#151 Como maestro desde hace casi ocho años, te lo confirmo: buena parte del problema somos los maestros. La educación pública está podrida (no solo en España) por funcionarios sin aspiraciones, enchufismo... pero también muchos de esos maestros entraron con ganas de enseñar y educar, de disfrutar esos momentos únicos como cuando un alumno está absorto en lo que explicas o te escribe un ensayo o resuelve un problema bien complejo. ¿Pero sabes que pasa con esos pobres diablos? Que igual que los alumnos en mi comentario anterior, acaban hasta las pelotas de todo:
- de programas antieducativos anquilosados en el siglo XIX, o cambios constantes cada semestre que nunca te permiten dominar la materia como maestro
- de niñatos que pasan no solo de tu clase sino hasta de tu persona y el respeto que mereces
- de papás llorones que excusan todo a sus hijos, hasta que te empujen en la puerta
- de escuelas que les sudan los cojones el punto anterior, por vagos públicos o porque los papás pagan y lo demás da igual
- de incertidumbre laboral (en escuelas privadas de muchos países se contrata de semestre en semestre, y en periodo vacacional te quedas sin sueldo)
- de no tener tiempo de verdad para la educación, por lo explicado antes. En latinoamérica casi todos los profesores son multiempleados, yo mismo ahora ando en esa situación y tengo que hacer malabarismo en mi vida privada para poder dedicar lo que debo a mis alumnos, pero si mis gastos los suple más otra actividad, pues...
Y un largo etc. Así que no, no es culpa de alguien en concreto, y sí de todos. Y lo peor es que vienen tiempos muy jodidos, pero jodidísimos para países de habla hispana. Porque somos tradicionalmente naciones de camareros, operarios de fábrica y albañiles, vamos, trabajos de poca o nula cualificación. De aquí a unas décadas el empleo de gente sin estudios va a ir desapareciendo, y la única solución a esto es que cada vez nos eduquemos más y mejor. Así que o empiezan a cambiar las cosas y pronto, nos replanteamos un nuevo modelo social, o se vendrá un futuro distópico que ríete tú de Mad Max o The Walking Dead.
Yo mientras tanto, seguiré diciendo que para que haya educación de calidad hacen falta dos cosas: un maestro competente y motivado para enseñar, y un alumno con interés por aprender. Los sistemas educativos, programas, medios físicos... todo eso es necesario pero no realmente importante. Así que como no creemos una sociedad enfocada en crear ciudadanos creativos y críticos (en vez de productores-consumidores aborregados), la ostia podría poner un punto de inflexión en la historia de la Humanidad... cuesta abajo y sin frenos.
Ahí lo dejo. El siguiente que tire de la cadena, perdón por la peste a mierda.