La playa
Él
Las once y cuarto de la noche, la luna llena brillando sobre el mar, mil estrellas y mil mundos en el cielo, un leve sonido de las olas rompiendo a escasos metros, la brisa acariciando mi cara, un lugar tranquilo, paz . La arena empieza a estar fria, pese a haber guardado el calor durante todo el dia que lucio el sol. Un dia para la libertad del fin de semana, una hora y diez kilometros de carretera para estar en la cama,unos minutos para levantarme y emprender la vuelta desde el punto central de la playa. Observo las olas, en su incansable batir sobre la costa, inmunes a todo lo que les rodea, a tiempos de guerra o paz. Miro la arena, el viento forma todas las combinaciones posibles de remolinos elevandola y depositandola a varios metros.
Una figura, de la nada, aparece del agua frente a mi. Miedo y sorpresa se agolpan en mi mente, alguien bañandose en la playa a estas horas no puede ser, fuerzo la vista, trato de distinguir la silueta, hay algo siniestro y misterioso en ella, por mi mente pasa la idea de huir pero se que me va a alcanzar por mucho que corra. Lo intuyo. La figura avanza lentamente, saliendo desde el agua, parece irreal, su contorno parece difuminado, sus rasgos al acercarse se muestran bellos, casi perfectos, su rostro no muestra sorpresa, emocion alguna, su mirada permanece fija en mis ojos. Hipnotica.
Quiza siente curiosidad, quizas hace tiempo que dejo de sentir cualquier cosa. Su rostro se acerca lentamente al mio, un escalofrio recorre mi espalda. Incertidumbre, miedo a un daño físico o mental, curiosidad, algo nuevo en un mundo gris y donde cada dia es replica del anterior. De pronto la oscuridad, siento la consciencia lentamente, desaparecer. Ya no soy.
Ella
Vagando por el planeta desde hace miles de años, soy un espiritu errante, condenada pero a la vez salvada frente al resto de humanos que viven y mueren en tan breves lapsos de tiempo. Aquella playa, igual que otras cientos que habia visitado, misma arena, mismas olas, El se despidio de ella alli, un beso, un breve adios, una caricia en el rostro, un lugar distinto gracias a los recuerdos.
El ansia. La sed. Una necesidad para mi. Aquel chico, volvia dia tras dia, al mismo punto, a veces a una hora, a veces a otra, el mal tiempo no le hacia desistir. Que buscaba alli? En que pensaba? De nuevo la necesidad, debia volver a hacerlo, sentia remordimientos pero tenia miedo a desaparecer, necesitaba la sangre de la misma manera que respirar. El era una presa facil. Se hizo visible, a relativa distancia, y avanzo paso a paso hasta el. Se habia levantado y ahora se miraban cara a cara.
Esos ojos, esa mirada, le recordaban a aquel que fue en su dia amante y amigo, y luego desapareció buscando gloria en el campo de batalla.
Sin embargo ella necesitaba su sangre, lo veia como un halcon ve a su presa, lo deseaba con todo su ser, y a pesar de ese recuerdo, de esa mirada, ella se hizo con toda su vida.
Con lagrimas corriendose por sus ojos, sacie mi apetito, y sigo existiendo.