Es triste ver cómo lejos de progresar, la sociedad humana cae una y otra vez en las mismas trampas.
Para muestra, un botón: https://www.infolibre.es/noticias/politica/2019/11/11/un_centenar_estudiantes_intenta_boicotear_sin_exito_una_charla_sobre_prostitucion_universidad_carlos_iii_madrid_100846_1012.html
Hemos llegado al punto en el que debatir sobre una idea es sinónimo de justificarla o tratar de imponerla, y debe evitarse a toda costa. El reaccionismo de los conservadores de la nueva moral, o como yo los llamo, los neo-mojigatos, impera en el debate ético, moral, social y político.
No importa si crees que los fetos tienen derecho a la vida, si los animales tienen derecho al respeto, si las putas son víctimas o son criminales. La verdad es que lo único que importa es ignorar cualquier racionalidad, cualquier debate y cualquier dato a favor de un discurso viral y emocional que encaje con tu propia moral.
Los neo-mojigatos no tienen color político. O mejor dicho, pueden tener cualquier color. Los hay que visceralmente defienden la bandera de su nación, los hay que reclaman derechos inventados, y también los hay que tratan de imponer su moral postcristiana y paternal a la sociedad.
El debate, los argumentos o los datos ya no tienen validez en una cultura donde cuanto más me indigno, más razón tengo. Y si consigo contagiar mi indignación al resto y materializarla en un discurso o un movimiento, mejor.
El neo-mojigato no se plantea si tiene razón: la tiene. Lo único que importa es cómo destruir el debate y atacar los argumentos contrarios de forma que no sea necesario rebatirlos. El circo mediático, donde para "rebatir" un argumento se usa la ridiculización, la demagogia, las falacias y las mentiras ha infectado tanto a nuestra sociedad que cansa. Todo el que no sea un neo-mojigato simplemente se aburre de ese discurso y deja a los neo-mojigatos hacer ruido y matarse entre ellos. Los neo-mojigatos ladran tanto y tan fuerte que no dejan escuchar al resto, contaminan el debate y provocan un hastío a la sociedad. Una sociedad cansada de política, de debates, de ética y de filosofía. Cansada porque se ha llegado al punto de que no creen que exista alternativa al proceder de los neo-mojigatos, y hastiada por no querer contribuir a su circo.
Espero que mi reflexión ayude a visualizar y poner nombre a esta práctica tan extendida. No dejemos que los neo-mojigatos contaminen y embarren el discurso de cualquier cosa.
Un saludo foreros.