No sé si lo he dicho antes, pero como ahora lo estoy experimentando bastante, creo que es hora de compartirlo aunque sea en un foro.
No me gusta que me toquen, me retraigo de abrazos, incluso aunque lo permito con mi familia y con mi novia no tengo problemas salvo cuando no me lo espero (osea en realidad si tengo problemas) sencillamente me da una muy mala sensación, me entra en el cuerpo no sé cómo explicarlo pero veo que a los demás no les da problemas que les “toquen” ya sea el brazo a la hora de hablar, darse algún abrazo, no sé.
Lo curioso es que yo a la hora de tocar no tengo problemas, pero cuando me tocan a mí es como una sensación de que encogimiento, casi que diría de miedo irracional.
No paro de leer en internet que si es por maltratos físicos o abusos sexuales y la verdad es que no tengo ni zorra de idea. Maltrato físico y mental he recibido, sí, durante muchos años, más mental que físico, tampoco es que recibiera palizas en casa ni nada tan hardcor pero un machaque mental constante de tener la autoestima por los suelos, sí.
En cuanto a abusos diría que no, pero como esos recuerdos se pueden mantener bajo llave en la cabeza tampoco voy a asegurarlo, pero sinceramente de ser el caso preferiría tener el recuerdo olvidado en algún lugar de mi mente.
No sé si ir al psicólogo me ayudaría, ya fui a uno y me deje pasta para volver ahora a las mismas cosas.
Siento que podría hacer mi vida en un pais donde el contacto físico fuera más restrictivo jaja y ahora estoy haciendo un curso de trabajo en equipo y nos ponen a hacer chorradinas de presentarnos a desconocidos alegremente y claro: me abrazan. Me tocan. Y yo casi que los rechazo, intento por todos los medios imitar este comportamiento y simplemente me supera. No puedo dar un abrazo a gusto a un desconocido o desconocida, aunque parezca buena gente y me caiga bien. Esto me ha pasado en la uni, de que pase un compa y me toque un hombre y me dan ganas de encogerse, una sensación horrible.
En fin, tenía que contarlo porque a veces siento que esta mierda me puede y puede ser uno de los motivos por el que la gente me considere distante o antipático.