Bueno amigos, estoy en un momento de reflexión y cambio. De esos que sientes que algo está pasando dentro de ti y que es importante como lo gestiones. Y que mejor manera que hacerlo que escribirlo, y encima compartirlo.
"Hay que bajar al infierno para comprender a las cenizas."
Y con esa frase, empiezo. Empiezo y podría acabar, para que mentirnos. Pero nadie podría entender nada. Pero esas diez palabras resumen lo que ha sido mi último año y medio. Quien es más cercano a mí ya lo sabe, quien no, pues no habrá surgido momento para contárselo. Pero mi último año y medio ha sido de todo menos bueno. En resumidas cuentas, me diagnosticaron un trastorno de personalidad, y no solo eso, si no que lo sufrí de verdad. Estuve durante tres meses medicándome con antipsicóticos, ansiolíticos variados y demás tipos de medicamentos paliativos. Unos para tratarme a mí, otros a mi trastorno, y otros a los efectos secundarios.
De ahí mi infierno. No fue fácil, y no lo es. No es algo que te recuperes mágicamente, aunque así lo creas. No es algo que se vaya, aunque así lo quieras. Y no, definitivamente, no es algo que se olvida, aunque así esperas. Durante tres meses mi día a día, entre mis síntomas y los efectos de la medicación se convirtieron en una odisea.
Y cambias, cambias mucho. Os sorprenderíais como era y como soy. Por suerte, he enfocado este cambio hacia algo bueno, pero si no hubiese tenido esa suerte, ahora mismo no sería mas que la sombra de mis peores días. Te conviertes en alguien mas serio, huraño y duro. De entrecejo fruncido, mala cara y respuestas cortas. Eso es lo que mi enfermedad me ha convertido. Alguien totalmente opuesto a mi, a lo que yo quiero ser y a lo que no quiero ser, pero shit happened, y debes aprender como gestionarlo. Hoy por hoy, considero mi cambio para bien, he aprendido lo bueno de esas cualidades y dejado atrás lo malo, sigo en la ruta que me marqué hace unos años, y poco a poco, se consigue.
¿Cómo te recuperas de esto? Ojalá lo supiese, ojalá pudiese escribir un texto mágico o inventar una fórmula maravillosa para ayudar a los demás, pero lo siento amigos, esto no es así. Un día, harto del rumbo que había tomado mi vida, decido dejar todo atrás. Y en ese momento te sientes bien, muy bien. Sonríes, y sales a correr. Así es, de los pocos recuerdos que tengo de esos días, de las pocas cosas que verdad me ayudaron y comprendieron, fue unas zapatillas, el asfalto y mis 9 kilos de mas que me pesaban en las piernas como una mochila de plomo. Y pasito a pasito, con cuidado, empiezas a coger ritmo. Y coño, a cada paso que doy, noto como me quito del lastre de encima.
Y así empieza mi nueva vida, de mayo a julio, los meses mas duros de mi vida, en los cuales habité el infierno de mi mente, asomándome varias veces a la puerta del pozo del olvido. Pero lo que vino no fue tan fácil. No todo es un camino de rosas una vez superas tus problemas. Porque estos, como dije, se queda contigo, no te abandona y te acompañará para siempre, y me alegro, así no olvidaré lo que sufrí. Pero esa negación al olvido, tan útil siempre, es una carga, con la que es difícil lidiar muchas veces, pero me ayuda a ver mejor.
De mi último año y medio… Mi vida ha dado un vuelco terrible, y principalmente en dos aspectos. La que creía que iba a ser mi profesión para toda mi vida, dejó de ser compatible conmigo. Eso me ha causado muchísimos altibajos, y ha sido una puta mierda, pero hoy por hoy, ya estoy enfocado pensando en el mañana. Y el segundo, sin quererlo pero viéndolo venir y sin poder evitarlo, lo dejé con una chica estupenda, la cual he querido muchísimo, y con la cual me habría gustado seguir. Pero mi enfermedad me cambió, y ella no supo estar ahí cuando cambié, y no la culpo. Y cuando ella se dio cuenta de que ya no era lo mismo, yo ya me había dado cuenta que nuestra relación se había muerto.
Dos meses después de dejarlo, de perderme entre incontables piernas y aprenderme muchos centímetros cuadrados de piel femenina, encontré otra chica que me enseñó a amar. Amanda, allí donde estés, si algún día leyeses esto, muchas gracias. Gracias por enseñarme a querer y amar. Fue muy breve, pero muy intenso. Y que les jodan a aquellas personas que dicen que en dos meses no puede pasar ni sentir nada. Las bombas atómicas duran instantes y barren todo a su paso. Y así fue nuestra corta relación, intensa, hasta que mi cerebro dio un chispazo y me di cuenta que no podía gestionar por donde iba, y entre un terrible sufrimiento, le conté la verdad. Dura y directa verdad. Hoy por hoy, habría hecho lo mismo, pero con formas totalmente distintas. Un clavo no saca otro clavo, pero ayuda a aliviarlo, hasta que te das cuenta de que realmente, lo que hay que hacer es palanca, enderezar ese clavo, sacarlo y no dar más martillazos.
Ahí me di cuenta de que no estaba recuperado, tanto emocional como psíquicamente. Entonces tomé una decisión. Debía empezar de cero, a reconstruirme a mi mismo. Y ese proceso continúa, y describe mis últimos 8 meses de vida. Un lento pero constante esfuerzo para volver a ser lo que yo quiero ser. Y los palos vinieron. ¡Hombre que si vinieron! Sobretodo el primero, al volver a estudiar matemáticas, y ver que se me había (dicho coloquialmente) secado el cerebro. No era capaz de resolver una simple matriz, no por falta de experiencia o práctica, si no por falta de lógica. No podía ser, siempre había tenido facilidad para las matemáticas, que había pasado.
Entonces, decidí hacer varios test de CI de los que son medianamente aceptables. Siempre daba entre 135-145de CI. Nada fiable, para que mentirnos, pero me sirvió para darme cuenta de que tras todo esto me quedaba por los 95 de CI, y no pasaba de 105 puntos, siendo el mejor que hice. Wow, eso es una patada en el culo bastante maja. Aún recuerdo la cara de gilipollas incrédulo que se me quedó, pero vamos, era para grabarla xD Pero como corriendo, paso a paso, voy recuperando esa habilidad que en su momento tuve para las matemáticas.
Y lo mismo que a las matemáticas podría decir sobre mi psique y habilidades sociales. He tenido que volver a aprender a interactuar, volver a aprender a saber que puedo decir o no, que está bien o mal. Recuperar la sutileza de mi lenguaje, la espontaneidad y el torrente de ideas que era mi cabeza cuando hablaba con alguien. Y la verdad, no se me está dando nada mal. Pero claro, si eres un pro de free ride en mountain bike, y de repente tienes que volver a usar ruedines… Pues es algo que frustra bastante.
Sobre todo, estoy pasando una mala época ahora, me operaron de la rodilla y me tiene parado en mi casa, incapaz de hacer nada ni de valerme por mi mismo, ni puedo ponerme la mesa o cocinar y dependo de mis padres para prácticamente todo. Estar encerrado me mata. Me podría tirar semanas de mi casa sin salir, vaciándome al pc con los colegas tranquilamente, pero es el momento en el que me veo obligado a ello, que me veo inválido, y me hunde en la miseria. No poder relacionarme me duele, soy un animal muy social. Y si encima no puedo moverme ni hacer ejercicio… Pues la gota que colma el vaso, me tiene apagado, y lucho cada día para no volver al camino equivocado y dejarme llevar por la desidia. Aunque estos últimos días ha ganado terreno, sin darme cuenta.
Pero vamos, esta es mi cruz y castigo, mi regalo y mi bendición. Poco a poco, con buen paso y pie firme, sigo adelante. Que no se diga.