Hola juventud!
Como habia prometido en algun otro thread de MV abro el hilo especifico en este subforo para contaros mi experiencia en Korea del Norte. Por ahora voy a dejar solo el placeholder ya que aun estoy en Shanghai (ademas no tengo acentos ni enies) y no volvere a Espania hasta dentro de un par de dias, pero es una manera de obligarme a hacerlo ya que quiero dejarlo todo escrito mientras esta fresco ya que fue un viaje bonito y me gustaria compartirlo con esta comunidad que tanto entretenimiento me ha dado.
He puesto entre parentesis china porque el viaje han sido 4 noches en Beijing, 4 en Pyongiang y 5 en Shanghai, en funcion de la memoria y el tiempo que tenga completare tambi'en con info de China, pero entiendo que lo que mas interes puede despertar es la parte de Korea, por lo que empezare por esa parte del viaje.
Cualquier pregunta es bienvenida!
edit: Finalmente he conseguido algo de tiempo para empezar a escribir, así que ahí os va la entrega del primer día. Estoy pendiente de subir las fotos a algún hosting que permita hotlinking para poder ponéroslas aquí, ya que veo que google photos no funciona, alguna sugerencia?
Día 1
Comenzamos el viaje embarcando desde el aeropuerto de Beijing, éste es el único aeropuerto conectado con Pyongyang, la otra conexión es a través de tren con Vladivostok y la propia Beijing. El vuelo era con Koryo Airlines aunque el personal de tierra llevaba los uniformes de Air China. Nuestro vuelo sale a las 14:00 hora china.
El embarque fue extremadamente lento ya que en las propias cintas de los mostradores de facturación se hacía el chequeo de cada maleta, la metían por el escáner una a una y te la hacían abrir si encontraban cosas raras (mecheros, power-banks etc).
El avión era un Tupolev que al menos a juzgar por su aspecto interior y exterior no llamaría la atención frente a cualquier otro avión fabricado en los años 80 (como muchos Airbus a320 que operan actualmente).
La primera anécdota nos la encontramos en el autobús que nos llevaba al avión ya que coincidimos con un grupo de cuatro periodistas que trabajaban en Antena 3 y que iban a Corea para grabar el desfile del 70 aniversario. Lo cierto es que nuestro vuelo era prácticamente todo de periodistas, todos ellos habían sido invitados por el gobierno coreano para asistir al desfile y poder grabarlo con idea de obtener repercusión internacional. Luego nos enteraríamos de que todos los periodistas se hospedaban en un hotel y a los turistas y delegaciones extranjeras en otro diferente.
El vuelo dura alrededor de dos horas durante el que nos han puesto de comida una hamburguesa que la verdad estaba muy rica (opinión unánime de los 4 que viajábamos) y un zumo de frutas. Nos son entregados también unos papeles que debemos cubrir con la típica declaración de entrada a un país (lo mismo tuvimos que hacer para entrar en China), a mayores debemos también incluir la cantidad de moneda que llevamos encima y el número de tablets, cámaras, móviles etc. Curiosamente, en los papeles de fronteras, tanto en china como en Corea somos "Aliens" ._.
Durante la aproximación al aeropuerto observamos algo que se convertiría en la tónica general de todo el viaje y es que por todas partes veías ciudadanos coreanos, al contrario de lo que estamos acostumbrados en España donde la mayor parte del territorio rural está vació, allí parece que en cualquier parcela del campo te encuentras a alguien, trabajando, simplemente de cuclillas, caminando... Lo podréis observar en las fotos.
Aterrizamos en el recién estrenado aeropuerto internacional de Pyongyang que la verdad no tiene nada que envidiar a cualquier otro aeropuerto occidental, salvo, claro está, la falta de pasajeros. Ya allí ponemos el reloj en hora, adelantándolo media hora más sobre el uso horario chino (+6,5h respecto a España).
Vista desde la puerta del aeropuerto
En el aeropuerto nos recibirían un montón de militares, después de pasar el control de pasaportes nos dirigimos a las cintas de recogidas de equipajes, y allí, nuevamente, otro control donde comparan los formularios de entrada que cubrimos en el avión con nuestros equipajes. De nuevo abrir maletas, mostrar aparatos etc.
Al pasar a la zona de llegadas encontramos algunas tiendas donde se vendían entre otras cosas, Cocacola, ropa de Adidas, tabaco etc. Hasta ahora todo encaja con la percepción que llevábamos de España, y es la de un país que intenta de manera un poco inocente vender la imagen al extranjero de que allí hay de todo. Esta impresión nos la hemos llevado más veces a lo largo de todo el viaje, otro ejemplo lo encontraríamos en la tienda del hotel.
En la zona de recepción nos están esperando dos personas Pak y Pek. Pak es nuestra guía, una chica joven de 25 años que habla un castellano sorprendentemente bueno. Pek es el comisario, oficialmente es la persona que ayuda a Pak como guía porque ella tiene poca experiencia pero tras varios días con ellos queda claro que es la persona puesta por el gobierno para supervisar lo que se dice, lo que se enseña y lo que no se enseña. También habla algo de Español, mucho más básico, puesto que ha vivido en Cuba hasta los 11 años, Pak, por su parte, nunca ha salido de Corea.
Nos subimos a un pequeño mini bus solo para nosotros y ya allí nos empiezan a contar el plan. Cómo en esta época del años se hacía de noche alrededor de las 5:30 nos dicen que iremos primeramente al hotel a inscribirnos y dejar los equipajes, luego iríamos a cenar a un restaurante y volveríamos al hotel, con idea de descansar y madrugar para el día siguiente.
Todo el trayecto entre el aeropuerto y la ciudad transcurre por unas carreteras terriblemente asfaltadas. Me fijo también en que hay más coches circulando y más personas por las calles de las que me esperaba encontrar. Durante este trayecto se haría completamente de noche, y es entonces cuando realmente nos damos cuenta de que estamos en Korea, absoluta oscuridad, ninguna o casi ninguna luz por las carreteras ni en la entrada de la ciudad, todo el mundo lleva linternas en la mano.
Pak aprovecha todo el viaje para contarnos datos de su país, a lo largo de los días hemos ido confirmando que es una chica que tiene mil datos en su cabeza, nos habla de los kilómetros cuadrados, temperaturas medias de su país, habitantes en la ciudad y en toda la población. Todos estos datos nos los da referidos a la unión de las dos Coreas, cuando le preguntamos específicamente por Korea del Norte entonces, de nuevo, nos repite toda la información pero ya solo relacionada con esta parte. También nos avisa de que si en el avión nos han dado alguna revista en la que salen imágenes de los líderes tengamos cuidado de no arrugarlas.
Ya entrando en Pyongyang a noche cerrada volvemos a fijarnos que la situación no cambia respecto a las afueras, alguna luz más en la carretera y la gente haciendo sus vidas en la calle, yendo a alguna tienda, volviendo de trabajar… Pero todos con linternas en las manos, ni siquiera las tiendas tienen luz. Los edificios de viviendas muchos están apagados o con alguna luz. Nos quedó la duda de saber si no había luz porque estaban vacíos o porque no estaba disponible.
Finalmente llegamos al hotel, es exactamente lo que nos esperábamos, edificio antiguo de construcción soviética, gigante, con moqueta. Nos ha tocado alojarnos en la Torre 2 piso 29 habitaciones 37 y 39. Las vistas parecen bastante buenas pero al no haber luz no podemos ver nada. Lo que si se escucha es una musiquilla en la calle bastante inquietante, al más puro estilo himno militar.
Comparad la misma vista de día y de noche:
Vista nocturna desde la otra habitación, con la torre Juche al fondo
En la habitación, lo estándar de una habitación de hotel antiguo, a destacar, una neverita desenchufada y sin nada dentro, una tetera y unas tazas para hacer un té (pero sin té ni agua) y una vieja rádio/despertador integrada en la mesilla de noche. Aprovecho para poner la radio brevemente, 5 canales. 3 no suenan, dos emiten la misma música que se escucha desde la calle.
Enseguida tenemos que bajar a recepción para ir a cenar fuera. Mientras esperamos por el chofer hacemos la primera incursión a la tienda del hotel. La tienda, tan iluminada que parece un quirófano, tiene de todo: tabaco, carne en bloques tipo carnicería, fruta, ropa, chocolates, tuppers, alcohol, desodorantes, colonias… de nuevo volvemos a tener la impresión de que está ahí para dar la sensación de total abastecimiento, y de nuevo de una manera bastante inocente, ya que no tiene mucho sentido que vayas a la tienda del hotel a comprarte 2kg de carne de ternera de primera calidad.
Por el camino al restaurante vemos un centro comercial (a oscuras) pero también una estación central de tren muy bonita y perfectamente iluminada. Durante este trayecto les mostramos el plan de visitas que nos habían dado desde la agencia de España, ellos se lo quedan para evaluar hasta qué punto se puede cumplir con ese plan, mañana nos dirán algo.
Tanto Pak como Pek son bastante majos, durante el trayecto Pek nos pregunta nuestra opinión sobre Rajoy y nos echamos unas risas. También fuimos hablando de diferencias de precios entre el alcohol en España y lo que vimos en las tiendas. Tocamos temas bastante banales puesto que aún no teníamos confianza para tratar otros temas más interesantes. Todo a su tiempo.
En el restaurante, exclusivamente para turistas estamos solo nosotros y un grupo de japoneses. La comida es muy abundante, tanto que incluso tuvimos que dejar alguna en los platos. Sin ser ninguna maravilla he de decir que todas nuestras comidas en Corea fueron igual de abundantes y razonablemente buenas, aunque no es desde luego un destino gastronómico. En esta cena nos han servido cerveca, arroz con verduras, dumplings, un plato de berberechos (¿?), el famoso plato de col hervida picante llamado Kimchi, patatas fritas rebozadas, pollo frito y algún otro plato que no recuerdo.
Mientras nosotros comemos en una sala, Pak y Pek comerían aparte, imaginamos que para tratar el tema del plan de visitas que les dimos. Las cervezas extras que pedimos durante la cena nos las cobraron a 0.5€ cada una.
De vuelta en el hotel nos tomamos en el bar un café que podría estar a la altura de cualquier café corriente de cafetería en España e invitamos a los guías a tomarse algo con nosotros.
Antes de volver a las habitaciones nos dan un tour por el resto del hotel, sala de karaoke (con el que tendríamos un pequeño incidente días más adelante), piscina, sala de tragaperras, masajes etc. Aquí empezamos a preguntar precios y nos enteramos de que es posible pagar en euros o dólares, insistiendo un poco también aceptan Yuanes, aunque está claro que están como locos por conseguir divisas extranjeras distintas al yuan.
Finalmente nos despedimos hasta el día siguiente y nos vamos cada uno a sus habitaciones. Al llegar, me doy cuenta de que he perdido el móvil, por lo que bajo a preguntar si me lo he olvidado en la cafetería. Me intento hacer entender por gestos con la chica que está allí y parece que allí no está. En todo caso a los 2 minutos me encuentro a Pek que “casualmente” bajaba a fumarse un pitillo a la puerta, por lo que me pregunta que ando haciendo fuera de la habitación.
Le cuento que he perdido el móvil y se pone bastante nervioso, aunque le digo que tampoco tiene mayor importancia porque total allí no puedo usarlo y que ya aparecerá, llama al conductor y lo despierta para hacerle abrir el minibús y comprobar si está allí. El móvil no está allí ni tampoco en el restaurante por lo que consigo que deje de darle vueltas y volver a la habitación, ya que al día siguiente hay que levantarse a las 6:30 AM para ir a a la frontera con Corea del Sur.
Antes de meterme en cama, como no tengo sueño, me voy a la salita de estar de la habitación a mirar por la ventana. La ciudad duerme, aunque se ven algunos coches aquí y allá, todos taxis. También, como siempre, alguna linterna suelta en mitad de la noche.