Hola a todos, es la primera vez que escribo aquí porque ayer llegó a su fin la relación de pareja que tenía. ¿El motivo? Las drogas, más concretamente la marihuana.
Ha sido una relación de 3 años (dos chicos, por si pensáis algo de “es que una mujer blablablá”, nada, somos hombres, dicho queda xD), yo tengo 32 años y él 26.
Al poco de empezar a salir recuerdo que me comentó que de vez en cuando consumía marihuana, pero nada preocupante según él.
Tal y como fue pasando el tiempo me di cuenta de que debido a problemas de TLP de su madre y hermana, que derivaron en discusiones familiares y un largo etc que mis ojos han visto y no os deseo a nadie, el consumo fue aumentando.
A mi personalmente es algo que no me hace gracia, y se lo dije desde el principio, aunque lo cierto es que ha tenido muchos intentos de dejarlo, pero el problema no era abandonar dicho hábito, sino el tiempo que estaba sin fumar, en ocasiones semanas, en ocasiones meses, o incluso días, y vuelta a empezar.
No dudo de sus ganas de dejar de fumar maria, porque él mismo me ha reconocido que si no fuese por mí seguiría fumando incluso más y que no hubiese hecho tantos intentos (continuos desde que le conozco) de dejarlo.
Le he apoyado en todo momento y en todo lo que he podido, pero después de 3 años, muchas cosas vistas derivadas del consumo de dicha sustancia y un largo etc decidí hace unos meses empezar a ir soltando “pistas” de lo que estaba por llegar.
Hasta hace unos meses, que fue cuando todo el tema del consumo acabó derivando en que se fundía toda el dinero en maria, por lo que no podíamos hacer cosas en pareja (no hay por que gastarse dinero siempre, pero las parejas también salen a cenar, cine, dar un paseo, tomar algo…), también derivó en discusiones, en situaciones incómodas de manera constante por su intoxicación, etc… Por lo que los 3-4 últimos meses, cada vez que volvía a fumar le decía “si vuelves a fumar, al final te dejaré, este tema me está consumiendo” y cosas por el estilo. Y así hice durante varias ocasiones hasta que las últimas 2-3 decidí “ver, oír y callar”.
De hecho estuvo en el hospital en la unidad de toxicología durante bastante tiempo desintoxicándose el año pasado, y estuvo un año casi sin fumar, pero al final por X o por Y volvió, y mi desilusión con ello porque ya sabía lo que me tocaba volver a vivir.
Ayer quedamos para hablar y tuvimos una conversación clara, formal y educada en la que le dejaba claro mi punto de vista y le recordaba todo lo que le había estado diciendo durante años acerca de este tema.
También le dije que yo, debido a mi futuro trabajo (si apruebo la oposición, que el colega del cielo me ayude xD) no quiero saber nada del tema de consumo de drogas en mi entorno cercano porque al final me pueden acarrear un problema serio, o preocupaciones innecesarias que yo no he generado.
He de recalcar que los sentimientos figuran a parte de esta conversación, porque ambos sabemos que nos queremos, de hecho nos lo hemos demostrado muchas veces (sobre todo cuando él estaba bien) y que ambos teníamos claros los sentimientos de cada uno con respecto al otro, pero que independientemente de que le quiera con todo mi corazón no puedo seguir con él porque este tema lleva mucho tiempo haciendo que me coma la cabeza de manera constante, influyendo en mi día a día, en mi humor, en mi descanso…
Finalmente quedamos como amigos, porque no queremos perdernos el uno al otro y le comenté que me daba mucha pena que tuviéramos que apartarnos por algo que a fin de cuentas no tiene que ver con que hayamos dejado de querernos, o que uno le haya hecho algo al otro…
También le comenté que si supiese que su consumo tuviese una fecha límite, yo no tendría problema en aguantar un poco más, pero el problema no es que deje dicha sustancia, sino que se mantenga alejado de ella en el tiempo.
Algunos puede que penséis que “un porro” no hace daño, el problema viene bajo mi experiencia cuando ya no es solo uno, y acaba por dominarte a ti, a tu vida y a los que en ella se encuentran.
Un saludo y gracias por leerme, necesitaba desahogarme.