Casi todos coincidiremos en que hay personas buenas y malas en este mundo. Lo curioso es que salvo excepciones y situaciones concretas, todo el mundo se autoevalúa como buena persona.
¿Pero qué es ser buena persona? La definición de bueno o de bondadoso según la RAE:
bueno, na.
(Del lat. bonus).
- adj. Que tiene bondad en su género.
- adj. Útil y a propósito para algo.
bondad.
(Del lat. bonĭtas, -ātis).
- f. Cualidad de bueno.
- f. Natural inclinación a hacer el bien.
- f. Acción buena.
Pero estas definiciones son simples y es difícil sacar conclusiones de ellas. Si revisamos la literatura filosófica, numerosos personajes históricos han dado su definición de bondad.
Para Sócrates el bien es un estado del alma y su esencia la sabiduría. Platón coincide con este concepto y agrega que hay que reconocer que este no es el único mundo ni el mejor. El hombre es bueno cuando es virtuoso y la virtud es conocimiento y prudencia.
Para Kant, no hay nada que pueda tomarse sin restricción por bueno salvo la buena voluntad; porque todos los talentos del espíritu dependen del uso que la voluntad le da. La voluntad es la facultad de ánimo, y en ella reside la bondad o la maldad de las conductas, porque la voluntad es la fuente de la moralidad. La voluntad buena, para Kant, es un fin en si mismo y se basa en el deber, la máxima y el respeto a la ley moral.
Para Aristóteles, los actos virtuosos propios de la bondad son una cuestión de hábito que a la larga demostrará ser lo mejor. Según Aristóteles, hay cuatro virtudes cardinales que determinan el buen carácter de una persona. Por tanto, una forma fácil de entrar en el camino de la "bondad" es practicar las cuatro virtudes:
Prudencia. Otro término para la prudencia es "sabiduría", ya que implica ser objetivo y reflexivo a la hora de decidir cursos de acción. Las personas prudentes aprenden a evitar tomar malas decisiones. Valoran y aprenden de los demás.
La templanza. Esta virtud se centra en la moderación, en no ser demasiado extremista. Implica controlar tus pasiones y no actuar de forma exagerada.
La justicia. Esta virtud tiene que ver con ser justo y respetar a los demás.
Fortaleza (o valor). Esto implica tener el coraje de defender lo que uno cree, de hacer lo correcto.
En el mundo moderno existen muchas formas de hacernos creer que somos buenas personas. La necesidad de sentirse buena persona es otro elemento psicológico explotado por las técnicas de marketing que nos instan a votar, comprar o consumir cosas "buenas", porque así nosotros mismos seremos buenos.
Pero seamos realistas. ¿De verdad te piensas mejor persona por consumir hamburguesas eco? ¿O por votar a X partido? ¿Crees que ese tipo de microesfuerzos compensan una vida de egoísmo y no hacer nada relevante para los demás?
Probablemente mucho de vosotros pensaréis que hacéis cosas por los demás. Y probablemente sea cierto que las hacéis. A veces, porque es fácil. A veces, porque te sientes bien. Pero, ¿eso eso suficiente para que te consideres buena persona?
Veamos qué dice la ciencia.
Si consideras bueno adherirte a unos criterios morales puros y estrictos, tengo malas noticias para ti. Tus criterios morales están condicionados por tus propias experiencias. Y pero aún, no son rígidos ni estables a lo largo del tiempo, sino que dependen de tu situación y los hechos a los que te hayas expuesto recientemente.
En primer lugar, se ha documentado ampliamente que los diferentes roles sociales y experiencias vitales pueden tener un impacto a largo plazo en la forma en que las personas razonan sobre la moralidad y los principios morales que priorizan. En segundo lugar, las situaciones más inmediatas también afectan al razonamiento moral y a las decisiones morales. Estas dos conclusiones de los estudios sobre el razonamiento moral complementan los análisis filosóficos, así como los relatos evolutivos que hacen hincapié en el valor objetivo de supervivencia de la adhesión a principios o directrices específicos.
Quizá no seas el mejor considerando lo que haces bien, sino lo que otros hacen mal. El problema es que esto solo funciona cuando evalúas a otros que están alejados de ti, en pensamientos y familiaridad. Tus juicios morales tampoco son muy fiables.
Aunque las personas estén muy inclinadas a evaluar la moral de otras personas con las que se encuentran, las investigaciones en este ámbito revelan que la moralidad de otros individuos y grupos está en gran medida en el ojo del espectador. En general, a las personas les resulta más fácil reconocer la cuestionabilidad moral de determinados comportamientos, cuando éstos son perpetrados por un individuo o grupo más alejado del yo. Los mecanismos de autoprotección también pueden llevar a las personas a reducir la posición moral de las víctimas de comportamientos inmorales o a aliviar la culpa de los autores.
Es posible que la verdadera bondad sea hacer lo que los demás creen que está bien. Y eso sí se nos da bien con la motivación adecuada.
La investigación sobre el comportamiento moral demuestra que las personas pueden verse muy motivadas para comportarse moralmente. Sin embargo, las convicciones personales, las reglas sociales y las presiones normativas de los demás, o los fallos de motivación pueden inducir un comportamiento que los demás no consideran moral y que invita a dar respuestas autojustificativas para mantener la visión moral de uno mismo.
También la ciencia nos dice que nuestras emociones son las que dictaminan cuándo sentimos la necesidad y el deseo de subsanar hechos que nos hacen sentir mal. Sentimos culpa o vergüenza y esto nos lleva a la necesidad de buscar nuevas directrices morales y éticas para resarcir el daño o evitarlo en un futuro.
Tanto la intensidad como la naturaleza de las emociones declaradas indican hasta qué punto las personas experimentan las situaciones encontradas por ellos mismos y por otros como si tuvieran implicaciones morales y requirieran una acción para promulgar directrices morales o reparar injusticias pasadas. Las emociones secundariasy autorreflexivas de la culpa y la vergüenza parecen ser especialmente importantes en este proceso.
Pero, ¿qué espero con esto? ¿debería esperar que seáis mejores personas y reflexionéis sobre todo el bien que podríais hacer (y no hacéis)? No, la ciencia dice que lo más probable es que simplemente os enfoquéis en preservar vuestra autoestima y no cambiar nada.
Las personas reflexionan sobre su carácter moral y cómo lo presentan en sus autodescripciones, así como en los actos que pueden utilizar para transmitir sus intenciones morales. Sin embargo, las pruebas disponibles muestran que esto puede llevarles principalmente a preservar la autoestima moral en lugar de hacerles mejorar o prevenir comportamientos moralmente cuestionables. De hecho, el enfoque en la comunalidad y la preocupación por los demás como indicadores del carácter moral puede ser demasiado amplio para proporcionar una orientación suficiente sobre cómo actuar moralmente en situaciones específicas.
Y después de todo esto, repito la pregunta: ¿sois buenas personas?