Hay un baremo usado por las élites y los alienados, el de la aporofobia (rechazo, aversión, desprecio contra el pobre) apoyado por las instituciones desde el aspecto directamente económico.
Y da igual el país de origen, la religión, el color de piel, el sexo y antecedentes, si tienes pasta tienes las puertas abiertas.
OJO si no tienes pasta, entonces SÍ se cuestiona, la religión, el país de procedencia...
Pero quien esgrima ese argumento, no tarda también de utilizarlo con "los suyos" (los de su color, los de su pais, los de su mismo sexo), pero disfrazado de clasismo.
En resumen unos putos miserables.