Publica hoy Rubén Amón esta columna de opinión en El País, que concluye con este párrafo:
¿Puede desaparecer el PP? La cuestión irá adquiriendo vuelo en las próximas semanas. No ya por la inercia de las encuestas, por las obscenas disputas internas, por la negligencia de la gestión de la crisis catalana y por la guillotina que le espera al futuro candidato a la Comunidad de Madrid, sino porque se avecinan las sentencias de la Gürtel y la Púnica. Y porque de ellas puede derivarse un efecto político y judicial aniquilador al que no va a poner remedio el ritmo de la economía.
Y yo no lo veo tan claro. A no ser que tengamos la inmensa fortuna de que el PP acabe ilegalizado de pleno, seguirá teniendo unas bases fortísimas que jamás le darían sus votos "a los catalanes esos". Y si no, mirad al PSOE, que nunca ha habido un zombie político más evidente y sigue recabando una considerable cantidad de votos en las encuestas.