Parece que al PP no le importa perder unos cuantos votantes gays. Mariano Rajoy ha admitido que no le gusta la ley del matrimonio gay y que aunque el Tribunal Constitucional la avale, él no se compromete a mantenerla.
Esperemos que simplemente se trate de una maniobra electoral para satisfacer a sus electores católicos y que al final no se atreva a derogarla, pero no deja de ser una grave amenaza a nuestros derechos como ciudadanos españoles.
La mala noticia, a la que se suma esta, es que el PP va ganando en las encuestas, por lo que la amenaza es real y no figurada. Por cierto, cuando el PP iba perdiendo, al parecer Rajoy se mostraba mucho más ambiguo sobre lo que se proponía hacer con la ley que permite que los homosexuales se casen.
Esperemos que los matrimonios gays no se conviertan en una especie de edición limitada al que únicamente tuvieron acceso unos pocos – al igual que sucedió en Estados Unidos con la Proposición 8 – . Aunque sería peor que sucediera lo mismo que con la llegada del franquismo, cuando se eliminaron todos los divorcios permitidos con la República.
Una cosa está clara, si nos convertimos en ciudadanos de segunda en España, el culpable acabará pagando las consecuencias, porque una cosa es que no se atrevan a aprobar una ley y otra muy diferente es el expolio de nuestros derechos una vez adquiridos.
En todo caso hay que agradecerle una cosa a Rajoy: que avisa, de manera que el gay que lo vote ya sabe a lo que atenerse.
¿Qué os parece? Luego con más tiempo digo lo que opino... aunque ya de sobra se sabe