Mis colegas y yo cuando entramos a un bar o una discoteca y al rato ojeamos a un grupo de féminas que están bien, lo máximo que hacemos es pegarnos al lado de ellas y hacer el gilipollas llamando la atención con bailes estrambóticos, roces y empujones pero no tenemos los cojones suficientes como para entablar conversación con ellas. Básicamente el problema viene a ser que a la hora de la verdad nos quedamos en blanco y no sabemos con qué tema romper el hielo. Ayer mismamente, empezamos con nuestro ritual como de costumbre hasta que al cabo de unos minutos el grupo se fue con cara de asco y tan sólo se quedaron 2. Uno de mis colegas se acerco a una de ellas y tras intercambiar unas palabras acabó invitándolas a chupitos a las 2 sin obtener nada a cambio. Las tías más felices que otra cosa ya que al parecer hay pringados como mi colega Torres que están dispuestos a subvencionar las borracheras de las putas de mi ciudad. En fin, qué triste.
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