La meningitis es la inflamación, generalmente por causa infecciosa, de las envolturas y membranas (meninges) que recubren el cerebro y la médula espinal. Aunque el tipo más común de microorganismo que la provoca son los virus, algunas bacterias, agentes químicos e, incluso, células tumorales pueden causar meningitis. La encefalitis y el absceso cerebral pueden acompañar a la meningitis como complicación (debido a la extensión de la bacteria a las estructuras cerebrales vecinas).
Debido a que la meningitis bacteriana es una emergencia sanitaria grave, con altos niveles de mortalidad y a que la causa es tratable con antibióticos, los pacientes que se sospeche que tengan meningitis deben ser sometidos inmediatamente a una punción lumbar, tras una TAC (lo que evitará una posible hinchazón cerebral que puede causar una hernia cerebral durante la punción lumbar) y debe comenzarse rápidamente el tratamiento con antibióticos de amplio espectro una vez que los estudios de cultivos hayan sido completados. Si no se puede realizar una punción lumbar debido a una hinchazón cerebral o a un posible abceso cerebral concomitante, se debe comenzar el tratamiento con un antibiótico de amplio espectro en todo caso y, posteriormente, puede ser sustituido por un antibiótico más específico, dependiendo de los resultados de los estudios de cultivos sanguíneos.
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