Estimados mediavidensis,
aunque llevo tiempo pensándolo, rondado la idea, esta será la primera vez que la sintetice. Intentaré hacer un análisis breve y denotativo, es decir, no quiero inducir mi criterio sobre si lo siguiente es bueno o no. Veamos.
Desde hace tiempo, quizás por el auge de las redes sociales, quizás por el fenómeno de personas cigarrillo, me doy cuenta de que el uso y costumbre de la relación ha variado muchísimo. Considero que hay un cambio estructural, una nueva máxima: hedonismo ante todo. Es decir, lo más importante en nuestras vidas, quizás cada vez más alienadas, es nuestro goce y disfrute por encima de cualquiera cosa. Lo importante, pudiéramos pensar, es que dado el breve tiempo que caminaremos sobre la Tierra hemos de maximizar lo bien que nos encontremos en ella. Ahora, "lo bien que nos encontremos en ella" me parece un concepto mutable con el tiempo, intergeneracional.
A saber y sobre la nuestra (generación millennial hacia aquí):
Lo importante es vivir experiencias. Antes parecía fundamental buscar la estabilidad con, por ejemplo, priorizar la compra de una vivienda.
Número de hipotecas por año.[1]
Para poder seguir disfrutando de las experiencias se hace manifiesto que invertir esfuerzo en, por ejemplo, tener hijos se vuelve algo secundario. Tener hijos suscita tal cantidad de cambios y privaciones en la vida personal que se tiende a rehuir.
Natalidad por año por cada 1000 hab.[2]
Tener experiencias en el ámbito amoroso entra en conflicto con construir una relación duradera con una persona. Se prefiere cambiar de pareja ante la adversidad. Es posible que antaño se intentase combatir la adversidad en pro de la construcción de la vida en común. Digamos que hoy el umbral de esa adversidad es más bajo.
Matrimonios por año por cada 1000 hab.[3]
Como he dicho antes, no creo que estos cambios sean buenos o malos, sino que son. Las prioridades cambian. Sí que es un problema, sin embargo, que la natalidad se encuentre en cotas tan bajas en nuestro país.[4] También es importante indicar que en el paroxismo de las experiencias se llegue al punto de que lo importante no sea hacer, sino demostrar que se ha hecho (redes sociales). Y cómo, según parece, cada vez estamos más alienados[5] o, usando la forma de aquel oxímoron que acuñé ya hace tiempo, cada vez vivimos más en la «alienación hipersociable».
¿Qué opina Mediavida?