: son las consecuencias de un sistema que crea ciudadanos zombi. Un sistema mal.
Vamos a ver la realidad, hay muchísima gente que vive así y muy poca gente que se recrea en su puesto de trabajo. La solución no es esperar que a todos nos venga el espíritu santo, sino mejorar esos porcentajes (llamémoslos situaciones, llamémoslos personas) que haya excepciones no indica que vivamos en el mejor de los sistemas.
#104 a pesar de que el principal choque contra el texto no sea por oposición, sino por incomprensión y falta de aperturas conceptuales, puede llegar a ser muy interesante el hecho de plantear la cuestión. El hecho de que se genere un debate explicativo puede acercarlo, replantear cosas donde en general no se replantean apenas desde esta óptica yo creo que es positivo.
#121 La crítica es al esfuerzo como doctrina del desgaste. La ideología del esfuerzo, además, ¿qué implica? ¿Un afán por mejorar? No; en afán de ser más productivo. Este texto es una apología a ser más recreativo. Es muy sencillo.
También es muy fácil crecer pensando que lo que siempre has conocido es lo bueno por el hecho de que lo has naturalizado. Pero a estas alturas de historia, y de caudal informativo, se puede saber que hay alternativas.
¿El día a día tiene que suponer un esfuerzo, un desgaste, un darse de sí? A todos nos parece bonito cuando se trata de dar lo mejor de nosotros mismos, pero cuando se habla de esfuerzo unido al trabajo y a la productividad, que des lo mejor de suele importar un colín, tienes que dar y sobredar: tiene que ser específico pero no tiene por qué ser lo mejor y en general, de hecho, no lo es. Hay empleos vocacionales donde prima el factor lúdico, eso se lo merece cualquiera, sin embargo no es la norma, se necesita un cambio de enfoque.
En estos puntos es fácil llegar a desacuerdos porque hay puntos básicos a fijar: el concepto que cada uno tiene de esfuerzo.
Según tu intervención tu concepto de "esfuerzo" parece ser el de mera actividad más allá del rol pasivo (en vista de que ejemplificas con el trabajo activo y que un jefe vele por la supervisión de su trabajo: eso son tareas que implican constancia, no esfuerzo). La constancia, la actividad y la consecución de objetivos son una cosa, el esfuerzo es otra. Tus ejemplos pertenecerían a la primera categoría. Son valores positivos.
No se trata entonces del cese de la actividad, sino de predicar el esfuerzo: de una sobrefuerza. El esfuerzo como fin es un ideal para sociedades estresadas y las sociedades que viven bajo presión y estrés enferman. ¿Queremos una sociedad enferma a toda costa? ¿Vamos a estar encima contentos de conseguirla? Esto es algo palpable, no es subjetivo. Yo creo que a nadie le gusta. Quizá le guste a los que predican estos principios desde ambientes caribeños para empleados a la japonesa.
No es una cuestión de colectivizar nada, no es una cuestión de vivir hedonistamente, no es marxismo. Es más recreación personal en todos los ámbitos y menos entretenimiento, menos apología vacua del esfuerzo por el esfuerzo.
Porque así acabas dando para otros la fuerza que deberías reservar para ti.