Vírgenes de treinta y tantos
Nace Absolute Beginners, un grupo de autoayuda alemán para adultos que jamás han tenido pareja ni el más mínimo roce erótico con el sexo opuesto
Debe ser muy duro para un virgen (involuntario) de mediana edad sobrevivir en una sociedad que le da tanta importancia al sexo y al amor como la actual. Ver cómo han pasado los años y te has plantado en los 30 o en los 40 sin saber lo que es un beso, una caricia, una penetración o un flechazo, mientras a tu alrededor la gente se enamora, se empareja, se aparea, se pelea, se separa y vuelta a empezar... y en la pantalla del televisor un busto parlante dice que "los adolescentes cada vez tienen relaciones sexuales antes".
Hay quien piensa que hoy esto es casi imposible, que nunca hubo 11.000 vírgenes y que todo el mundo tiene, antes o después, algún tipo de encuentro erótico, por patético o insignificante que sea. Pero el investigador alemán experto en sexo Kart Starke, de la Universidad de Leipzig, estima que hasta un 10% de los licenciados o titulados superiores masculinos no han tenido ningún tipo de relaciones sexuales ni una sola vez en su vida.
Para que los vírgenes "integrales" de más de 20 años no se sientan tan solos y, en lugar de mentir y contar falsas hazañas lúbricas en los bares, puedan hablar entre ellos de sus verdaderos problemas, ha nacido Absolute Beginners (ABs), un grupo de autoayuda alemán que toma su nombre de la canción homónima de David Bowie, cuya letra define muy bien la situación de estas personas: “No tengo mucho que ofrecer, no hay mucho para coger, soy un principiante absoluto”.
Juegos de la edad tardía
Como en cualquier otro grupo de autoayuda, el paso más difícil de un AB es el primero: reconocer a viva voz su absoluta inexperiencia, aunque sea ante un grupo de semejantes: “Me llamo Fulanito y soy virgen”. Tras el bochorno que conlleva ésta, la más dura confesión, el virgen pasa a relatar, ya más suelto, su peripecia vital.
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¿A qué edad perdiste la virginidad?
Hay de todo, pero, según un retrato robot facilitado por el propio grupo ABs, abundan los chicos tímidos que, por ser poco espabilados o malos deportistas, fueron marginados en el colegio y, como avestruces intelectuales, escondieron la cabeza entre sus libros, convirtiéndose en empollones oficiales, proyectando toda su energía en los estudios primero y en el trabajo después. Así, han cumplido 35 o 40 años con su currículum amatorio completamente en blanco.
Arne Hoffman, que ha escrito un libro sobre el tema, afirma que se trata de un problema que se produce al margen de la situación laboral: “Toca a todo tipo de profesiones, desde profesores a pilotos y abogados, pero también a parados”. Además, según dice este investigador, no todos los principiantes afrontan la virginidad con la misma resignación: “Hay gente que lo pasa muy mal con la soledad y otros se acostumbran a hacer su vida sin pareja, pero no por ello son menos infelices con su falta de experiencia. Por no tener, no tienen ni recuerdos”.
A estas personas que son desgraciadas con su celibato involuntario, van dirigidas las reuniones de Absolute Beginners, en las que se anima a los sufridos vírgenes a levantar la cabeza e intentar salir de su situación, ya sea mediante anuncios en el periódico, chats de Internet, agrupaciones de solteros (como Nones o Match) o, sencillamente, cambiando la actitud cerrada, pasiva y derrotista por otra más abierta al sexo opuesto. Porque, como bien dice el refranero, más vale tarde que nunca y nunca es tarde si la dicha es buena.
Según leía este artículo he recordado al escritor Juan Manuel de Prada, que no echó un kiki hasta que ganó el Premio Planeta (fue con la tía que siempre le había molado, se casó con ella y a los dos días lo dejó, hay que ser tontaina).
http://www.elpais.com/recorte/20070129elpepucul_19/LCO340/Ies/Juan_Manuel_Prada_premio_Biblioteca_Breve_2007.jpg
Le hicieron una entrevista en Telemadrid, si no recuerdo mal, y la forma en que relataba su pasada marginación sexual mostraba claramente que todavía estaba afectado.