Imagina que tienes un sueño tan real, que al despertar, los primeros minutos de vida los vives como continuación de éste mismo...
Eso se lo que me ha pasado hoy, me he despertado de un sueño horrible, horriblemente real y muy triste...
Puede que sea un temor interno que me persigue, quizás sea un sueño premonitorio...
Ahí va el sueño:
Eran eso de las 14:15, cuando al girar la esquina, os encontrasteis con Eva.
Parecía impaciente y nerviosa pero sobretodo sus ojos brillaban curiosidad.
Eva: Hola Mariaaa!! mírala que guapetona está.
Maria: Holaaa!! que tal?
Eva: Bien bien bien... ¿y vosotros?
Maria: biennn, bueno, éste es Carlos, mi compañero de trabajo.
Eva: Encantada
Carlos: Encantado de conocerte, me ha hablado bastante de ti.
Es entonces cuando Eva y tu cruzáis esas peligrosas miradas de mujer, desbordando complicidad y entendimiento, para terminar con un susurro atrevido.
Eva: Encantada...Encantadísima...
Le dedicas una sonrisa vergonzosa pero pícara, para posteriormente dar paso al camino hacia el restaurante.
Aquél sitio se había convertido en símbolo de la ciudad, toda una fiesta de sabores multicolor convertidos en enormes bandejas de las más variadas verduras, con el gran aliciente de poder permitirte un día malo a base de la mejor pasta.
Maria: Venga, no perdamos tiempo que me estoy muriendo de hambre.
Carlos: Vamos, espero que hoy ya tengan salsa de pescado, me he levantado con antojo.
El interior de aquél lugar era cuanto menos, propicio para comer y hablar tranquilamente.
El chef, o mejor dicho, el encargado de pedir la comida a sus proveedores, había sentido la necesidad de Carlos, y al fin, aquél mediodía soleado de diciembre, iba a permitirle comer una vez más, acompañado de una deliciosa salsa marinera y de tu presencia.
Carlos: Digamos que hoy es un día redondo, me levanto con ganas de salsa marinera y aquí la tengo, me levanto con ganas de ver a una mujer preciosa y resulta que hoy estoy con dos.
Comentario digno de Don Juan Tenorio, que sabiéndolo, va a crear en Eva un gusanillo que no le va a dejar comer tranquilamente.
Maria: No le hagas mucho caso Eva, que ya sabes, perro ladrador poco mordedor, y a éste le encanta ladrar..
Tras una mirada cómplice de Carlos hacia Eva..
Carlos: Y yo que todavía no he recibido ninguna queja...
Maria: jajaja mira que disfrutas haciendo el payaso.
Carlos: y tú mirándome!
Terminaste de dejar en el plato aquella aceituna que sostenías en el aire, y tras pagar, os dirigisteis hacia la mesa. Eva no podía esperar ni un segundo más, y tras hacerte una seña dijo:
Eva: Vamos nosotras un segundo al baño a lavarnos las manos, no tardamos nada, discúlpanos.
El viaje hacia el baño estuvo acompañado por la sonrisita de Eva, hasta que una vez ya en el interior del baño..
Eva: buuuuuf tiaa!! pero que bueno está!!
Maria: jajajajaja.
Eva: Y no me lo negarás, no?
Maria: jaja no, la verdad que el chico es mono, está muy bien.
Eva: jo, por que no conoceré yo a un chico asi?
Maria: a ver si hay suerte y le haces gracia, yo le daré tu teléfono.
Eva: pero tía, si al chico claramente le gustas tú, no te hagas la tonta que no soy tu novio.
Maria: jajaja que dicesss, que no, que lo digo enserio.
En ese preciso instante un ruido seco deshizo el momento. Alguien estaba a la otra parte de la puerta esperando su momento, y como éste no llegaba había decidido adelantarlo.
Desconocida: oyeee vais a salir ya o que?
Después de volver a la mesa y tras la sonrisa que os prestó Carlos, empezasteis a comer.
La comida hoy parecía distinta, o eras tu?, el caso es que aquellas cosas que minutos antes Eva te había dicho en el baño, habían calado en ti.
Carlos y tú os conocisteis en el trabajo. Fue la primera persona que se dirigió a ti aquél día que decidiste empezar tu actual trabajo. Llegaste a casa con una buena impresión de tu trabajo y todo gracias a Carlos, que fue solucionando tus primeros días de vida allí.
Carlos trabajaba en Marketing y relaciones públicas por aquel entonces, aunque actualmente es jefe del departamento de calidad del Hotel Luxury, un precioso edificio situado justo en el propio circuito urbano de Formula 1 de Valencia.
Carlos: Maria? te has dejado la cabeza en el baño? hace diez minutos que no hablas..
Maria: Perdonad, estaba acordándome de que tenía que realizar una llamada, ahora vuelvo.
Te levantaste de aquella silla de mimbre acolchada y saliste al infierno de la calle, tras marcar mi número de teléfono y esperar atenta, los tonos dejaron de sonar.
David: Hola cariño!
Maria: Hola! que tal?
David: Bienn trabajando un poco y tu? no esperaba tu llamada!
Maria: Bien también, iba a comer ahora mismo jeje.
David: Bueno guapetona, a que se debe tu llamada? como dije antes, no la esperaba!
Maria: No se.. me apetecía oir tu voz.
David: jo.. como eres..
Se oyó la puerta del restaurante abrirse y décimas de segundo después, muy bajito...
Carlos: Vamos, deja las llamadas de trabajo para luego y entra a comer.
Tú hiciste un ademán afirmativo y tras despedirlo volviste al teléfono.
David: uy, que ha sido eso? quien era?
Maria: nada, Carlos mi compañero de trabajo, que ha salido para decirme que dejase las llamaditas de trabajo para luego y entrase a comer.
David: ya.. eso lo he oido.
Maria: esque ha venido Eva a comer con nosotros hoy.
David: ahh... y eso?
Maria: Le apetecía venirse un día a comer y la he llamado para que se viniese.
David: ya.. no se.
David: bueno... voy a ver si sigo con esto.
Maria: jo.. ya me dejas?
David: si, venga ves a comer
Maria: pero...
David: venga un beso! chao! hablamos luego.
Maria: un beso..
Aunque el silencio se hubiese hecho, seguías pegada al teléfono, esperando que alguien hablase, pero eso no iba a pasar, ya que te había colgado. Yo me había dado cuenta de que algo no iba bien. A 40 km de distancia había olido algo, y olía mal, así que decidí taparme la nariz y esperar que el tiempo se llevase aquel olor nauseabundo.
Dos meses después, dos meses en los que bajaste el ritmo en pareja poco a poco, dos meses en los que tu humor se había ido haciendo un poco más agrio, dos meses en los que cada vez aguantabas menos una broma o una discusión, dos meses después, decidimos hablar de Carlos.
David: estoy ya harto de oír el nombre de Carlos hasta en la sopa.
Maria: pero que dices? que me estás contando?
David: no seas hipócrita anda, no seas hipócrita...
Maria: el hipócrita eres tu, que no admites que cada día estás más raro.
David: toma! y como quieres que esté? si te pasas el día hablando de Carlos y de vuestro rollito en el trabajo! Te crees que soy tonto o que?
Maria: Madre mía! tu lo que estás es rebosando celos!
Ciertamente lo estaba, pero con razón. Después de dos meses compartiendo más horas que yo con mi propia pareja, yo ya no aguantaba a Carlos.
No hacía falta ser adivino para saber que aquella relación de trabajo había ido un poco más allá y ahora ambos compartían muchas cosas, entre las cuales, una más que amistad.
Yo ya había reventado, estaba cargado de aguantar y de tanta tontería. De recibir escusas por las que hoy no te vería porque te ibas a comer con Carlos para adelantar trabajo, o que llegarías más tarde a casa porque había surgido trabajo, pero seamos sinceros, ambos sabemos que no era así, nada era así...
Maria: al menos con Carlos no discuto!
Ese era el momento que desde hacía meses estaba esperando. Lo veía venir, como un barco en el horizonte, se veía venir..
David: Al fin! bravo! al fin! Al fin la ira del momento ha sacado tus más profundos sentimientos, te das cuenta? Lo único que haces ya aquí conmigo es el ridículo, por desgracia.
Maria: Escuchas lo que quieres oír, no es así?
David: no! no te equivoques, lo que quisiese oír es que por unos meses has estado viviendo una vida paralela la cual te absorbía tu vida, una vida que cada vez tenía menos vida.
David: ...
David: lo que quisiera oír es que eres humana y has estado apunto de caer en la tentación de la novedad y la mentira del momento. NO! no quería oír indirectamente que todo ha terminado.
David: porque..sabes? así es Maria.. TODO, todo ha terminado, o lo poco que ya quedase...
Maria: pero que dices? a que viene todo esto?
David: tómate un tiempo de reflexión, como yo lo voy a hacer... necesito descansar de todo esto.
David: tengo ganas de saber cuales van a ser tus sentimientos estos próximos días o semanas, y espero que me los hagas saber, no tengo nada más que decir, todo lo que pueda decir lo sabes ya.
Me fui, extrañamente me fui sin soltar ni una gota de mi oro líquido, me alojé en mi trabajo durante todo este tiempo, me alojé en la soledad...
Despechada y tras aquella discusión, tú decidiste tratar de hacer vida normal. Allí, en el trabajo, te encontrabas como cada día con Carlos. “Porque conmigo no podría ser como con Carlos?”, te preguntabas siempre..
Un tiempo después, Carlos y tu disteis vuestros primeros pasos, todo era maravilloso, genial. Hasta que un buen día te despertaste con un mal sabor de boca terrible, giraste tu hermoso cuello para decirme que ibas a lavarte los dientes y volvías, pero allí no había nadie.
Yo no estaba.
Es bastante el tiempo que pasó hasta que la verdad volvió en ti. Había pasado mucho tiempo desde aquel último y apasionadamente sincero beso. Lo echabas de menos, mucho de menos.
Un sentimiento de culpabilidad surcaba tus venas en busca de puntos de fuga, cortes que te habrías hecho solo por no tener que estar sintiendo todo lo que sientes ahora mismo.
Aunque bastante fue el tiempo que pasó, supiste que habías cometido el peor error de tu vida, habías permitido que la persona que te daba la felicidad en cada beso, se marchase. Habías estado ciega y engañada por la irreal felicidad de la novedad, de lo ajeno, la dulce tranquilidad de un amante.
Pero sobretodo, te habías sentido tristemente feliz por la perfección postiza de una situación que sólo iba a durar hasta que la vida empezase de verdad.
No, Carlos no fue realmente un sueño, no fue pasión ni ternura. Carlos era simplemente una bella y sinuosa carcasa que contenía el más simple y rudo de los hombres. Pero eso no lo viste hasta que ya era demasiado tarde. Cuando te diste cuenta de que te habías dejado seducir por lo que se veía y te hacía sentir, pero no por lo que te haría sentir, si…ya era demasiado tarde.
Aquí estoy, un año después, sintiendo que necesitaba decirte algo, tenía una deuda pendiente contigo.
David: Sabes, Maria? Tenía muchas ganas de volver a verte. Tenía muchas ganas de decirte muchas cosas..
Maria: ...
David: Ha pasado el tiempo y no olvido, ni olvidaré, que fuiste mi primer amor real. Fuiste "mi primer" casi todo. Pero siento que realmente eres y serás mi único y último gran amor también.
David: ...
David: Creo que tenía la enorme necesidad de decirte que te amé con locura, que me dejé la piel por nuestra relación. Aguanté mucho más de lo que pude... Tenía la necesidad de decirte...
David: TE QUIERO... pero.............
rpv: no lo leas que es muy largo y no te interesará..