Su esposa tenía el trabajo a jornada partida para ganar un dinero extra
El adulterio de uno de los miembros de la pareja es algo reprochable, un engaño cruel. El adulterio simultáneo de ambos esposos es una casualidad perversa y un sinsentido para una relación. El encontrarte a tu mujer trabajando en el burdel al que has ido es lo que la Real Academia Española define como auténtica “putada”.
Eso es lo que le pasó a un polaco de Varsovia que frecuentaba locales de alterne para saciar su libido sexual, mientras ponía la cornamenta a su pobre esposa, a la que creía en casa, cuidando a los niños.
Sonriendo de satisfacción ante el engaño en el que tenía sumido a su pareja entró en el prostíbulo, prometiéndose una noche de jolgorio y sexo desenfrenado con las profesionales del amor que allí trabajaban. Pero toda alegría desapareció cuando comenzó a pasar revista a las chicas disponibles y descubrió horrorizado que su mujer estaba en el catálogo, disponible para el alquiler.
“Me quedé con cara de tonto, pensé que estaba soñando, que eso no estaba pasando”, explica el hombre tras recibir de su propia medicina.
La pareja llevaba casada 14 años, durante los cuales ninguno de los dos sospechó de las infidelidades del otro. Actualmente se encuentran en proceso de separación; el hombre tardará en volver a un burdel, mientras que la mujer ha comenzado a trabajar a jornada completa.
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